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Nueva Zelanda Nueva Zelanda · Jaen
Voto de capacitivo:
8
Cine negro. Drama. Romance Toda la historia transcurre en menos de un día, y en sólo tres escenarios: un bar del puerto, una pensión y los muelles de la ciudad de Nueva York. Bill Connolly es fogonero en un barco, y tiene una única noche libre en tierra. Mientras camina por los muelles, una muchacha se arroja al agua. Bill la rescata, y poco a poco ambos se sienten atraídos el uno hacia el otro. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2009
25 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este filme con un argumento minimalista y pocos personajes, no te dejará otra opción que sumergirte en los muelles de Nueva York a través de la atmósfera fría y malsana que se respira casi todo el tiempo.

Una de las claves del éxito de este filme reside en la visceralidad y realismo que muestran tanto protagonistas como el resto del reparto. Beben, se pelean, los hombres acosan a las mujeres y éstas se comportan como mujeres que saben lo que quieren, son burdos y chabacanos, sin los mínimos modales y conscientes de su maldad. Con realismo, como puedes ver, no me refiero a la historia en sí, más bien a la ambientación y el reparto. Besos en la boca entre mujeres, bodas en la barra de un bar y mucho erotismo hacen de esta obra, algo muy especial.

Otra de las claves, posiblemente la más importante ya que es la que mantiene la tensión y el interés, es el delicado juego al que participan los protagonistas. Tanto Mae como Bill, interpretan sus papeles con una total precisión. Mae muestra a partes iguales credulidad, indiferencia, dolor y esperanza sin llegar a saber nunca que podrá pasar. Bill ama y se odia, se muestra bonachón por momentos, cruel en otros. Con esta sutileza en las interpretaciones, la intriga y el suspense se mantienen constantes hasta el tramo final.

El día y la noche, durante la noche todos los gatos son pardos, si esto lo riegas de toneladas de alcohol, entenderás lo que puede significar el día para una pareja que se conoció 12 horas antes y se han levantado casados.

Los últimos filmes de la etapa muda alcanzan una madurez que tiende a dejarme sorprendido. Las bases del cine, según Griffith, quedan totalmente visibles y será lo que marque nuestra concepción actual.
capacitivo
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