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Colombia Colombia · Bogotá
Críticas de Azulejano
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
5
19 de abril de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que bien se podría categorizar como un trabajo de juventud de Vittorio De Sica.

La historia es de lo más convencional. Teresa Venerdi es una huérfana inteligente, con dotes para el teatro y de un gran corazón, que se enamora del inspector de sanidad (mucho mayor que ella, por supuesto) que visita el orfanato, quien lleva una vida disipada, pero descubrirá el amor verdadero en brazos de la chiquilla inexperta.

Hasta ahí, estamos ante un argumento clásico de melodrama, al que se le suman una serie de factores en busca de darle un toque de comedieta de enredos. Sin embargo, las partes no terminan de encajar. Aparecen una serie de personajes que no aportan más que un par de chistes fáciles y la historia no resuelve de manera adecuada una serie de hilos narrativos que ha dejado abiertos. Al final, todo es facilista y apresurado.

Los pocos minutos de Anna Magnani en pantalla son de lo mejorcito que tiene la película.
Azulejano
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8
26 de abril de 2016
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con "Los condenados de Altona", Vittorio de Sica hace su particular "película alemana", como también harían sus otros compañeros neorrealistas; Rosellini con "Alemania, año cero" y Visconti con su trilogía alemana (La caída de los dioses, Ludwig y Muerte en Venecia). Así pues, pareciera que después de contar el horror de la guerra y la posguerra italiana, este trinomio sagrado del cine trasalpino hubiese volcado sus ojos sobre sus vecinos del norte, quizá porque hablar Alemania es, en último término, hablar sobre sí mismos. No en vano, sus historias nacionales de los últimos doscientos años tienen demasiadas cosas en común.

A partir de una obra teatral de Jean-Paul Sartre, De Sica elabora una película en la que el diálogo tiene demasiado peso, lo cual puede terminar lastrando hasta cierto punto el producto final; pero, también es cierto que en ese ir y venir de conversaciones que parecieran estancar la acción es donde se esconde lo más apreciable del filme. Es decir, estamos ante una película tremendamente dialógica y, para mal o para bien, esa es su manera de contar lo que cuenta, quizá la única, porque los personajes están tan apabullados por sus situaciones existenciales, por sus miedos y sus culpas, impedidos para moverse, que solo les quedan las palabras, vivir en las palabras, y perder el don de la palabra, como le ocurre al patriarca Von Gerlach, es tan o más terrible que la misma muerte.

De otra parte, la película evidencia el virtuosismo narrativo de un director que fundaba su estilo más en el contenido, entre melodramático y lo tragicómico, que en la forma de contar sus historias. Aquí, en cambio, nos encontramos con una obra que tiene un acabado distinto. La cámara está dotada de mucha vida, va y viene, sube y baja, tan pronto hace un zoom como una toma en gran angular, como si ese vitalismo que derrocha la imagen sirviera como contrapunto al relato de la ruina que amenaza a todos los personajes.

En fin, que si alguien está esperando encontrar en esta película algunos rasgos del Vittorio de Sica más convencional, mejor es que pase de largo, porque esta es una película anómala en su filmografía, diferente, alemana si se quiere. Una película que apunta más a la razón que al corazón del espectador.
Azulejano
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4
3 de octubre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué decir de una peli que antes fue una novela exitosa y que generó un filón abominable de engendros como "El cartel de los sapos" o "Sin tetas no hay paraíso". Ahora bien los productores se la juegan por seguir adaptando obras literarias bien conocidas (eterno mal de nuestra cinematografía), pues esto jalona taquilla y de paso le encargan el trabajito a un director que no tiene menor idea de lo que fue esa Medellín de los ochenta y a poco que seguro no le interesa; por lo que termina creando un dramononón que tendría poco que envidiarle a los mejores culebrones mejicanos, pero sin ningún atisbo de realidad nacional. Y no es que crea que una película debe ser un estudio sociológico, pero al menos debe hacer un retrato verosímil del mundo que retrata; algo que sí logra la novela de Jorge Franco. Y es que la mayor falencia que encuentro en esta película es un problema de verosimilitud, de credibilidad y por ello mismo de empatía con el espectador.

Y se equivoca Maillé, o sus guionistas, cuando cercenan las mejores cosas de la novela, pensando en crear un producto comercial, mainstream dirían otros, sin un ápice de profundidad; en fin: una película que funcione bien con cierto tipo de público educado en la despreciable línea amoresperros, que intenta crear un "así es" de la violencia en las urbes latinoamericanas (camino señalado desde el cine mexicano, y que, como en el caso de las telenovelas, se copia en A. L.); así que finalmente esta "Rosario Tijeras" se hace una peli de consumo masivo, narrada con el mismo pulso y los mismo tópicos de sus precedentes, y por ello carente de toda originalidad; y es que a veces uno agradece encontrar alguna cosa no vista, algo que se escape del cliché, de la frase común y del hacer hegemónico en nuestras cinematografías.

Finalmente, me quedo con la decepción de no encontrar en la peli las mejores cosas de la novela, especialmente con el uso de la narración en primera persona de un personaje como ese Antonio, aquí interpretado por un desubicado Unax Ugalde, que se despacha los monólogos más sencillos y poéticos, y esos sí verosímiles, que haya leído en mucho tiempo; de hecho si algo tiene interesante la novela es que el personaje de Rosario nunca lo vemos dibujado del todo, sólo vislumbrado en la penumbra a partir de ciertos detalles, conversaciones o imaginaciones de Antonio; mientras la película intenta contarnos la historia de Rosario con múltiples escenas de las que aquél narrador novelesco carecía; y ya de por sí, con este giro, el guión deja de ser la historia de un niño bien que conoce a joven sicaria que le representa un misterio indescifrable y una fascinación absoluta, por la historia de una putica matona de comuna, con afanes arribistas y relacionada con toda la fauna narcosocial de esa medellín no tan lejana; así de un solo golpe se pasa de una mujer en la sombra a una especie de heroína vengadora y prostituta.
Azulejano
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6
17 de abril de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película plantea una especie de revisitación de una "edad dorada", ubicada durante el periodo histórico conocido como El Risorgimiento. El director establece una correspondencia entre la juventud de las protagonistas y su despertar a la vida con la juventud de la república italiana. En ese sentido, el despertar a la vida de las jóvenes protagonistas coincide con la emergencia de un ideal patriótico que se abre paso entre miembros de distintas clases sociales. Así pues, resulta, al menos, curioso comprobar que las diferencias sociales, salpicadas de resentimientos familiares, entres las dos jóvenes protagonistas solo se verán completamente superadas cuando se hermanan en un ideal romántico y revolucionario.

En definitiva, esta película, filmada mientras Italia está subsumida en la IIGM, apela a un escapismo narrativo hacia un tiempo heroico similar al presente. Al plantear ese salto hacia el pasado, de alguna manera lo que la película hace es evidenciar su secreto, que no es otra cosa sino una intención velada de hablar del ahora. Y el ahora es un tiempo de confusión, confrontación y cambio. Una época de crisis en el que lo viejo no ha desaparecido por completo, pero lo nuevo todavía no termina de germinar. Y lo nuevo será, al menos en términos cinematográficos, el neorrealismo, del que De Sica será uno de los padres fundadores.
Azulejano
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6
15 de abril de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se ha hablado de la orfandad como tema central de las narrativas latinoamericanas. Esta película de Selton Mello va por esa línea. Sobre la ausencia del padre y la definición de la identidad a partir de su búsqueda. Un joven profesor vive en el continuo extrañamiento de un padre que lo abandonó hace tiempo en un pueblo brasileño de los años sesenta. Mientras se debate entre el amor que siente por dos hermanas, tiene su primera relación sexual con una prostituta, sostiene conversaciones seudofilosóficas con un porquero, siente una fascinación por el cine y los trenes. Y poco más. La película va de eso. De los tiempos azules de la infancia, del fin de la inocencia, del paso a la edad adulta, de descubrir los secretos de los otros y del valor de perdonar para seguir creciendo. Nada que no se haya visto antes, nada que no se haya contado de mejor manera.

Al final, mi sensación es la de haber visto una película edulcorada e ingenua, donde todos los conflictos se resuelven sin mayor dramatismo y donde el mundo y las aspiraciones de los personajes se corresponden.
Azulejano
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