La película da la sensación de que te presenta escenas cuya conexión entre ellas es bastante endeble. La historia se estanca en muchas partes donde esperas que ocurra algo que mueva la historia. Y tópicos, muchísimos tópicos. Giros inverosímiles. Además los personajes aparecen en el momento oportuno en el lugar oportuno sin saber cómo, ya que justo antes le obstaculizaba algo y ese algo no se ve resolverse. Pero lo que es aún peor son los diálogos: frases dichas como si fueran sentencias, diálogos inverosímiles exagerados por las sobreactuaciones de los actores.
El único actor que parece creerse su personaje es Peris Mencheta, que interpreta al Capitán Trueno, pero un guión que no desarrolla su personaje lo deja a medio gas. Crispín tampoco está mal. Por su parte Goliat, interpretado por Manuel Martínez, da muy bien el físico pero su interpretación y voz dejan mucho que desear. Si en el cine español usan tantas veces el doblaje para cambiar la voz de un actor por motivos desconocidos no sé cómo no se les ha ocurrido doblarlo a él, ya que no es actor sino campeón de lanzamiento de peso. Natasha Yarovenko da la sensación de no saber qué hacer con su papel, de ser falso. Esta chica lo hizo muy bien en Habitación en Roma de Medem pero esto creo que le va a costar un buen batacazo a su carrera... De los villanos mejor no hablar.
Una banda sonora debe acompañar las imágenes y resaltar los momentos más emotivos, o por el contrario, ser una música que extraña al espectador ya que objetivo del director es producir esa sensación. Lo malo es cuando la música intenta ser una buena acompañante y acaba siendo un estorbo. Hay escenas donde se intenta aumentar el sentimiento épico de lo que vemos, y lo que produce es el distanciamiento del espectador.
Efectos especiales: qué decir. Si no hay dinero para ello, no hay dinero. ¿Por qué la inclusión de una historia con tanta fantasía si no vas a ser capaz de representarlo con calidad?