"El Jardín de Roundhay" se adelantó en 2 años a la presentación de un prototipo del cinematógrafo de Thomas Edison y en 7 a la fecha que se considera el nacimiento del cine (la exhibición del 28 de diciembre de 1895, de los hermanos Lumière), con lo que el valor histórico del documento es indudable. Sin embargo, mi puntuación refleja lo poco que ofrece este primitivo trabajo en términos cinematográficos, síntoma claro de un costumbrismo extraño, que provoca comportamientos poco usuales en sus protagonistas, como esos pasos hacia atrás que da el personaje que vemos al fondo de la imagen o la media vuelta que se disponen a efectuar el resto de sus "actores", todos ellos familiares del pionero Le Prince -más Harriet Hartley, amiga de la familia-. Evidentemente, intento tomarme el corto desde una perspectiva un tanto cómica y siendo consciente de la dificultad que comporta puntuar algo como lo que nos ocupa -es casi imposible-, pero siempre dando las gracias a su autor por iniciar un arte que a tantos nos emociona y nos hace sentir más vivos. Le Prince, va por ti.