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España España · Madrid
Voto de Servadac:
9
Drama Film inspirado en la novela homónima de Georges Bernanos. Un joven sacerdote llega a una pequeña localidad del norte de Francia, donde se hace cargo de su primera parroquia. A pesar de que desarrolla sus labores sacerdotales con diligencia y humildad, es ignorado e incluso rechazado por sus feligreses. Convencido de que ha fracasado como pastor de almas, sufre una profunda crisis de fe. En tales circunstancias, tendrá que afrontar, ... [+]
5 de abril de 2012
82 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) Suciedad

En la novela de Georges Bernanos, el cura de Torcy le cuenta al cura de Ambricourt la historia de la sacristana de su antigua parroquia. La sacristana limpiaba la iglesia de manera compulsiva, no cejaba en su empeño de aniquilar la suciedad. La casa de Dios resplandecía como nunca. Cada mañana, por supuesto, una nueva capa de polvo cubría los bancos de la iglesia. Hongos, telarañas. El domingo, después de la Santa Misa, se quedaba hasta altas horas de la noche, frotando y encerando a la luz de una candela. Se pasaba el tiempo fregando de rodillas la suciedad dejada por los fieles. Y tosía. Hasta que, en una crisis de reumatismo articular, el corazón cedió.

“En cierto sentido, no se puede negar que es una mártir. Su error no consiste en haber querido luchar contra la suciedad, sino en haber pretendido aniquilarla, como si ello fuera posible. Una parroquia está forzosamente sucia.”

Este episodio no aparece en la película, pero ahí está la suciedad, en el barro y dentro de las almas.

En ‘Diario de un cura rural’ el cura y el mundo están enfermos... y encharcados...


2) Gracia

“La manera de cortar [de relacionar un plano con otro] es una puerta por la que entra la poesía.” (Bresson, citado por Santos Zunzunegui)

Susan Sontag, en ‘Contra la interpretación’, utiliza a Simone Weil para explicar la «antropología» bressoniana:

“Todos los movimientos naturales del alma están controlados por leyes análogas a las de la gravedad física. La única excepción es la gracia. La gracia llena espacios vacíos, pero sólo puede entrar cuando hay un vacío para recibirla, y es la gracia misma la que permite la creación de un vacío.” (Gravedad y gracia, de Simone Weil)

Aplanar la imagen. Destilar el sonido. Crear el espacio vacío y necesario en el espectador y en la pantalla. Dejar la puerta abierta.


3) Imagen y sonido

No cuenta el fotograma aislado, habla la secuencia, la relación de planos entre sí. Más importante que lo que se ve es, si cabe, lo que no se ve. Lo que se sugiere o intuye, lo invisible, lo indecible o no mostrable. También el mapa sonoro, los sonidos que configuran el espacio más allá del cuadro. Y el uso del silencio.

La cámara se acerca, con temblor contenido y sobria intensidad, al rostro. Lo encuadra en primer término. Y, cuando parece que ya no puede avanzar más, diluye el plano con un fundido suave en negro. Es una forma magistral de, por un lado, decirnos que la imagen no puede ir más allá y, por otro, de señalarnos el camino.

Leo en la novela: "No soy, como se suele decir, buen fisonomista, pero recuerdo las voces, jamás las olvido, siento amor por ellas. Los ciegos, cuya atención no se dispersa, pueden aprender muchas cosas de las voces."

Ahí está la clave para oír (y ver) las obras de Robert Bresson.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Servadac
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