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España España · Pamplona
Voto de Telefunken:
6
Drama Kolia vive en un pueblito a orillas del mar de Barents, al norte de Rusia. Tiene un taller de mecánica al lado de su casa, donde vive con su joven esposa y su hijo, fruto de una relación anterior. El alcalde del pueblo está decidido a apropiarse de la casa y del taller de Kolia a toda costa. Primero intenta comprar el terreno, pero Kolia no está dispuesto a vender. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2015
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué real el trago

El vodka cristalino, de la botella al estómago, a fuerza de repetido, el trago, por este personaje, por este otro, toda Rusia pegándole al trago, a fuerza de eso, la sensación de asistir a un documento real. O quizás solo me haya tocado una tarde-noche de esas de sentirse un potencial tragador de vodka, y que desde ahí vea interesante la vocación realista del film.

Éranse los viejunos y vino (Ctrl. C + Ctrl. V) Zvyagintsev

Haneke rondando por las miserias, la perversión y el chunguismo general de la posmodernidad, Tarr (‘El caballo de Turín’) viendo precipicios y negritudes hasta en el amarillo blanquecino de la patata cocida, etc. Todo ello lleva a preguntarse si estos viejunos no pertenecen un poco al gremio de los pesaos que solo saben decir que todo está feo y oscuro en este pedazo de la historia. ¿Zvyagintsev se apunta al carro? Claro que Rusia es Rusia (meanwhile in…), pero también Austria es Austria, Namibia es Namibia etc., y ese lado sombrío no conoce fronteras, como tampoco las conoce ese lado esperanzador (necesario habitante de toda época de incertidumbre) que nuestros viejunos se niegan siquiera a considerar.

Las ruinas del Leviatán

Lo que queda de antaño, lo que el antaño dejó sembrado. El monstruo kafkiano se cierne sobre Kolia, y todavía más es lo que se cierne sobre Lilya. Sobre él caen los restos del aparato; sobre ella, Rusia entera.

El emocionante surround de la grúa de demolición

Cruda realidad, fría realidad, ni un palmo cedido al efectismo, y yo debo decir que durante el visionado no he dejado de sentirme un puñetero observador indolente, siendo que nada desataba los vientos de mi sensibilidad como el 'fgrrrgsssggrrggg' de las olas o del cacharro de demoler. Un cine que aplaudo pero que no me emociona, vaya.

La trascendencia, que no la encuentro

Por encima de todo, una cosa: las intenciones de Zvyagintsev resultan demasiado obvias. Sí, vale, Rusia va de culo. ¿Tienes algo más que decirme? Echo de menos un algo que se me escape, un poco de niebla, una materia sobre la que escarbar. Digamos que desde la primera media hora se ve adonde el amigo Andrei quiere ir y por dónde quiere ir. Y la espectacular fotografía no lo es todo, no puede serlo todo. Así que esto ya no lo aplaudo tanto.

(Chorranécdota: Hace varios días tuve en mis manos el DVD de ‘Quemado por el sol’. Me fijé en que había ganado un oscar en el 95. Atención: una película rusa que gana un oscar. Eso solo puede significar una cosa: que la película trata sobre… (voz aterradora) las purgas estalinistas. En 2015 sabremos si el otro posible significado es que la película trate sobre… (voz aterradora again) Putin en los despachos)
Telefunken
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