De hecho Wayne, que en la película vendría a ser el representante de los medios, cuando participa activamente en el motín junto a Mickey y Mallory dice que nunca se había sentido tan vivo. Lo que está sintiendo, por una vez, es real. En este mismo momento, pero, es Mickey quien le dice que no está pensando con claridad, que es mejor que dispare (shoot) con la cámara de vídeo. Vemos, pues, que es realmente al protagonista a quien le interesa que todo se vaya retransmitiendo.

De esta forma observamos que es el personaje de Woody Harrelson quien lleva la batuta en la relación que mantiene con los medios, pues sabe utilizarlos mejor a su favor que ellos a él. El momento de la película que mejor lo ejemplifica es cuando usa a Gale (a los medios) de rehén para escapar de la cárcel. Está rodeado de agentes, pero como el presentador es intocable les tienen que dejar marchar. La cereza del pastel llega cuando Wayne, que pensaba que había creado un cierto vínculo afectivo con los delincuentes, acaba siendo asesinado por éstos a la vez que, de forma diabólica, una cámara lo registra.

En Natural Born Killers, Mickey y Mallory nos demuestran que los medios forman parte del sistema, y que por tanto, solo hay una forma de superarlos: actuar al margen de él.