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Críticas de Martes Carnaval
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Críticas 56
Críticas ordenadas por utilidad
7
7 de noviembre de 2014
176 de 205 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Orígenes", de Mike Cahill, es una película original, según el guiño que parece nos hace el título en castellano. No así el título original que, en mi opinión, es un hallazgo y una traviesa paradoja no explicitada —aunque no descarto que sólo sea una interpretación mía—, y que, como en tantas ocasiones, se pierde en una mala traducción. El título original no es "Origins" sino "I Origins" que —aunque es verdad que para mayor ambigüedad se omite la coma— se traduciría por "Yo, Orígenes". Orígenes, fue uno de los principales doctores de la Iglesia Católica tan reconocido como S. Agustín, S. Gregorio Magno o Sto. Tomás de Aquino. Una de sus principales aportaciones al dogma fue su rechazo de la doctrina de la reencarnación. Buen conocedor del concepto griego de la metempsicosis o transmigración del espíritu, lo condenó por ser ajeno a la Iglesia, al no tener apoyatura bíblica. La Metempsícosis, como es sabido, es una concepción recurrente en las religiones orientales —entre las que destaca el budismo—, que defiende que, una vez que ha tenido lugar la muerte de alguien, su alma transmigra a otro cuerpo, cuyo grado de perfección depende de los merecimientos obtenidos en vida por aquél que acaba de fallecer.

El papel de Orígenes en la película lo desempeñaría el personaje de Ian Gray (Michael Pitt), pero no desde una posición religiosa que combate lo que dice otra acerca de la inmortalidad, sino desde una posición científica que considera a la religión superstición y que rechaza por tanto la inmortalidad. Gray alberga la esperanza de que la investigación en la que está trabajando: probar la teoría de la evolución en el ojo humano, tenga como valor añadido dejar en entredicho la existencia de un diseño inteligente en una de las piezas más sofisticadas del ser humano —como es el ojo—, asestando así un duro golpe a la teoría del creacionismo que intenta dar gato por liebre al pretender convertir una concepción religiosa en científica. La teoría del "Diseño inteligente" es uno de los elementos clave en la enconada polémica que se mantiene desde hace años en Estados Unidos, ya que ha sido la gran coartada del creacionismo para contraponerse, como teoría científica y no religiosa, al evolucionismo, e intentar lograr así que se estudie en las escuelas estadounidenses que, debido a su carácter laico, no pueden impartir enseñanza religiosa. La teoría del diseño inteligente supone que el origen o evolución del Universo, la vida y el hombre, serían el resultado de acciones racionales emprendidas de forma deliberada por un ente pensante. Este ente pensante o diseñador inteligente no es otro que Dios, aunque se obvia esta denominación, para que pueda ser incluido en los temarios escolares.

Esta película está emparentada con "Más allá de la Vida" de Clint Eastwood, que podría considerarse, en una mirada superficial, como de tesis respecto a la inmortalidad, a partir de sus dos temas centrales: el placentero tránsito de la vida a la muerte y la existencia de personas con una sensibilidad especial, que podrían llegar a ponerse en contacto con los muertos. En realidad de lo único de lo que levanta acta "Más allá de la Vida" es de dos cuestiones razonablemente documentadas, de las que por sí solas no se infiere nada acerca de la inmortalidad: Primero, que se han generado unos mecanismos —que quizás sean evolutivos en el ser humano— que le permiten un tránsito agradable de la vida a la muerte, al igual que se han desarrollado unas apetencias que estimulan la reproducción, por ser consecuencia de un acto muy placentero para la mayoría de personas.
Y segundo, que hay individuos que pueden adentrarse en la mente de los vivos, lo que pueden hacer pasar por un diálogo con los muertos.

"Orígenes" no es una película de tesis sobre la inmortalidad sino una película de intriga que tiene como elemento central de la intriga la inmortalidad.

El acierto en el reparto, las buenas interpretaciones, la extraordinaria fotografía y una banda musical sobresaliente, unidas a una cuidada puesta en escena al servicio de una acción que no decae en ningún momento, contribuyen a que esta película se vea muy bien, resulte muy amena y consiga plenamente su objetivo principal, que no es otro que el de sorprender.
Martes Carnaval
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6
11 de septiembre de 2009
126 de 140 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Gordos" es una de esas películas que a uno le gustaría poner mejor de lo que la va a poner porque detrás de ella se adivina un gran esfuerzo:

De concepción.

De exprimir un tema que está al alcance visual de todos y en ocasiones de la propia báscula. Me explico, Muñoz Molina ha escrito un libro en el que contaba su "mili". Muchos hemos hecho la "mili" pero no seríamos capaces de escribir un libro sobre ella. Ésa y no otra es la diferencia entre el que es artista y el que no. El que es artista tiene una visión más profunda sobre lo que nos rodea. En este apartado la película tiene éxitos poco cuestionables. El título es un acierto porque la palabra "gordo" tiene algo de onomatopéyica y su grafía se ajusta como un guante a su significado, con la G inicial, dos oportunas oes y esa d que es una l en estado de buena esperanza o resultado de la buena mesa continuada. Es también un acierto el lema central de la película que hace que ésta gire acerca de la explicación del mismo: "una cosa es estar gordo y otra distinta serlo". Es de justicia reconocer que salimos del cine sabiendo la diferencia. El catálogo de gordos —el gordo feliz, el gordo reprimido, el gordo inducido, el gordo de circunstancias, el gordo por necesidades del guión, el gordo traumatizado por su gordura…— es bastante completo, pero le falta quizás un estereotipo, el gordo-Obelix, aquel que estando gordo no lo reconoce.

De narración.

Las cinco historias son desiguales: la de la pareja de docentes y la de los padres felices de presuntos mellizos beligerantes entres sí son para mí las mejores. La de la ejecutiva situacionista es pasable, y las otras dos son, en mi opinión, mejorables.

A la película le sobra metraje. El guionista y director, Daniel Sánchez Arévalo, ha encontrado un ingenioso argumento para justificar este fallo: pretendía que la película, haciendo honor a su temática, "empachase". Pues que no tenga dudas de que lo ha conseguido.

De interpretación.

Todos el elenco cumple con creces con lo que se pretende de ellos.
Quizás el histrionismo al que se obliga a Antonio de la Torre y Pilar Castro podría haberse matizado. A destacar, en mi opinión, las interpretaciones de Verónica Sánchez y de María Morales.

De montaje.

Enhebrar las cinco historias no es una empresa fácil, de hecho el resultado es bastante fallido. Hacer la película en clave de comedia tiene más de coartada que de decisión voluntaria. Los empastes se notan y van pesando a lo largo de la cinta. Un fallo garrafal es la estructuración que se pretende en base a los epígrafes de los distintos pasos del método promocional de las pastillas adelgazantes: muy pocos espectadores en un primer visionado serían capaces de explicar la relación entre estos epígrafes y la parte que cobijan de las cinco historias.

El principal fallo de la película es, con todo, su falta de ritmo.

Conclusión: Película interesante que no llega a ser lo que se pretendía, pero ésa es la historia del cine.
Martes Carnaval
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7
19 de junio de 2010
96 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas bien planteadas y articuladas que reflejan una realidad lejana, entre las que se incluye ésta, traen el aroma del viaje. Cuando uno hace un viaje largo a un país con una cultura muy diferente a la propia, y lo hace con apertura de miras y razonable curiosidad, el que vuelve no es el mismo que el que se fue, porque algo habrá hecho suyo de todo lo que ha visto, oído y experimentado. Viajar es descubrir cosas, y la principal que se descubre es uno mismo. Una película, respecto a un viaje, no es más que una píldora o un bombón, pero algo es algo.

Creo que la película cubre tres frentes, con bastante éxito:

1 ) Plasma la mecánica de una tragedia cotidiana con una gran fuerza expresiva.
La tragedia es una desgracia que nos coge de improviso. La película levanta acta de ese momento inesperado que es la delgada línea que separa la normalidad de la tragedia. ¿No es un mecanismo perverso de la naturaleza humana el que no se valoren realmente las cosas o las personas hasta que no se pierden? Como decía Machado: "Sólo se canta lo que se pierde". Somos así de inconscientes.

2 ) Cobija una intriga casi doméstica que se desarrolla con eficacia, aunque tiene un alcance muy limitado. No queda clara aquí la distinción hitchcoockiana entre cine de suspense y de misterio. El primero apelaba, según el maestro, al consciente intelectual, y el segundo, al subconsciente emocional.

3 ) Documenta cómo la teocracia instaurada en Irán, tras el derrocamiento, en 1979, del Sah Reza Pahlevi por el Ayatollah Jomeini, ha moldeado las conciencias de los iraníes sin distinción de clases sociales. La religión chiíta, mayoritaria en Irán, es, de todas las que tienen entidad, la más integrista del islam, si exceptuamos el salafismo o religión wahhabita, adoptada por Arabia Saudí. En Irán hay mucha superestructura religiosa, y algo tan ingenuo para nosotros como es una cita a ciegas entre dos personas de sexo opuesto que quieren rehacer sus vidas, con los parámetros iraníes, puede ser condenable por las circunstancias personales de la candidata elegida, ya que así lo marca la preceptiva observancia de la "sharía" o código de conducta definido por la costumbre, incorporado al Derecho islámico.

La película ha sido seleccionada por Irán como candidata al Oscar 2010 a la mejor película extranjera. ¿Cómo es posible que una película aparentemente crítica con el sistema tenga el reconocimiento de éste, que no es precisamente tibio a la hora de ejercer la censura? Sin querer cuestionar su intención de denuncia, creo que Asghar Farhadi ha tenido la habilidad de hacer una doble versión simultáneamente en una sola película. La que ven los occidentales, que quedan asombrados de que conductas poco menos que inocentes puedan tener graves derivaciones; y la que interpretan los iraníes —o una parte significativa de los mismos—, para los que un desgraciado final se puede contemplar como la consecuencia de una inaceptable transgresión.
Martes Carnaval
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7
29 de octubre de 2011
105 de 126 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro del cine de género hay dos categorías en las que a primera vista se podría encuadrar esta película: el cine de terror y el cine de suspense. El cine de terror tiene la finalidad de provocar miedo. Una de las causas de su éxito se debe posiblemente a que los excesos que refleja alejan la acción de la realidad diaria, contribuyendo así a exorcizar otros miedos más próximos y tangibles. El cine de suspense trata de mantener una tensión mediante una planificación de escenas en las que se va desentrañando progresivamente una realidad que a primera vista se presenta envuelta en misterio.

Creo que "Mientras duermes" no pretende sembrar el pánico en la sala; es más bien cine de suspense, aunque no desvela a lo largo de la proyección grandes secretos que estuvieran ocultos en un principio. Podríamos hablar, forzando la definición, de thriller psicológico, que es aquel subgénero de cine de suspense que contempla una lucha psicológica entre los protagonistas (víctima y verdugo —que pueden coincidir en la misma persona si ésta tiene una personalidad desdoblada— o perseguidor del delito y delincuente). Pero el subgénero en el que se incluiría con mayor precisión sería el de thriller psicopático, aquél que gira en torno al mundo de una personalidad tarada. Este tipo de cine conduce inevitablemente a una película de actor.

Luis Tosar interpreta sobresalientemente un papel, que le consolida en la elite de la interpretación mundial. Rara vez encontramos en el cine un personaje, como el interpretado por este gran actor, tan nocivo, vil, infame, perverso y cobarde, que además nos es exhaustivamente explicado, porque todo lo que pasa está narrado por él o visto desde su óptica. Su motivación para hacer las atrocidades no es la venganza, ni el dinero, ni tan siquiera el sexo, es la satisfacción de ensañarse con la inocencia, de acabar con la alegría del mundo, en las víctimas que tiene a su alcance. El calificativo que mejor se le ajusta es el de sabandija: reptil pequeño, pero de los más perjudiciales y molestos, ya que es sumiso en público y únicamente poderoso ante alguien vulnerable. Es un "Gran Hermano" de andar por casa, es decir un "Pequeño Hermano": que vigila, controla, condiciona, altera y malogra la vida de quienes tienen la desgracia de colocarse en su punto de mira. Profanador del hogar, que es para todos el lugar por antonomasia de confianza, de previsibilidad, rutina, satisfacción y seguridad. Sentirse en casa es sentirse a gusto, es no tener sobresaltos, saber a qué atenerse, tener al alcance un mundo propio. Y es precisamente ahí donde este ser despreciable somete a sus bajezas a quien está completamente indefenso.

La película de Balagueró, en la que abundan sucesos inverosímiles, como alumbrar a partir de unos modestos huevos toda una plaga de cucarachas que, encima, no son fotófobas, se justifica por haber sabido crear un ambiente inquietante y, sobre todo, por habernos obsequiado con un villano antológico.
Martes Carnaval
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8
29 de septiembre de 2012
104 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película imprescindible que pone de manifiesto las paradojas de la originalidad.

Se estrena después de la aclamada "The artist" —la película que barrió en la edición de los Oscar el año pasado: 10 nominaciones, de las que obtuvo 5 premios, entre ellos, a la mejor película, mejor director, mejor actor y mejor banda sonora original— pero, al parecer, "Blancanieves" se concibió mucho antes, pues Pablo Berger la tenía en la cabeza hace ya siete años. Se cumple así la maldición de nuestros creadores e inventores: como ocurrió con Monturiol con el submarino o De la Cierva con el helicóptero, tenemos las ideas pero por diversas razones —sobre todo de financiación— las aprovechan otros.

No cabe duda que haber sido, en cuanto a su estreno, sucesora y no antecesora de "The artist" le resta mérito, porque siempre habrá quien pensará que se ha hecho al rebufo de ella. Sin embargo, en mi opinión, la originalidad de su argumento supera, con mucho, a la de su rival.

Originalidad que no sólo consiste, curiosamente, en volver atrás, sino que es un monumento al arquetipo, al estereotipo, y al tópico

1 ) Arquetipos exigidos por el cine mudo, que precisa de la sobreactuación —hay que expresar en imágenes a palo seco sentimientos y estados de ánimo—, la exageración —la potencia visual reside en el contraste, los blancos y los negros anulan los grises, de ahí que esta película pueda considerarse expresionista— y el maniqueísmo —los buenos son muy buenos y los malos son muy malos; las matizaciones las proporciona la palabra—.

2 ) Estereotipos para retratar a la España eterna. El matrimonio entre el traje de luces y la bata de cola, entre el estoque y la guitarra o la pandereta, entre el torero y la folclórica. Pero hay algo de metáfora de la actualidad no buscada en esta película. Blancanieves (España) es conformista con la situación de opresión que vive. No se rebela. Su posible salvación la encontrará o no en las circunstancias y en agentes externos. A pesar de los baldíos esfuerzos de los dieci… siete enanitos autonómicos ¿acabará salvando a Blancanieves el príncipe germano o no llegará nunca?

3 ) Tópicos o elementos tradicionales como corresponde a un cuento de los hermanos Grimm, que fueron más recopiladores que creadores. La deconstrucción del relato clásico se hace conservando todos sus elementos originarios u originales: La crueldad de la madrastra —Maribel Verdú encantada en su papel de mala-malísima, que borda—; la ingenuidad de Blancanieves —acertadísima selección de Sofía Oria y Macarena García para los papeles de la protagonista niña y mujer—; el contrapunto de los enanitos —los siete que son seis, que recuerda aquel examen de Primaria en que se preguntaba por los continentes y el examinado contestaba: "los cuatro continentes son tres: Europa y América"; ¡ah!... y un hallazgo el enanito travesti—; La negligencia del verdugo —un masoquista cuyo uniforme muy bien elegido y cuyo bigotito le hace encarnar el fascismo a las mil maravillas—; la manzana envenenada —recurriendo a la farmacopea y no al hechizo—; el espejo mágico como revista ilustrada que margina a la madrastra en favor de Blancanieves —los medios de comunicación como jueces, notarios y portavoces de la fama—.

Mención aparte merece la música, la otra gran protagonista de la película. Como dice el propio Berger: En el cine mudo la música es el diálogo de los personajes. Gran labor de Alfonso Villalonga sobre un trabajo previo de Alberto Iglesias.

Para terminar, algo que no hubiera querido escribir. Día del estreno, viernes, sesión de noche, sala céntrica madrileña: sólo tres personas como público. La desmesurada subida del IVA ha sido una puñalada trapera. Como especie en extinción, debemos ya empezar a ponernos la pegatina: "Salvemos al cine español".
Martes Carnaval
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