Comedia vestida de drama, o drama vestido de comedia, en el que se relatan las penas de un sufrido padre de familia, Nicola Ciraulo (Toni Servillo) al que unos mafiosos de tres al cuarto arrebatan la vida de su hija pequeña por accidente. El estado le concede una indemnización millonaria, con la que Nicola se ilusiona y piensa en comprarse el coche de sus sueños…

El filme de Daniele Cipri explora, entre lo costumbrista y los surrealista, el drama diario de una familia de Palermo que malvive y aguanta al siempre iracundo Nicola, el cual se queja por todo y por todos, tenga motivos para ello o no los tenga. Las iras de Nicola casi siempre van destinadas a su hijo mayor, Tancredi (Fabrizio Falco), al que toma por un inútil, y teme que la familia caiga en desgracia el día que Nicola no esté.

Es éste un drama atípico por la visión que Cipri le da al filme. El humor que impregna toda la cinta suaviza la tragedia de forma sustancial, y lo consigue de la mano de la magnífica actuación de Toni Servillo, creando un rol extravagante donde los haya, proclive a meterse en líos y a enfadarse sin ton ni son. La lucha diaria por mantener a su familia le moldean el carácter y lo convierten en todo un personaje.

Lo más notorio del filme de Cipri es su capacidad para crear un ambiente realista con una fotografía sucia y chabacana de los barrios pobres de Apulia y, a la vez, dotar a la película de un realismo especial, a pesar de las situaciones poco más que forzadas que se dan.

Entretenida, divertida y trágica. Recomendable.