No hay pretensiones. No vamos esperando una obra que cambie el modo de hacer cine. No queremos eso.

Lo que vemos durante los 130 minutos de duración del metraje es de lo que estamos avisados desde el mismísimo título: es una película de monstruos. ¿Es una más? Para nada. El mito de Godzilla, EL monstruo gigante más famoso del cine, sostiene todo lo que entendemos y vamos a buscar en una película así. Está esa fascinación del hombre por lo fantástico, por lo irrealmente tangible e incluso, de nostálgico. Ese escape a un mundo donde todo es posible. Eso sabe la Warner, lo sabe Doughery y todo el equipo creativo. Y eso nos dan. Y eso saben como dárnoslo: haciendo una gran película de monstruos.

El género monstruoso cuenta son sus propias reglas y convicciones que se ponen en juego durante toda la película. Hay drama humano que hace aguas por momentos, pero que lo sostiene un gran elenco variado, dónde cada quién cumple, más o menos, su trabajo y su cuota en pantalla. Pero 'Godzilla KOTM' no se sostiene por el conflicto humano. Se sostiene porque unos monstruos creados tan maravillosamente inundan la pantalla y pasa lo que todos queremos que pase: el choque colosal de seres con los que empatizamos, amamos y tememos. Y ahí es dónde no hay otra película igual a ésta, porque Godzilla es quién es por un innumerable legado de películas que construyeron el mito del monstruo que ataca ciudades. Y cuando nos dan eso estamos agradecidos, porque realmente hay corazón en todo el trabajo detrás, algo que escasea en estos días.

No es una película para todos. No todos van a saber apreciarla, no todos van a ir buscando lo mismo, no todos podrán ver el corazón, el trabajo y el amor instaurados por unos japoneses en trajes de goma rompiendo maquetas de cartón. Pero sabemos a lo que vamos: un espectáculo que no necesita aburrirnos con conflictos humanos para sostenerse, sino que nos hace sonreír por dentro cuando vemos a estas titánicas bestias darse sin asco: un caos armado y coherente, absurdo pero épico.

El ritmo es endiablado. La fotografía es sublime, combina preciosas composiciones, tan bellas como atemorizantes, de estos titanes que se sienten verdaderamente reales. El trabajo actoral es correcto, nadie destaca salvo los protagónicos que sostienen gran parte del drama humano.

Y después está él, el Rey. Tan lleno de vida, gracias a un equipo creativo y técnico que supo entenderlo y hacerle jurar amor eterno a él y a su legado, porque fue hecho para nosotros.

"Está entrando a otra dimensión..."

Es difícil pensar que sería de algunos géneros de cine como la ciencia ficción si no fuera por ésta serie. Cuando hoy en día hay todo tipo de películas ligadas al género que intenta explotar al máximo los avances en efectos, tan esenciales en una cinta de fantasía o ciencia ficción, La Dimensión Desconocida, en sus 5 temporadas, ya hablaba de alienígenas, viajes espaciales, fantasmas, monstruos, viajes en el tiempo, portales, muñecos diabólicos, intervenciones divinas, ciencia, magia, terror... todo eso y mucho más en una serie que en cada episodio habría una nueva historia, varias veces con un trasfondo social o psicológico, que le permite tener a la serie tantos puntos de análisis sin tener que basarse en solo la trama principal.

Una obra que exploraba los límites humanos de la mente, la imaginación y el conocimiento. Tan necesaria como genial.

Es la dimensión a la cuál queremos pertenecer.

La onceava película del Rey de los Monstruos tiene algunas cosas que la hacen diferente al resto.

17 años después de su debut, Godzilla pasa de ser un antagonista metafórico a ser un anti-héroe, algo que se impuso después de que Godzilla enfrentara a Mothra en 1964. Esta nueva imagen del monstruo dio origen a tramas similares: una amenaza representada por un monstruo de tamaño similar se presenta y es quien Godzilla (u otro/s monstruo/s con quien comparte pantalla) quien debe hacerle frente, más que nada por instinto salvaje que por defensa de la Humanidad.

Pero incluso para los estandars de una película de hombres en traje de goma que pelean en escenarios de maquetas, este es el caso de un film que se toma en serio por un buen guión, una interesante fotografía y por manejar un mensaje de temática actual. Hedora es, como lo fue el primer Godzilla, un simbolismo del poder irresponsable del hombre. Así como lo fue la radiación nuclear y el miedo social con Godzilla, la contaminación y el ecologismo lo es con Hedora.

La trama entretiene y mantiene enganchado al espectador en sus suficiente casi hora y media. Sorprende la seriedad con la que se maneja la problemática en la película y es de admirar el toque de realismo impuesto con la aparición del monstruo Hedora, monstrando escenas de sus consecuencias en la población y en el ambiente. Se siente como una verdadera amenaza. Los personajes humanos son típicos de la saga de Godzilla pero en menor cantidad y mejor caracterizados (el chico, el científico, el cómico, la mujer). Las peleas están logradas para los parámetros establecidos, y la gran pelea final, aunque personalmente creo que se alarga, cuenta con varios giros interesantes. Lástima que contiene una pequeña secuencia con un movimiento de Godzilla que saca parte del realismo que supo construir el film.

Hay un contraste interesante, porque ya que se trata de una película dirigida a un público más infantil, abundan escenas violentas y visualmente chocantes.

En conclusión, 'Godzilla vs Hedora' es una de las mejores películas de la etapa Showa. Ofrece un relato serio, realista, de interés consciente, a la vez que entretiene y contiene un interesante ritmo narrativo, además de una fotografía interesante, con incluso algunas cámaras subjetivas de los monstruos (!). No cae en tópicos repetidos de sus anteriores films que eliminen la gravedad de la trama. Capaz puliendo mejor el aspecto de Hedora, se hubiera convertido en uno de los villanos más memorables del cine kaiju.

Excelente largometraje de la mejor banda de heavy metal.

Sam Dunn lleva de manera alevosa el recorrido de la Doncella a través del mundo (casualidad que por ningún país de Europa) para llevarnos a distintas ciudades del mundo y disfrutar un tema diferente en cada lugar. Así se crea una magnífica secuencia de emociones.

La banda, como siempre, 10 puntos en todo. No sólo demuestran ser excelentes músicos, sino geniales tipos detrás del escenario. Además, el film cuenta con apariciones de otras estrellas del metal. Veremos a tipos como Kerry King, Ulrich, Ronnie James Dio, en fin.

Tipos llenos de carisma y humor son los que forman el equipo de Maiden, desde la banda hasta el mánager, desde el sonidista hasta el encargado de la seguridad.

Un espectáculo para los fanáticos de la doncella. UP THE IRONS.

Final Wars es una de las mejores producciones que uno puede ver de Godzilla de la Tierra del Sol Naciente.

Una película homenaje a los 50 años del Rey, que entretiene, tiene un muy extenso reparto de monstruos envidiable, escenas de acción emocionantes, pero sobre todo, tiene corazón. La trama es también inspirada en el Godzilla sesentoso, de aquellos films con extraterrestres que amenazaban la Tierra, y Godzilla como nuestra única defensa ante la amenaza. Pero acá la película saca ventaja en un gran ritmo narrativo que no da respiro un segundo de la película.

Es en donde vemos que Final Wars saca mucho más ventaja que el resto de la filmografía de Godzilla es en los efectos, el diseño de los trajes tan cuidados, y las maquetas. Un trabajo que se valora y mucho. FW hace el gusto de los amantes del género. Ofrece su tiempo en presentarnos personajes y monstruos dándole espacio a cada uno.

El director Kitamura muestra un gran virtuosismo con la cámara. Tanto las escenas de pelea entre personajes humanos y monstruos (para los estandartes de este tipo de films) están muy bien logradas.

Resumiendo: una de las mejores películas de la colección de Godzilla. Recomendada abiertamente para el que sepa y le gusta disfrutar del Rey gigante.