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España España · Madrid
Voto de Servadac:
7
Comedia. Drama En Nueva York, dos matrimonios se reúnen, en principio de manera civilizada, para hablar de la reciente pelea que han tenido sus hijos en un parque. Pero el encuentro se complicará hasta límites insospechados... Adaptación de la obra teatral homónima de la autora francesa Yasmina Reza. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2011
158 de 193 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roman Polanski rueda ‘Un dios salvaje’ con unidad de acción, tiempo y lugar; sin elipsis y en un solo apartamento; con cámara “invisible”, ritmo ágil y timing excelente de comedia. Una sitcom de altura urdida por Yasmina Reza y realizada por un director menos salvaje que burlón.

Cuatro actores componen el menú. Cristoph Waltz descuella; John C. Reilly está más que notable; Kate Winslet sólo desentona un poco en la ebriedad; Jodie Foster es solvente, pero sobreactúa en los momentos de mayor tensión.

Cada vez que suena el móvil de Alan Cowan, nos reímos. Waltz consigue hacer que un mismo chiste, contado hasta la saciedad, no pierda su frescura.

El texto es puro juego malabar. Dobles parejas enfrentadas… Una pareja de clase media baja recibe a una pareja de clase media alta para discutir sobre sus hijos respectivos. Hay quien ve a Buñuel en ese no salir afuera (‘El ángel exterminador’) o en el absurdo del ceremonial civilizado (‘El discreto encanto de la burguesía’). Yo veo mucho más, en tono e intenciones, al dramaturgo Dario Fo.

Lo políticamente incorrecto se va adueñando de la cinta. Las batallas ganan en intensidad a medida que cambian de bando los soldados (un matrimonio frente a otro; mujeres contra hombres y, sobre todo, cada oveja contra su pareja). El texto fluye y resplandece, satírico y gracioso. Pero las parejas que se forman son, en calidad interpretativa, desiguales. Por una parte, Kate Winslet y Cristoph Waltz pueden con Jodie Foster y John C. Reilly. Por otra, Cristoph y John C. superan claramente a Jodie y Kate.

En una comedia tan de actores, hubiera sido deseable que los cuatro despuntaran por igual. La dinámica de réplicas y contrarréplicas no toma partido por ninguno de los personajes: todos tienen su cuota de ridículo. En la interpretación está el desequilibrio.

Pienso en ‘Secretos de un matrimonio’, de Ingmar Bergman. Esa cinta funcionaría peor sin la armonía y el equilibrio en la interpretación de sus protagonistas: Liv Ullmann y Erland Josephson. Gracias a ellos, la película se erige en la mejor escenificación cinematográfica que yo recuerde de la lucha de cerebros ideada por Strindberg –mente contra mente, en una espiral de violencia psicológica.

¿Hay lucha de cerebros en ‘Un dios salvaje’? En mi opinión, nunca se sobrepasan los límites de la comedia. En todo caso, lucha de cerebros light y digerible, más cercana a Woody Allen que a August Strindberg o Ingmar Bergman.

===

No sé cuántos kilos de cine puede haber en una cinta de teatro. Aunque reconozco que, entre una risa y otra, me ha venido a la cabeza esa pregunta.

La cantidad de arte es complicada de pesar, pero he sido muy feliz una hora y veinte.
Servadac
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