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España España · Madrid
Críticas de loganxxx
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Críticas 65
Críticas ordenadas por utilidad
10
23 de octubre de 2006
754 de 806 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces, muy pocas, las formas de expresión artística trascienden más allá de lo estríctamente cuantificable y se adentran en el terreno de lo inconmensurable. He esperado a ver las cinco temporadas de esta serie para poder valorarla de forma objetiva, cosa que deberían hacer algunos de sus detractores (que afortunadamente son pocos) antes de abrir su boca para emitir el más mínimo comentario despectivo sobre una de las cimas de la historia de la televisión universal.

"A dos metros bajo tierra" es, probablemente, la mejor serie de televisión que se ha hecho y se hará jamás. No creo que Alan Ball, artífice de este milagro, sea consciente del grado de intensidad emocional, profundidad analítica, belleza formal, estructura narrativa y talento interpretativo que impregna cada segundo de esta absoluta obra de arte de la televisión.

Hay que saber mucho de la vida y de los sentimientos para plasmar en una serie tantos temas actuales y enfocarlos desde una visión tan sabia, medida y, sobre todo, con tantas toneladas de sentido común y respeto por la vida y las relaciones humanas.

No existe ni existirá jamás una serie que, con el trasfondo de la muerte, hable de la vida tanto como ésta; que coloque en la boca de sus personajes verdades tan abrumadoras que muchos ni se atreverían a plantearse; que diseccione de raíz creencias sociales absurdas y desfasadas; que atente contra los cimientos de la misma esencia de la existencia para demostrar lo inmensamente equivocados que están muchos al criticar determinadas actitudes; y, sobre todo, que desprecie, con tanta inteligencia y de forma tan sutil, a todos los estúpidos que insisten en ser infelices y en hacer infelices a los demás.

Jamás la televisión mostró la vida de una forma más límpia, pura y clara. Jamás hablando de la muerte se dijo tanto sobre la vida.

Ojalá esta serie fuera de visión obligatoria, y que la gente comprendiera el mensaje que encierran sus maravillosas cinco temporadas: vive, deja vivir y disfruta de la vida porque tú, como yo, un día te morirás. Y nada ni nadie puede ni podrá jamás cambiar eso.

Sublime hasta lo inexpresable. Emotiva hasta grados incuantificable, única e irrepetible.

Y atención a los cinco últimos minutos del último episodio de la serie porque constituyen una de las cimas artísticas más absolutas de la historia de la televisión, el cine y cualquier otra forma de arte. Son estremecedores y capaces de poner la piel de gallina a una estatua de mármol.

Que nadie se pierda esta serie, sobre todo aquellos que se interesan por la vida y desean vivirla con la mayor intensidad y claridad posible. Y los que la aman, como yo, que nunca dejen de recomendarla; le harán un favor al mundo.
loganxxx
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10
5 de junio de 2006
907 de 1178 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al margen de la inmensa y deslumbrante calidad tanto técnica como emocional de esta impresionante película, resulta sorprendente la facilidad con la que el público la desprecia esgrimiendo falacias tales como: "no tiene guión", "es producto de una campaña de marketing", "sólo hay dinero en ella", etc, etc...

Obviamente todo el mundo tiene derecho a dar su opinión, eso es indudable, y no a todo el mundo "Titanic" tiene que parecerle una obra maestra absoluta, faltaría más; pero tratar de justificar que ésta es una mala película no es más que una clara muestra del tremendo esnobismo que impera entre un determinado sector del público, que parece necesitar despreciar lo indespreciable para sentirse importante, tremendamente culto o superior al resto de la humanidad.

Por supuesto, la historia de la película puede o no gustar, está claro; pero la impecable factura técnica del filme resulta tan abrumadora a un nivel puramente académico que cualquiera que comprenda mínimamente el significado de la palabra "cine" será incapaz de tachar esta película de mala. Podrá parecer regular porque la historia no interese, o porque se tenga la sensación de que los actores no encajan en sus papeles, o por mil motivos más, pero de ahí a decir que es mala va un auténtico abismo.

Desde mi punto de vista "Titanic" es una de las más recientes obras maestras que ha dado el cine y que ha conseguido aunar con auténtica destreza el cine espéctaculo con el cine romántico; explosivo coctel que, por otro lado, ha logrado que la cinta cautive a más espectadores sobre el planeta que cualquier otra (eso es un hecho estrictamente matématico que no está sujero a opinión. Lo siento por sus detractores, pero pensar que tantos millones de espectadores han sido engañados por una efectiva campaña publicitaria o unos deslumbrantes efectos especiales es poco menos que una aberración y un auténtico sinsentido).

Enumerar las virtudes de esta película necesitaría varios volúmenes, pero basta destacar, sobre todo, su deslumbrante ritmo cinematográfico (gracias a un magnífico montaje), su cuidada puesta en escena y los espectaculares efectos, perfectamente integrados en una historia tremendamente habil que consigue contar la tragedia a través de los ojos de una mujer enamorada, lo que sin duda es uno de los grandísimos aciertos de la película.

Creo que "Titanic" es una grandiosa obra maestra que emocionó y seguirá emocionando a mucha gente durante mucho mucho tiempo, y que ya ha colocado a James Cameron en lo más alto del Olimpo del cine.

Ah, bueno, y también es un estupendo detector de snobs. Basta preguntar por la película y comprobar los que la tachan de malísima.
loganxxx
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10
10 de junio de 2006
401 de 470 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algunas veces la campaña comercial que se construye en torno a una película no sólo no consigue promocionarla como es debido, sino que la perjudica de forma irremisible. Ése es sin duda el caso de "El bosque", una película absolutamente prodigiosa que se promocionó, de forma absolutamente engañosa, como un filme de terror, cuando en realidad tiene poco o nada que ver con eso.

Comprendo perfectamente que todos aquellos que fueran al cine esperando una película de terror clásico salieran completamente decepcionados, pues "El bosque" se acerca más a una reflexión intelectual sobre el poder del miedo que a una película de miedo propiamente dicha. Y eso, para el espectador que va al cine esperando lo que le promete el engañoso trailer, supuso una profunda decepción.

Yo recomiendo ver "El bosque" con otros ojos, y tratar de entender el tremendo mensaje que encierra la película, que no es otro que la utilización del miedo para controlar a las sociedades, algo que los norteamericanos, por ejemplo, conocen muy bien, pues lo hacen a diario; o la Iglesia Católica, que lleva siglos utilizando el miedo de la gente para controlar a los individuos con amenazas sobre el Diablo, el Infierno y mil chorradas de ese tipo.

La espectacular dirección de ese pequeño genio llamado Shyamalan, así como la impresionante partitura de James Newton Howard envuelven una historia trágica y en cierto sentido claustrofóbica en la que el poder del amor triunfa sobre los terrores primigenios, ésos que nos son inculcados dede la infancia y que sólo pretenden controlar nuestras actitudes y coartar nuestras libertades. Como un sobrecogedor cuento infantil para adultos, "El bosque" puede considerarse una de las propuestas más inteligentes y novedosas que ha dado el cine en mucho tiempo.

Las interpretaciones son asombrosas, sobre todo la de Bryce Dallas Howard, y el ritmo de la película es pausado y profundamente desasosegante; desvelando poco a poco el gran secreto final, que, como viene siendo habitual en el cine de este director, da la vuelta al argumento y lo convierte, como decía al principio, en un profundo análisis sobre la utilización del terror y nuestra capacidad para vencerlo, para enfrentarnos a la verdad que hay más allá del bosque, y que puede cambiar nuestra vida completamente si nos atrevemos a aceptarla. Sublime.

Elegantemente dirigida, profundamente bien escrita y deslumbrante en su resultado final, totalmente alejado de los productos de terror adolescente yanquis, que probablemente era lo que esperaban muchos de sus detractores.

Muy recomendable para los que estén dispuestos a pensar un poco en el mundo que nos rodea y en el poder de la mentira para controlar a los individuos. Una auténtica obra maestra muy superior a "El sexto sentido", película que catapultó a la fama a su director, y cuya calidad se encuentra a años luz de este prodigio llamado "El bosque".
loganxxx
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10
27 de abril de 2007
260 de 344 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los tiempos que vivimos no son buenos para el arte. El bombardeo promocional que precede al estreno de cualquier película no sólo es perjudicial en la mayoría de los caso, sino nocivo, en casos como el que nos ocupa. La promoción que se ha hecho de “La fuente de la vida” es completamente engañosa, falsa y manipuladora; y la sinopsis que han distribuido los medios es completamente subjetiva, dado que es una película completamente abierta a la interpretación y que busca más pulsar el resorte de las emociones que el de la razón.

De ahí que mucho público salga frustrado del cine al tratar de entender la película ajustándose a esas premisas, que son, en mi opinión, erróneas. Desde mi punto de vista no hay ningún viaje en el tiempo ni tres momentos temporales, como insisten en repetir los resúmenes del argumento. Sólo hay una realidad, un deseo de cómo hubieran podido ser las cosas en un remoto pasado y una imagen del subconsciente de un hombre enamorado. Pero no tiene por qué ser así: hay tantas lecturas de esta película como espectadores la vean.

“La fuente de la vida” es cine en estado puro, su potencia visual es tan deslumbrante y abrumadora que se resiste a cualquier tipo de análisis racional. Aronofsky ha trascendido las fronteras del cine y se ha adentrado en terrenos más propios de la poesía y el arte del subconsciente.

La interpretación de los dos protagonistas (inconmensurables Jackman y Weisz) convierte la cinta en un espectáculo emocional soberbio que dinamita las percepciones de una forma casi hipnótica; la experiencia está más cercana a la lectura de un poema o la contemplación de un cuadro que a una película, lo cual es de agradecer dada la vulgaridad formal que tan habitualmente inunda las pantallas de nuestros cines. Es una película para el corazón, no para la mente. Para disfrutarla como se disfruta al contemplar un amanecer. Simplemente sublime.

Por eso, los que creemos en el poder del arte cinematográfico como motor para expresar lo inexpresable tenemos la certeza de que, pese a las malas críticas recibidas, “La fuente de la vida” acabará convirtiéndose en un clásico, como muchas otras películas despreciadas por crítica y público en el momento de su estreno, y a las cuales el tiempo ha otorgado su justo y merecidísimo valor. Afortunadamente, la película no está siendo despreciada en masa, y un sector de la audiencia está juzgándola en su justa medida. Ojalá hubiera muchos directores como Aronofsky, de verdad. El anquilosado, vulgarizado y comercializado Séptimo Arte lo necesita con urgencia.
loganxxx
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10
16 de diciembre de 2005
222 de 274 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces, sólo algunas veces, el cine se convierte en un vehículo capaz de arañar lo más profundo de nuestro ser, capaz de adentrarse en las profundidades del alma y mostrarnos alguno de los grandes secretos de la existencia.

"Las horas" no es una obra maestra, ese adjetivo se queda muy corto para describir la profundidad, la sensibilidad, el arte y el buen hacer que esconde esta irrepetible película, pero, sobre todo, se queda corto para definir la gran verdad que revela y que resulta común para cualquier ser humano sobre la Tierra que alguna vez haya sentido la necesidad de elegir el camino que le conduzca a la felicidad.

Daltry hace un trabajo impecable, medido y rebosante de talento, y todos los actores y actrices, incluso los secundarios, alcanzan niveles de interpretación que serán muy difíciles de volver a ver en una pantalla en mucho, mucho tiempo. La perfección ronda por esta película de forma omnipresente, adueñándose de cada plano, de cada gesto y de cada segundo de metraje.

"Las horas" escupe ante nuestra cara el gran secreto de nuestra capacidad o incapacidad de tomar decisiones. Esas grandes decisiones que determinan los caminos por los que andamos y que nos conducen adonde queremos o no queremos estar. La felicidad es difícil de alcanzar, es sólo un instante, un tesoro precioso que llega de pronto y se escurre entre nuestros dedos, una sensación reservada sólo a unos pocos; a aquellos capaces de ser fieles a sí mismos, a sus deseos y a sus sueños. A los sinceros... y, sobre todo, a los valientes.

La vida, frágil e irrecuperable, mantiene su férreo latido como un pulso ininterrumpido, con su lento devenir hacia esa muerte que, irremediablemente, nos espera a todos al final del camino. Y todos tenemos la capacidad de elegir cómo vivir, de elegir con quién queremos vivir y lo que queremos hacer. Ser felices depende de nosotros, y no serlo también... y ser infeliz es la mayor tortura del ser humano, una tortura que puede conducir a la peor consecuencia de la infelicidad: desear la muerte.

Las tres mujeres de esta película afrontan el reto de forma muy diferente. Una elige la muerte, otra la huida y otra la resignación. Y al final sólo queda esa vida vivida que jamás volverá, con el fin definitivo para Nicole Kidman, con el premio que no supimos ver ante nosotros en el caso de Meryl Streep y con el merecido perdón en el caso de Julianne Moore. Tres senderos diferentes, tres senderos forjados en el tiempo con cada uno de los años, los días y las horas de nuestra preciosa e irrepetible existencia.
loganxxx
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