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España España · ciudadano del mundo (palencia)
Voto de kafka:
10
Drama Suecia, siglo XIV. Como cada verano, una doncella debe hacer la ofrenda de las velas en el altar de la Virgen. El rey Töre envía a su hija Karin en compañía de Ingrid, una muchacha que odia a Karin en secreto. Antes de cruzar el bosque, Ingrid se detiene y abandona a la princesa, pero la muchacha prosigue su camino y se encuentra con unos pastores, aparentemente afables, que la invitan a compartir su comida. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2005
160 de 169 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bergman adapta una leyenda medieval según la cual allá dónde fue asesinada y violada una virginal doncella manará un manantial de agua pura. Una historia hermosísima y cruel a partes iguales que da pie a una obra maestra arrebatadora y perfecta, dónde el algo criticado guión de Ulla Isaksson no cabe duda de que también está a la soberbia altura del conjunto.
Bergman capta, envuelto en la soberana, luminosa y blanquecina fotografía de Sven Nykvist y de su primorosa puesta en escena, de forma magistral, el empozoñado ambiente del medievo, como ya lo hiciese en "El séptimo sello" y a partir de ahí construye una película tan sobria y elegante, como compleja e inquietante, un film que congela pero que a la vez desprende las llamaradas de cine infinito, feroz y rebelde de las obras maestras.
"El manantial de la doncella" es una reflexión agudísima y sublime acerca de muchos de los grandes temas bergmanianos: la Pureza, el Pecado, la superchería, la determinista Religión, el Dolor, el Perdón, la existencia de Dios (si existe de Bergman se desprende una y otra vez que es alguien muy imperfecto que determina la propia imperfección del siempre torpe ser humano), la Angustia vital y existencial, el peso de las tradiciones...Todo ello en una atmósfera tragicamente hermosa y desgarradoramente poética en medio de un paisaje descarnado, brutal e inhumano.
Bergman plantea que la frugalida y el naturalismo del entorno son rotos por los hombres, irracionales e inconexos a la armónica Naturaleza.
Memorable de cabo a rabo, resulta especialmente inolvidable en el personaje de von Sydow, un hombre cabal y muy religioso al que el asesinato de su hija conduce a la Duda y al abismo de la ley del Talión. Así, no hay redención ni expiación para nada ni nadie y la pureza, la inocencia, la esencia, la panacea, el recodo, en fin, se queda en la Naturaleza, en una maravillosa escena final.
De esta forma, "El manantial de la doncella" se erige en obra cumbre de su maestro y del Cine, aquí pleno dominador de su oficio, para el que fue un superdotado a fin de conjugar y complementar distintos niveles de percepción, reflexión y lectura. Y esta película es un ejemplo sublime y arrebatador de todo ello. Imprescindible obra maestra.
kafka
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