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España España · Barcelona
Críticas de Willis
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Críticas 31
Críticas ordenadas por utilidad
2
15 de febrero de 2016
82 de 108 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aburrida e inverosímil, a mi humilde parecer y según el general de la sala donde la vi. Solo había que ver las caras y escuchar las expresiones tipo: Y que más! Vaya tomadura de pelo! No hemos acertado para nada! Gente saliendo a mitad de proyección, suspiros de aburrimiento y revolcones en la butaca. Si hubiera sido el circo romano el veredicto del pulgar hacia abajo hubiera sido unánime.

La película es larga, muy larga, Sin casi guión, sin contextualizar la historia, apenas dialogada, sin posibilidad de identificarte con personaje alguno, sin emoción. Los flashbacks supuestamente explicativos no aportan nada, y son de una ridiculez de vergüenza ajena. Para colmo de males, a mitad del film te das cuenta que estas viendo una de Superman, o a un nuevo superhéroe de la Marvel con superpoderes que no te han contado. Ahí es donde la gente explota, abandona la sala o masculla su malhumor.

Aguanto callado y concentrado. No puede ser. Son 12 nominaciones a los Oscar y multitud de críticas elogiosas. De pronto tengo una revelación: Claro, se trata de superpoderes producidos por las mordeduras del oso. Ahora caigo! Es Gryzlyman, el hombre que al ser casi despedazado por un oso, por un extraño fenómeno biológico solo posible por los meteoritos caídos en Yellowstone Park, se convierte en un superhéroe indestructible. Inmune a las heridas, a las infecciones, al hambre, a la sed, a la hipotermia y a la intemperie, con la fuerza, la energia y la resistencia de un oso de 500 kilos. Y su rabia. Si está clarísimo. Solo hay que verle echando espuma por la boca y sin poder articular palabra reconocible, con la expresión de inteligencia y los gruñidos del noble plantígrado.

En fin. Hace algunos años un amigo cinéfilo y enterado me contó lo siguiente: “Cuando una productora de las grandes se da cuenta que ha engendrado un bodrio y para no perder totalmente la millonada que ha dilapidado en vano, adopta la estrategia de la huida hacia adelante. Se trata de darle la máxima propaganda, los mejores elogios, de crear una gran expectación y, sobre todo, de estrenar la película en el máximo de salas comerciales posibles a la vez. Así, con la recaudación de los primeros días – de los millones de ilusos engañados como tú y yo- logran salvar el presupuesto. Ya saben que la película es un petardo y que el boca oreja hará que se desinfle rápidamente su mentira, pero les da igual. Nadie les va a pedir responsabilidades. Otras películas vendrán rápidamente a tapar el fiasco. Todo se olvidará rápidamente y los espectadores incautos en pocas semanas estaremos listos para ser embaucados otra vez”.
Nunca creí a mi amigo cinéfilo. Hasta hoy que he visto “El Renacido”. Des de aquí le pido perdón y le doy las gracias porque él mismo me dio el antídoto para tanto veneno y desverguenza: Desconfiar por sistema, sobre todo desconfiar de las grandes campañas de promoción y de las películas que se estrenan “en todos los cines”. Esperar siempre y no precipitarse nunca. Leer a tus críticos de confianza, informarse bien y escuchar a la gente que es buena e ingenua pero no idiota.
Willis
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7
20 de octubre de 2021
33 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he pensado que los años que van, de mediados de los setenta hasta casi finales de los ochenta, fueros duros en España, sobre todo para los que fuimos jóvenes o muy jóvenes en esa época: La libertad recién estrenada, las ideologías mal entendidas (hippies, anarquistas, contraculturales …), la borrachera de las drogas (especialmente la heroína) y de remate el SIDA desconocido y asociado a toda esa libertad, más la interminable crisis económica (en esa época también se empalmó una crisis tras otra). Todo ello formó un cóctel difícil de digerir y que muchos pagaron con su vida.
La película puede verse como una crónica social de lo que fue esa época terrible para muchos, y así la vi yo, y salí encandilado con las figuras del padre del "Gafitas "y con la del policía bueno, únicos capaces de aportar buen criterio y bondad a ese desconcierto, aunque ambos tengan un breve papel. Lo comenté en un grupo de amigos por whats, y enseguida uno de ellos me acusó de blandengue al grito de: ¡Viva el Zarco! (el líder de la banda de quinquis/delincuentes juveniles). Otros del grupo ensalzaron la historia de amor entre Tere y El Gafitas. Nos reímos un rato, porque nos dimos cuenta que el amigo que ensalzó al Zarco había visto la película como si de un western se tratara: la nobleza del hombre que acepta su destino y que jamás traicionara a sus amigos. Otros la habían visto como una dulce película del primer amor imposible, y ensalzaron más la historia de Tere y el Gafitas. Efectivamente, la película es a la vez una crónica social, un western y una historia de amor, tres géneros aquí bien enhebrados,con lo que todos teníamos razón en parte.
A quienes en estas críticas de Filmaffinity acusan al film de falta de verosimilitud, les diré que, por suicida y descerebrada que parezca la actividad delictiva de esos quinquis, era justamente así de pavorosamente real. De ahí el pasmo, porque debían saber perfectamente que no tenían ninguna posibilidad de salir impunes, y sin embargo actuaban exactamente como forajidos de far-west, con coches robados en lugar de caballos. Me desconcertaba en esos años, y sigue desconcertándome hoy en día, tanta desesperanza arrebatada. Y si no me creen, den un repaso a los periódicos de la época. También la historia de amor me parece verosímil, sobre todo porque esto es España, un país muy poco clasista, y donde lo normal es relacionarse con todo tipo de gente, y es Girona, entonces casi un pueblo, y en los pueblos esa mezcla es más normal aún.
En resumen, no le encuentro pega alguna a la película, al contrario, me parece redonda, eficaz y absolutamente verosímil. Y esto se debe seguro a la buena mano del director, y sin duda al buen hacer de los actores, que están todos acertados. Las escenas de acción están perfectamente rodadas, la ambientación de época muy conseguida y la música perfecta. Sin duda debe sus virtudes también a la excelente novela de Javier Cercas, pero no voy a entrar a comparar. Son productos diferentes. Solo me atrevo a recomendar que vayan a ver la película, sin ninguna duda, y si les gusta o les interesa lo que se cuenta, lean también el libro.
Willis
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7
6 de septiembre de 2022
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escribió Truman Capote, que cuando Dios te concede un don en una mano, en la otra mano te pone un látigo que sirve solamente para autofustigarte. Lo dijo para la gracia de la escritura, de la literatura,pero me parece que la frase sirve para cualquier otro don.

Dicho esto, creo que cualquier aficionado al deporte en general lo pasará en grande viendo 42 segundos. No importa que uno apenas sepa nada de waterpolo, ni tampoco de lo que aconteció en Barcelona 92 y en Atlanta 96, con la mejor selección española de todos los tiempos en este campo. La película cuenta lo suficiente para que uno se meta a fondo en la historia, sin embargo, encontré a faltar algunos datos que creo cualquier aficionado al deporte hubiera agradecido. Seguramente la película funciona perfectamente sin ellos, no obstante, si se quiere ahondar un poco más, ahí van algunas pistas.

Manel Estiarte. Estamos hablando del llamado “Maradona del waterpolo”. Estiarte fue elegido mejor jugador del mundo 7 años seguidos, de 1986 a 1992, ahí es nada. Jugaba en Italia porque allí se valoraba el waterpolo, la liga tenía más nivel y lógicamente se ganaba más dinero. Manel no es muy alto (1,75) flaco y ligero (62 kilos), según la wikipedia, un físico muy alejado del armario que se supone debe ser un jugador de waterpolo, pero casi increíblemente era un jugador único e imparable, con un lanzamiento excepcional, y siempre era el máximo goleador allí donde jugaba.
Pedro Garcia Aguado. La otra gran estrella de la selección. 1,93 cm y 100Kg de músculo, una roca, imbatible e imprescindible, como dice en el film su entrenador cuando se da cuenta que no lo puede echar del equipo sin que todo el proyecto se vaya al traste. Aunque en el film no se acaba de entender el porqué, pues vemos a Manel y a Pedro con un físico parecido, cuando no tenían nada que ver, pues eran David y Goliat.
El acierto directivo y el mito yugoeslavo. Pues sí, siempre tienen que darse muchas circunstancias favorables para que un equipo o una selección lleguen a ser los mejores del mundo. El waterpolo en esa época, era cosa de los clubs catalanes, y aun lo sigue siendo. El acierto de los directivos fue dinamitar ese monopolio acomodaticio y dar entrada a jóvenes jugadores, la mayoría madrileños, que venían de ganarlo todo en categorías inferiores. Estos jugadores eran muy buenos técnicamente, fuertes y ambiciosos, la mayoría ya vivían en Barcelona becados por la Residencia Blume, y tenían en tormo a los 20 años (Estiarte tenía 30 ). Esa mezcla de juventud y experiencia y el cambio de esquema fueron fundamentales. Luego se buscó a un entrenador que era un ogro despiadado. En esa época existía el mito yugoslavo. Los yugoeslavos nos ganaban en todo, nos apabullaban en baloncesto y balonmano, eran más fuertes, más disciplinados, y competitivos en un grado que aquí nos dejaba atónitos. Si te tocaba un entrenador yugoslavo sabias que ibas a sudar sangre. Si no mueres en el intento serás más fuerte, sin duda. Cuando Dragan suelta sus crueldades creo que en la sala era el único que me reía, pero mi risa respondía a la perplejidad de: “como se puede ser tan hijo de la gran puta con esa naturalidad “.

Creo que hay que saber estas cosas antes de ver la película, pues, aunque ahí se cuentan, a mi parecer no se cuentan del todo o no se cuentan del todo bien. Aunque pude ser también que haya demasiado para contar, y que tanto Estiarte, como Garcia Aguado, como Jesús Rollan (el portero de la selección al que apenas se menciona) merezcan una película cada uno para ellos solos.

Acabo. La película está dignísimamente rodada, no aburre con las escenas propiamente deportivas, y está más que correctamente interpretada por los dos personajes principales, centrándose, acertadamente, en la personalidad de los dos líderes, en sus traumas personales y conflictos, y a mi modo de ver, en la forma ejemplar con la que saben superar unas diferencias que parecían en principio irreconciliables.

Para disfrutar del mejor cine de deportes, sin importar de que deporte se trate.
Willis
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8
15 de mayo de 2015
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es muy buena: una gran historia, una factura técnica impecable y unos actores soberbios. Todo esto se ha dicho ya aquí, muy bien dicho, y concuerdo plenamente en los elogios. Por mi parte solo quiero resaltar lo que más me gustó.

- Valeria Bruni. En su papel de mujer florero que no se atreve a dejar de serlo. Está realmente espléndida. En el film vive casada con un rico hombre de negocios, frío como el hielo por el que es imposible sentir el más mínimo afecto. Ella no le ama y sufre. Como hijo orgulloso y resentido de la clase obrera que soy, mi natural me lleva a despreciar a este tipo de personas y lo que me sale es algo como: “Sal de ahí y vive tu vida, zorra, déjate ya de tanta tontería”. Sin embargo, ella compone una mujer tan sola, triste, frágil, ansiosa, perdida, desamparada y llena de buenas intenciones que no puedes más que sentir compasión. Memorable la escena en que se gira para besar a su marido. Lamentablemente, la película nos muestra que nunca será capaz de abandonar la jaula dorada.

- Fabrizio Bentivoglio. En su papel de repugnante trepador social. También está magnífico. Es difícil imaginar un personaje más rastrero, lameculos, pelota, ruin, traidor, egoísta, mentiroso, oportunista, siempre al acecho a ver donde puede sacar tajada. En realidad es igual de miserable y sin alma que el marido de Valeria Bruni. Solo que el primero es pobre y vulgar, una víbora común, y el segundo tiene clase y dinero de sobras, un tiburón de buen tamaño. En esencia son iguales: los dos te morderán a la mínima oportunidad (y no la van a dejar pasar) sin sentir el menor remordimiento. Sorprende y descorazona que su mujer, una psicóloga dulce y honesta, le quiera. Es evidente que no se da cuenta del bicho que tiene por marido, la ciencia y el amor juntos y tan cerca que no ven nada. Que triste que las cosas sean así.

- El consejo de administración del futuro teatro. Ahí el director se ensaña a gusto y compone una auténtica corte de los milagros, un retrato despiadado de una supuesta clase intelectual. Todos aparecen rastreros y viles. Si eso es lo que nos hemos perdido no hay gran diferencia entre tener un teatro o una hamburguesería, casi mejor la hamburguesería. Esta corte es solo una anécdota en el conjunto de la película, pero una anécdota de gran enjundia, de ella sale el escritor, un tipejo miserable que adula e insulta a su amada-mecenas por los mismos hechos según le convenga.


No se la pierdan.
Willis
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9
22 de enero de 2016
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de mis películas preferidas de toda la vida.

La vi de adolescente con mi hermano hace 35 años. Aun me acuerdo de ese dia. Estábamos en un apartamento en la playa con mis padres y nos habíamos llevado una tele portátil, de esas que había que mover la antena y rezar... Altas horas de una noche insomne de verano y los dos solos pegados a la pantalla. Nos quedamos impresionados, estupefactos ante esa joya inesperada.

Años después vi Rambo en el cine y ante el entusiasmo general no pude más que comentar: " No hay para tanto, solo es una mala versión de "Lonely are the brave", que es infinitamente superior y una obra maestra del western y del cine. Ahí ya quedé retratado para siempre como un plasta intelectual sin remedio.

Años después la volvieron a pasar por la tele y me la grabé en VHS. Si, hubo un tiempo en que muchos nos dedicábamos a ello. Un dia presté el vídeo a un amigo y, claro, ya no lo recuperé. Más años y la encontré en formato CD, la compré inmediatamente, sin dudar.

En total pues la habré visto unas 6 veces, y aun tengo ganas de verla otras 6 más. Me la reservo. Para un dia que me harte de ver porquerías como " Los odiosos ocho", para un dia que necesite reconciliarme con el cine y coger ánimos para volver a las salas.

Kirk Douglas impecable, sobrio, bueno, valiente, generoso, incorruptible, sin sombra de afectación. Walter Matthau demostrando que es uno de los mejores actores que ha existido nunca.

Una historia tan hermosa, romántica, elegante y sobriamente bien contada. Para mi a la altura de los mejores westerns de John Ford.
Willis
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