Uno de los mayores placeres de servidor consiste en cerrar los ojos y dejarse llevar por la melodiosa voz de Mariah Carey, y si encima al abrirlos añadimos la espectacular visión de la diva, el éxtasis hace su aparición elevando al cuádruple el placer antes mencionado.

Curtis-Hall dirige este impresionante musical en un momento en que el género no pasa por sus mejores momentos, quizá por los elevados costes de la coreografía o quizá debido a la dificultad radicada en encontrar un argumento interesante y compaginarlo con la viveza propia del musical.

En cualquier caso nuestro querido director, Vondie, que así se hace llamar, hereda de manera única el hacer de un Stanley Donen o un Busby Berkeley para mostrar en nuestros días un intento de resucitar el género. "Glitter" no defrauda, y en algunos momentos supera a la buena "Cabaret" de Bob Fosse. La guinda de tan mastodóntico proyecto cinematográfico la pone una Mariah Carey que deslumbra al espectador cada vez que aparece en el encuadre, significando una oda a la interpretación.

Imprescindible.