Una película nacida con el don de la oportunidad, aunque no supo aprovechar la ola.

El rodaje, publicitado decentemente en los medios vascos, despertó expectativas en el público: la película más cara jamás rodada en euskara (parcialmente, y por tanto también doblada parcialemente al castellano) escenas de acción rodadas en Cuba y una narración que podía ofrecer una retrospectiva histórica en la nueva época post-ETA.

El argumento, atractivo para muchos: la realidad que se vivió durante los 80, cuando militantes de izquierda europeos, entre ellos muchos vascos, volaron a Centroamérica impelidos por los ideales internacionalistas, unos a realizar tareas humanitarias y otros a pelear, en serio, sin retóricas. Esa historia demencial, increíble, a medio enterrar, también ha sido rescatada gracias al documental "La lucha en la mochila", sobre un grupo de médicas militantes del Movimiento Comunista que se alistaron en la guerrilla de El Salvador.

Seguro que esas vidas podrían proporcionar una excelente base para miles de narrativas, fuera sobre románticos y heroicos guerrilleros, sobre terroristas fanáticos, o quizás, sobre unos personajes que pudieran construirse más allá de los estereotipos.

Lamentablemente, creo que "El cazador de dragones" aunque merezca una oportunidad, es una obra fallida.

Distinguiría dos películas unidas en una: hay una cinta bélica e histórica con subtramas de thríller político, que para mi gusto merece la pena.

La otra, una pretendida lección moral(ista) sobre el terrorismo y la guerra; por muy necesarias que sean ese tipo de reflexiones, la película se queda en un querer y no poder, estropeada por metáforas reiterativas y demasiado obvias (que si el dragón esto, que si el dragón lo otro, que si tú eres el dragón aunque yo también lo soy pero solo un poco,...) y frases cursis ("¿Cómo podéis matar y amar al mismo tiempo?", etc), que finalmente naufraga en un baso de agua.

Justo antes del preestreno hubo una trifulca pública protaginizada por el director Patxi Barco y el productor y guionista Ángel Amigo. http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2012/08/31/ocio-y-cultura/cultura/patxi-barco-se-desmarca-de-39dragoi-ehiztaria39-que-se-estrena-hoy

Una vez que el director saliera en los papeles para dejar claro que se desvinculaba totalmente del montaje final, añadiendo que él y su equipo intentaron suplir con una buena factura las "mediocridades" de un guión que definió como "flojo", la cinta fue estrenada en un puñado de salas. Y se acabó. Nada más se supo, hasta que por fin la obra ha reaparecido en Filmin y las páginas de descargas.

Cumplimos con el deber patriótico de soportar cualquier petardo sin protestar. "Está bien, para ser cine vasco", solemos decir. "A mí me viene bien para aprender euskera", dice otro resignado. "Es que es de una productora pequeña" justifica un@ comentarista.

Ttanttaka lleva más de veinte años montando obras magníficas y dignas en euskera y en castellano. Varios escritores, perfectamente homologables en la industria literaria europea, son traducidos del euskera a diferentes lenguas. Fermin Muguruza y Berri Txarrak se van de gira hasta el Japón. ¿Qué pasa con el cine?

Acepto que una industria no se construye en un día y que no puede salir un Spilberg euskaldun de la noche a la mañana, bien, pero vale ya de bodrios, mesedez. Imanos Uribe, Montxo Armendariz, Anjel Lertxundi, entre otros, dirigieron en los 80 buenas películas en peores condiciones.

La película es mala. No hay vuelta de hoja. El reparto está formado por actores buenos, regulares y horrendos, todos cumpliendo como profesionales con su oficio. A saber, currar con lo que hay: un guión malo, malo.

"Hors-la-loi" nos enseña la cara sucia de la Francia de los 50, cuando los cochambrosos barrios donde se amontonaban miles de norteafricanos se convirtieron en una avanzada del FLN argelino en suelo galo.

Le doy un 9 porque el Sobresaliente se lo reservo a obras maestras como "La Batalla de Argel" de Pontecorvo. Le pondría un Notable si Hors-la-loi sólo fuera una peli de política con tiros, intelectualmente vacía pero con buena trama y ritmo. Creo que Munich de Spilberg es de ese tipo, y a esta le puse un "Interesante" y gracias, ya que además de ser intelectualmente vacía pretende ser la ostia de profunda. Aunque evidentemente, Spilberg tiene más arte que Bouchareb y sobre todo muchiiiisimos más medios.

Y sin irme por las ramas, Hors-la-loi no me parece una obra maestra, aunque tampoco una olvidable peli de acción. La obra contiene cierta profundidad y osadía que al llegar a los títulos de crédito nos anima a charlar sobre ese fenómeno que convencionalmente llamamos terrorismo, la obtusa entrega a una causa política, el proceso de descolonización de África, y de ahi lo que se nos vaya ocurriendo.

Aunque algunas escenas de acción chirríen un poco (es que estamos acostumbrados a que un productor se gaste una millonada en tres minutos de película), creo que los actores lo bordan en las escenas dramáticas.

Película maltratada y maldita de Costa-Gavras. Después de estrenarse solo en Francia, donde varias salas fueron desalojadas por amenazas de bomba, hoy se oferta en olvidadas tiendas de DVDs y páginas de streaming. La Universal la estrenó en Estados Unidos en una sala, y ya. En España ni eso.

Obedeciendo a la máxima "piensa mal y acertarás", podríamos pensar mal y sospechar que Hanna K. sufrió un deliberado abandono por parte de las grandes distribuidoras, debido a su mensaje antisionista. Quién sabe. Sea como fuera, Costa-Gavras, un director de los llamados "sociopolíticos" que ha tratado temas incómodos para los poderosos en muchas de sus obras, esta vez vio cómo los poderosos de la industria, por el motivo que fuera, escondían esta producción en un cajón.

La peli gira en torno a dos temas principales: los conflictos existenciales y sentimentales de la protagonista (Jill Clayburgh), que en ese brete vital debe representar como abogada a un árabe palestino del 48 (Moohamed Bakri) que intenta que Israel reconozca su derecho a regresar al hogar donde nació, un pueblo ahora repoblado por judíos europeos e incluso cuyo nombre ha sido hebraizado.

Existe una llamativa diferencia entre ambos papeles: la protagonista tiene extensas oportunidades para expresar sus dudas, conflictos y puntos de vista, al igual que el resto del reparto, al contrario del árabe palestino -el extraño, el otro- interpretado por un Bakri misterioso y parco en palabras.

Por muchas similitudes con Los Intocables que tenga, por muchos guiños cinéfilos que haga, por muchas peleas coreografiadas que exhiba, por muchos drones que giren, por muchas técnicas innovadoras de cámara y excelentes números musicales que ponga en escena,... Esa no es la Barcelona del pistolerismo de los principios del siglo XX.

No tengo nada malo que decir sobre la peli a nivel técnico.

Se han inventado otra polícía, otro anarquismo, otro movimiento obrero, otra historia del feminismo, otro castellano del siglo XX, otra Cataluña. Por cierto: ni una palabra en catalán en toda la peli; ni un triste cuplé picante cantado en catalán, que joder si los hubo. Los anacronismos son innumerables.

Ha habido varios intentos fallidos de llevar a la Barcelona de plomo a la pantalla, entre los que se encuentran series producidas por RTVE. La Verdad sobre el caso Savolta (1979), realizada con muchísimos menos medios, es un thriller digno, más sólido y menos anacrónico que La Sombra de la Ley. No es buena señal.

Aquella Barcelona podría servir para crear el China Town, el Chicago, El Irlandés del mundo hispano, pero claro... Quizás es todavía un tema demasiado problemático.