El quehacer diario de una persona: Juan Espada del Coso, cuyo oficio es convivir con los cadáveres embalsamados en la Facultad de Medicina de Valencia.
Sin lugar a dudas, uno de los documentales más extraordinarios, atrevidos y auténticos en la historia del género no solo a nivel nacional sino a nivel mundial. Protagonizada exclusivamente por Espada del Coso y por los auténticos cadáveres, García del Val compone una propuesta radical, un diálogo sobre la muerte y con la muerte misma, no exento de humor, que provoca tanto impacto, rayano el rechazo, como irrechazable y morbosa perturbación, rayando lo fascinante. Calificada como "S" en su tiempo, absolutamente marginal y descarnada, este docudrama empalidece todo lo que puedan pretender subgéneros como el gore o el cine de vísceras. Prácticamente nunca se ha llegado tan lejos. No hay mentira. No sé qué decir de ella: si verla como un escabroso y gratuito producto pretencioso o más bien un perturbador, malsano y mórbido ejercicio de vanguardia y experimental que logra sobresalientemente sus objetivos.
A mí me ha subyugado (lo del bebé muerto...) esta conversación directa con la muerte y representa una cumbre del género, una obra única a nivel mundial, imprescindible, en peligro de extinción. Un cadáver vivísimo, esta criatura de García del Val.