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España España · Madrid
Voto de Servadac:
8
Intriga. Drama El día de San Valentín de 1900, las estudiantes de la Escuela Appleyard van de excursión a Hanging Rock, una región australiana montañosa. A lo largo del día se producen una serie de fenómenos sobrenaturales: el tiempo se detiene, estudiantes y maestras pierden el conocimiento y tres chicas y una profesora desaparecen. (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2010
89 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Picnic en Hanging Rock es un paseo en verso fascinante. Tiene el color de Barry Lyndon –ambas cintas son del mismo año–. Su sonido prefigura a David Lynch. Avanza por el cauce del adagio del concierto ‘Emperador’. Más que atmosférica es atmósfera. Es cálida, morbosa, sencilla e inquietante.

Detiene el tiempo.

Es cine con temperatura. Cine de pocos elementos bien cuidados. Un hermoso lugar para perderse, soñar, tal vez morir. Es música y literatura, pintura y danza. Es un poema dentro de un poema embriagador.

Rainer Maria Rilke, en su primera elegía de Duino, nos da su clave en unos versos que parecen escritos para ella:

“¿Quién me oiría, si gritase yo, desde la esfera de los ángeles?
y aunque uno de ellos me estrechase de pronto
contra su corazón, su existencia más fuerte
me haría perecer. Pues lo hermoso no es otra cosa que el comienzo
de lo terrible en un grado que todavía podemos soportar
y si lo admiramos tanto es sólo porque, indiferente,
rehúsa aniquilarnos. Todo ángel es terrible.” (*)

La experiencia de entrar en esta obra es por esencia inexplicable. Es cine sensorial. Qué sentido tiene contar los pormenores de un sabor. O describir un primer beso. Picnic en Hanging Rock es una invitación, una cata, un modesto escalofrío.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Servadac
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