El problema de este serie, El final del camino,  no es que sea aburrida, que las diferentes tramas se entremezclen sin dejar claro a donde quieren llegar o que la suma de todo haga que el espectador se pierda, tampoco que el espectador con una cultura media se enfade por mezclar los acontecimientos históricos con la ficción... el problema es que un producto con tantas cosas negativas cueste el dineral que ha costado y sea pagado por una televisión pública.

Es curioso que en España sea mayoritariamente la izquierda la que se une para defender el audiovisual (películas en su mayoría) y estén respaldando una industria en la que el mayor porcentaje de los gastos recae en un pequeño porcentaje de trabajadores. Una muy pequeña parte de actores con papeles protagonistas junto con los guionistas, directores y productores cobran unas cifras astronómicas en relación con el resto de trabajadores indistintamente de que el producto final fracase o no, en cambio a los auxiliares, ayudantes, actores secundarios, figurantes, etc, se les paga según convenio, escatimado al máximo sus sueldos.

¿Para cuándo se pagará a los responsables de cualquier producto audiovisual según el beneficio que consiga su producto?
¿Por qué lo hagan bien o mal tienen que cobrar cifras astronómicas?
¿Por qué no cobran un sueldo base estipulado por convenio y después de la emisión cobran y se reparten los beneficios si los hubiera?

A mí personalmente me parece mal que una serie de 8 capítulos pueda costar casi 8 millones de euros para que los responsables se lleven en 5 meses de trabajo cientos de miles de euros antes de saber si lo que van a hacer funcionará o no.
Criticamos las obras civiles faraónicas que hicieron algunos gobiernos y que pagamos todos y que apenas tienen uso pero aceptamos con normalidad esta clase de despilfarros.