Grandísimo western donde un hombre modesto que intenta pasar desapercibido choca continuamente con un entorno desafiante que se lo impide.
Todo en la película es grandioso, los actores, la música, la fotografía, la historia.
No se cuantas veces la habré visto y hay escenas con la que aún se me ponen los pelos de punta, recuerdo aquella en la que los hombres de Bickford le siguen con resignación hacia una posible muerte a través del cañón de caliza con Heston a la cabeza y al son de la impresionante banda sonora, o la pelea entre Heston y Peck en la madrugada, o la doma del caballo resabiado,...
Jean Simons y Carrol Baker (una morena y una rubia) están guapísimas, dos mujeres con fuerte carácter, una con principios y un partidazo y la otra caprichosa y malcriada, muy bien las dos.
Charlton Heston en su salsa interpretando a un personaje épico y más chulo que un ocho, nadie como él para estos papeles, no fallaba.
Chuck Connors lo borda como un malo ruín, de los que a ratos caen simpáticos y acaban por provocar compasión.
Los tercos Bickford y Burl Ives parecen dos muros inquebrantables que no dan su brazo a torcer ante nada ni nadie.
Gregory Peck en uno más de ese puñado de personajes a los que nos tiene acostumbrados y que le dan mil vueltas a cualquier superhéroe de la Marvel, el prototipo de hombre reservado pero de gran capacidad, un hombre pacífico pero con el que es mejor no meterse. Es como para escribir en algún cuaderno su famosa frase de que no piensa pasarse la vida demostrando su valentía.
De mis favoritas, que suerte tienen los que la vayan a ver por primera vez.

Una película muy dura, de esas que te hacen pensar y renegar de la especie humana, en la línea de La jauria humana o La calumnia.
Por un lado se critica la hipocresía, la envidia, el cinismo y la crueldad de la plebe, en especial en poblaciones pequeñas, donde la muchedumbre se crece y los mediocres se enaltecen haciendo leña de árbol caído.
Por otro lado el papel de los abogados del diablo, esos que defienden lo indefendible dejando a un lado sus pricipios morales.
Soberbio Kirk Douglas, esta vez en un papel antipático ( lo más cerca que le he visto de interpretar a un villano), como defensor de cuatro desalmados acusados de violar a una joven. Pocas veces sonríe en la película,vemos a un Douglas amargado y asqueado, que por mucho que intenta buscar una salida y muy a su pesar, no tiene más remedio que acabar arrinconando a la víctima hasta su desesperación y derrumbe.
Estoy de acuerdo con la crítica a la banda sonora, tiene un tono festivo y desfasado que me parece totalmente inadecuado para el tema que se trata, le resta dramatismo al argumento.

Mi mujer y yo vimos la película pensando que era una comedia y aunque nos reímos muchísimo terminamos llorando a moco tendido, cualquier película capaz de conmover asi se merece un 10.
En la película, de manera muy eficaz, se ve la evolución de una pareja bajo la atenta mirada de su traviesa mascota. Marley les acompaña a lo largo de su vida compartiendo sus buenos y malos momentos.

Sigue en "spoiler"

El que quiera aprender historia que lea El Poema del Mio Cid y que revise la enciclopedia, pero la película es soberbia, no me canso de verla.
El director es un maestro del Western y se nota la influencia de este género en la película, hay una escena en la que los moros parecen los indios.
Charlton Heston se encuentra muy cómodo en el papel de héroe épico y se identifica con el personaje.
Nunca vi tan guapa a Sofía Loren, Heston debía de andar como una moto y eso se nota en las escenas de amor, saltan chispas entre Rodrigo y Jimena, muy buena química en la pareja protagonista.
La música de Míklos Rózsa es una obra de arte, tanto cuando acompaña a las escenas de amor como a las románticas.
La fotografía es preciosa, desde la sierra madrileña a Peñíscola (lapsus perdonable de la estela de un avión a reacción en el cielo).
En fin que aunque no sea muy fiel a la historia la película excelente y seguro que gusta aqui y en todo el mundo.

Película muy entretenida, con una ambientación magnífica y grandes actores habituales en westerns.
"Tierra de violencia" está llena de tópicos y de personajes familiares (por ejemplo Brennan haciendo de carcelero) pero a mi parecer añade al argumento una idea muy original, el protagonista sufre una inoportuna dolencia que dota al film de un notable elemento de suspense.
Por algún motivo me pasó desapercibida durante años, no me di cuenta de que ya la había visto hasta llegar al tiroteo final en el pajar, fue en ese momento cuando aconteció ese agradable Deja vu que ocurre a veces y que te trae recuerdos de la infancia dejándote un grato sabor de boca.
Se la recomiendo a todos los que como a mi les apasione el Western.