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Críticas de Tony Montana
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Críticas 179
Críticas ordenadas por utilidad
10
30 de enero de 2006
474 de 511 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi película favorita de mi director favorito protagonizada por mi actor favorito. No puedo pedirle más. El mejor western jamás filmado. Obra maestra indudable. Y todo ello, no siendo más que lo que era el cine del genio italiano: una ensalada de tiros.

A esta película es muy difícil buscarle fallos. Es un compendio de virtudes que vna desde la dirección, hasta la interpretación, pasando por la fotografía, y cómo no, la música. Todo ello pasando por la parte más elemental del cine de Leone: la ambición desmesurada por el dinero. Este es el epicentro de un guión genial: encontrar un tesoro cueste lo que cueste, sin importar a qué o a quién hay que matar.

Sus personajes son una exprecie de estereotipación de los clásicos protagonistas de los westerns, sólo que aquí la línea que separa a uno de otro nunca está clara. El bueno mata, el feo mata, y el malo mata. Como todo personaje leoniano, estos tres se guían por el instinto humano de supervivencia, o ellos o él. Quizás con respecto a sus otros westerns, observamos una diferencia con el personaje de Tuco. Mientras Sentencia y Rubio viven el presente, puesto que no tienen pasado ni futuro, conforme pasa la película, nos damos cuenta de que tiene unos demonios interiores que despierta su hermano, el monje Pablo Ramírez. Un pasado trágico que fue lo que le condujo a ser un pendenciero. Y realmente, el propio Tuco es quien se gana las simpatías del espectador por su carácter bufonesco: "Me gustan los tipos grandes como tu, por que hacen mucho más ruido cuando caen "

La película es también una ácida crítica a la guerra. Tanto unionistas como ocnfederados son presentados como vulgares maltratadores, y cabe destacar el papel de Sentencia, como soldado unionista. presentados siempre como los buenos,pero que aquí son meros maltratadores. Una escena particularmente bestial es cuando Tuco y Rubio van por el desierto y ven muchos cadaveres, y dice Rubio: " Cuanto muerto por nada ", dejando claro que para él lo único que importa es el dinero.

Algo que dice Tarantino acerca de esta película es que la escena del duelo es la mejor dirigida de toda la historia del cine, algo que comparto con él. Durante 3 minutos, únicamente vemos a 3 hombres mirándose, con nerviosismo, miedo o la más absoluta frialdad, todo con un montaje perfecto. Hasta que todo se resuelve con un mero disparo. La música de Morricone es genial durante toda la película, pero particularmente en el duelo final adquiere un ritmo casi hipnótico.

El mejor western jamás realizado, aunque sea odiado por lo más clasicistas.
Tony Montana
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10
3 de marzo de 2006
419 de 443 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se realiza una trilogía, normalmente el punto flaco suele ser la tercera parte, pues las ideas se acaban, y se recurre a repetir lo bueno de las primeras entregas, con la consiguiente falta de originalidad. Y sobre todo en las películas épicas, donde se suele dejar de lado la parte íntima de los personajes, para llevarlos hacia grandes batallas y gestas que serán dignas de recordar por los siglos de los siglos, amén. Pero Peter Jackson no. En el guión de esta película, los personajes sienten, respiran, y evolucionan, y todo ello en un grandísimo mundo épico que no escatima ni un ápice de espectacularidad.

Muchos critican a Jackson de haber hecho su propia versión de la obra maestra de Tolkien, de la que yo soy ferviente seguidor desde hace mas de 10 años, y en ningún momento me sentí ofendido por la adaptación. Partiendo de la base de que un libro debe ser trasladado al cine, y no copiado, Jackson logra un trabajo soberbio, pues consigue lo que Tolkien hubiera deseado: que tuviera la esencia de su obra cumbre, y ciertamente, la trilogía de Jackson la tiene. No por calcar el texto original vas a hacer una mejor adaptación, cosa que algunos no entienden.

Un texto tan rico en metáforas, dobles sentidos, y una maravillosa moral, está patente en la película, y nos demuestra que todos, sin excepción, por muy pequeños que seamos, podemos cambiar el mundo si nos lo proponemos, y somos honrados de corazón y si no nos rendimos jamás. Con la ayuda de la amistad se puede salvar cualquier obstaculo. Y de éso se da cuenta muy bien Frodo, a quien vemos avanzar durante la obra, y convertirse en lo opuesto que era al comienzo, al igual que Aragorn, o Sam, o cualquier otro miembro de la compañía, que cambiará conforme las circunstanciaslo hagan, y serán unos personajes que calarán hondo en el espectador.

Y algo que consiguió extraordinariamente Jackson fue recrear la Tierra Media. Un auténtico prodigio de técnica y arte, pues cada recoveco de la novela ha sido recreado majestuosamente. Minas Tirtih, Hobbiton, Mordor, cobran vida delante de nuestras narices, y sólo podemos quitarnos el sombrero para felicitar a Jackson por su maestría. Y a todo ello, una de las mejores bandas sonoras de la historia, compuesta por un inspiradísimo Howard Shore, cargado de tintes épicos y oníricos, que nos transportan a la Tierra Media en cualquier momento...

La cinta alcanza unos momentos de emoción sublimes. Durante los momentos finales, secuencias de batalla y momentos épicos, uno está sentado a la butaca, con el corazón en un puño, contemplando lo que acontece, pues son unos personajes que ya forman parte de nuestras vidas, y nos importa lo que les pase, y al final, por qué no, derramar unas lágrimas sabiendo que todo ha acabado, un período de nuestra vida cinéfila ha tocado a su fin, y sabemos que habrá un antes y un después de esta, ya, obra clásica del cine...
Tony Montana
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10
8 de julio de 2006
401 de 450 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿ Cómo puede una niña pequeña perdida entre la multitud ejemplificar de una manera tan perfecta el puro horror ante la masacre ? Spielberg logró que el espectador se sintiera, al igual que Oskar Schindler en su caballo, abrumado al ver cómo una pequeña niña caminaba sola por el guetto en medio de la masacre, y con el paso del tiempo, dicha secuencia ha permanecido grabada a fuego en el subconsciente colectivo como una de esas imágenes de un poder visual único. Spielberg calló las bocas de aquellos que le tachaban de mero director de productos ultracomerciales con esta película necesaria, soberbia, hermosa, y demostrando a todo el mundo que si se pone serio, no pierde ni un ápice de calidad.

Su origen judío y el nazismo han sido elementos que siempre han obsesionado al genio americano, y para comprobarlo sólo hay que ver la reciente Munich y la primera y tercera parte de Indiana Jones. Pero con esta película, Spielberg realizó su obra más catártica, el fin de una etapa en su carrera, y la muestra de que sus miedos y obsesiones habían madurado, y que en cierto modo se enfrentaba a ellos. Spielberg dirige la cinta con una maestría insuperable, con un control y una planificación totalmente hitchcockiana. Realizó el retrato más duro del mayor crimen cometido por el ser humano, y sale airoso de ello. En esta película olvida se encuentran otras de sus obsesiones, como la necesidad de la unión familiar, aunque en ningún momento cae en el sentimentalismo barato que muchos le achacan al resto de su filmografía. Nos narra el viaje al horror de un grupo de personas, nos hace sentirnos dentro de los agobiantes trenes a pleno sol, y en las duchas de los campos, dónde la tensión se mezcla con el miedo y el bochorno, creando en el espectador una sensación de desolación que tienen la suerte de no vivir. A pesar de ello, Spielberg también piensa en la taquilla, y dulcifica algunas de las secuencias más duras de la película, especialmente en el guetto y en los campos, usando el montaje y la música de una forma que da al traste con sus pretensiones de rodar dichas partes a modo de documental. Otro punto a destacar son las interpretaciones. Siendo un director al que se le critica mucho este aspecto, aquí ofrece un recital de dirección interpretativa, y desde Liam Neeson, hasta Ben Kingsley, pasando por Ralph Phiennes, dan un curso acelerado de interpretación, siendo incomprensible que no ganaran oscar ninguno.

Con esta cinta, Spielberg realizó una poesía viviente, una obra totalmente lírica sobre el horror y la demencia del hombre, un maravilloso canto a la vida, a la esperanza en la oscuridad, y le da voz a un pueblo silenciado y humillado durante siglos, que por fin vio cómo su sufrimiento era relatado con manos serias, y todo ello es posible gracias a un hombre, Oskar Schindler, el mayor mecenas del siglo XX, y probablemente de la historia, el mecenas de lo más valioso e importante de este mundo: la vida
Tony Montana
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10
20 de abril de 2006
373 de 402 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si a mi me preguntasen si una de las dos partes de El Padrino es mejor que la otra, hace unos años habría dicho que la I, pero tras revisionarla varias veces, me he dado cuenta de que no pueden separarse, pues las dos alcanzan unas cotas de perfección en todos los aspectos casi nunca alcanzadas en el cine. Son dos historias aparentemente indepenientes una de otra, pues ocurre en lugares distintos, los protagonistas cambian en su gran mayoría y las tramas son diferentes. Pero hay un nexo de unión: Michael Corleone.

Ambas peliculas nos muestran a la Mafia en sus altas esferas, pero esta segunda parte nos muestra sus consecuencias. Aquellos que decían que la primera parte glorificaba a los gangsters tuvieron su reprimenda, pues esta cinta muestra para mi el desencanto del propio Coppola con su famosa trilogía, pues hizo la película casi obligado, y estuvo a punto de ser sustituido del mando de la pelicula por un entonces joven Martin Scorsese. Mucho más oscura, y con una trama quizás más negra y complicada, Coppola nos empieza mostrando a un Michael en el cénit de su poder, temido por todos, y nos acaba demostrando un Michael desgarrado por el dolor, convertido en un asesino que no tienen en cuenta ni la propia sangre, y anteponiendo la Familia a la familia. El hace las cosas ciegamente, pensando en que eso puede beneficiar a su familia, cuando en realidad lo que hacen es distanciarlo más y más, pero cuando se da cuenta es demasidao tarde... Y a todo ello se le añade el nacimiento del primer Don Corleone. Una historia que por sí sola alcanza una profundiad que para sí quisieran bastantes películas. Y una ambientación única, que sirve de constraste para mostrar las formas de ser de padre e hijo, uno basado en el honor, y el otro en el mero asesinato y el miedo. Aunque también esta película es una crítica a una sociedad americana que ocultaba sus problemas bajo una capa de corrupción de la que poco se sabe.

Y para unir dichas historias, Coppola hace gala de un dominio del montaje sencillamente extraordinario. La manera tan perfecta con que nos cuenta ambas historias y las une son dignas de una tesis, ya que jugar así con el tiempo de una película sólo está al alcance de muy pocos privilegiados. Amén de un apartado técnico que quita el sentido. Una película perfecta, acompañada de un diseño de producción único, una banda sonora primorosa, una fotografía excepcional, y el ya comentado genial montaje. Y unas interpretaciones que alcanzan la perfección. Si interpretar a Vito no fue fácil, el hacerlo una segunda vez y por otro actor es digno de alabanza. Y cómo no, Michael. Que Pacino no ganara el oscar es sencillamente de broma. Su interpretación es de las mejores de la historia del cine. Maravillosas Talia Shire y Diane Keaton, un personaje más importante en la trilogía de lo que muchos creen. Y un John Cazale que sobrecoge en cada plano. Amén de Duvall, con un personaje de mayor importancia en la trama.

Visionado obligatorio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tony Montana
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10
19 de enero de 2006
401 de 462 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas, acaso 3 o 4, me han hecho disfrutar más viendola que esta película. Mi ojito derecho. No puedo describir con palabras lo que me hizo sentir la primera vez que la vi. Una de mis películas favoritas por la que siento auténtica devoción.

No puedo ser objetivo con esta película, por que me gusta demasiado. Media película es la interpretación de Al Pacino. Por eso recomiendo encarecidamente su visionado en versión original. Está sensacional, perfecto. Muchos le acusan de sobreactuado, de histriónico, pero realmente esa es la interpretación que requiere el personaje. Su acento cubano es increíble. Si alguien ve la película doblada, no tiene perdón. El doblaje no le hace justicia a la interpretación del Pacino. Es una gozada verle hablando ingles españolizado, usando continuamente términos de la jerga de los latinos afincados en Miami. Michelle Pfeiffer es algo más que la clásica chica florero de las pelis de gangsters. Esta estupenda en su primer gran papel, aparte de lucir radiante. Steven Bauer está estupendo, a pesar de no ser un actor muy reconocido. F. Murray Abraham protagoniza una de las escenas más célebres de la película, y en el poco tiempo que aparece en pantalla lo borda, al igual que Robert Loggia. Y también hay que destacar a la guapísima Mary Elizabeth Mastrantonio, que interpreta a la hermana de Tony, quien tiene sobre ella un deseo casi incestuoso.

La película es sobre todo una gran historia sobre la ambición. Tony va superando todas las barreras para conseguir lo que quiere, y no le importa el método que deba usar para ello. El asesinato, la amenaza o el chantaje serán algunas de sus armas. Al fin y al cabo, conseguir todo lo que quiere le acabará trastornando. Su posición de poder le hará volverse loco. Terminará convertido en un grandísimo paranoico consumido por la cocaína.

El guión está muy bien estructurado. Vamos viendo la progresión de Tony desde lo más bajo hasta lo más alto, donde se le van las cosas de las manos y no es capaz de controlarlo, y en cierto modo parece que toda la película está hecha para conducirnos hacia el inevitable final. La dirección de De Palma peca bastante de efectista en numerosas ocasiones. Se recrea en la violencia como si disfrutara viendo sangre por todos lados. Mueve en exceso la cámara, quizás en herencia de su conocido gusto por Hitch. Pero la verdad, para no ser Howard Hawks, raya a una gran altura. La estética ochentera es rompedora, y nos permite zambullirnos en la época con total facilidad. A ello contribuye una grandísima banda sonora de Moroder, que nos mete en las salas de baile de lleno.

Ya saben, en version original, y a disfrutar de Al Pacino en su salsa.
Tony Montana
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