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España España · Madrid
Críticas de martillo
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
La historia no contada de los Estados Unidos (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
Estados Unidos2012
8,0
2.330
Documental, Intervenciones de: Oliver Stone, Alan Shearman, Jim Ward, André Sogliuzzo ...
9
16 de octubre de 2013
36 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo echamos un vistazo en esta página y nos damos cuenta de ello: nos encanta Estados Unidos. Lo llevamos viendo desde pequeñitos mediante sus películas, sus series. Queríamos ser John Wayne o Kirk Douglas. Los pistoleros más rápidos del Salvaje Oeste. Queríamos que una rubia como Lauren Bacall nos pidiera que juntáramos sus labios y que silbáramos para que viniera a nuestro lado. ¿Un detective? Marlow. ¿Un jugador de póquer? Edward G. Robinson. ¿Quizá nos gusta más el billar? Pues ahí estaba Newman junto al Gordo de Minesota, en aquel local lleno de humo y de mesas con tapete verde en un magnífico blanco y negro.
Nos hemos deleitado con la historia de la mafia, con los tiroteos, con los gánsters recorriendo Chicago con una Thompson fuera de la ventanilla escupiendo fuego.
¿Y las películas bélicas? Nos hemos identificado con los héroes del celuloide mientras asaltaban un nido de ametralladora acabando con los malos. Porque los otros, siempre eran los malos.
Nos hemos llegado a subir por las paredes presenciando El exorcista. Y antes de eso, nos habíamos entregado a Drácula, jugado con Frankenstein junto a un río o inquietado con La Momia.
¿Y fuera del cine? Fuera de la pantalla hemos llenado nuestras discotecas personales con Glenn Miller, Elvis, con Chuck Berry o Buddy Holly. Nos hemos tragado los años sesenta, llenos de inconformismo escuchando a Bob Dylan, The Mamas & the Papas o flipando con la guitarra de Jimy Hendrix y la voz de Janis Joplin.
Nuestra vida ha estado llena de jazz, rock y blues.
Y también hemos leído. Nos hemos tirado por las Hojas de hierba de Walt Whitman, hemos leído a Poe y hemos navegado por las páginas de Melville en busca de la ballena blanca, de Moby Dick. Y a Mark Twain, y a Faulkner, que sin saberlo, se iba a convertir en autor sagrado de un pueblo en Amanece que no es poco. O a Dashiell Hammet o Charles Bukowski.
¿Y en arte? En arte nos hemos tragado botes de sopa de Warhol, cuadros incomprensibles de Pollock, retratos de Cecilia Beaux o nos hemos quedando mirando a través del escaparate de la cafetería que pintó Edward Hopper.
Nos hemos tragado la cultura y la subcultura norteamericanas. Nos tragamos refrescos de cola, hamburguesas, vestimos pantalones vaqueros y nos calzamos con deportivas con nombre de diosa griega. Nos hemos fumado cartones de tabaco con la melodía de Los siete magníficos sonando de fondo. Hemos disfrutado del “american way of life” sin salir de nuestro pueblo.

Así que por todo esto, por lo mucho que nos gusta EEUU, esta serie documental no es que sea imprescindible, es que resulta necesaria para comprender el siglo que acabamos de dejar atrás, y el tiempo que nos toca vivir ahora. Porque en este documental, nos van a contar una historia que no nos habían enseñado las pantallas de cine; donde hay nombres, corporaciones o intereses que jamás han aparecido en los títulos de crédito.
Porque esta serie, no es una mera crítica a un sistema, a un modo de vida que está revelándose injusto. Es la historia de un país contada por ciudadanos de ese país. Y lo hace sin contemplaciones, sin demasiado maquillaje y a veces, se le ven mucho las arrugas y las imperfecciones.
martillo
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8
13 de diciembre de 2018
37 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que nadie espere una comedia. No hay risas. Puede haber situaciones esperpénticas. Pero sin risas. El humor cuando lo hay, llega al cerebro desde el estómago sin pasar por los labios. Es una película áspera, que nos habla de algo nada banal, de algo que no es ni más ni menos la corona que se mantuvo décadas sobre nuestras espaldas. Y lo hace respetando al espectador. Jamás nos toma por idiotas, no nos infantiliza, explicando cada punto, cada vericueto. Deja al espectador el peso de conocer la historia. La obra de Alberto San Juan es la recopilación de unos hechos, que con la puesta en escena más sobria que hayamos podido ver en una película, le basta para sacudirnos la mezquindad, la cobardía, el estrellato o la traición de una corona. Y como es incómoda, pues tampoco ha caído en los chistes fáciles, con lo sencillo que hubiera sido caer en eso.

Tres actores bastan para dar vida a todos los personajes. Tres actores igualmente serios, igualmente solventes, igualmente condenados a no ser vistos. Porque una cosa es que se pida cine con algo que contar, y otra bien distinta es que alguien quiera que le cuenten una historia real.
martillo
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3
10 de marzo de 2022
32 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo a película no pude dejar de pensar en Tim Burton y agradecer que llevara a este personaje al lado oscuro, saliéndose de aquella caricatura colorida y naif que fue la serie de televisión de los sesenta. El señor de la noche ha de estar entre las sombras y la idea de ver este Batman, que no se limita a sacudir estopa, ni a lucir vehículos alucinantes, ni tecnología militar aplicada para hacer el bien (risas), era tan interesante. Un Batman noir, cuya estética y argumento nos iba a transportar a otras películas tremendas, repletas de suspense, de angustia, de dolor... y se queda en una pesadez por momentos insufrible.

Como se puede imaginar en una producción que cuesta cien millones de dólares, está estupendamente rodada. Atractiva, estupenda ambientación, fabulosa fotografía... pero es solo el celofán que envuelve algo vacío, cine negro para bebés, de palomitas y pizza. Ese pretendido aire detectivesco, ese suspense buscando pistas, no llega jamás. No voy a mencionar las otras películas con las que se relaciona, pero en aquellas caminábamos por las calles bajo la lluvia, y los charcos reflejaban la suciedad, la podredumbre de la ciudad, de lo tétrico que era el mundo que nos presentaban que era el mismo que el nuestro. Aquí solo hay personajes en remojo, como los garbanzos, que se hinchan pero siguen siendo garbanzos. Personajes pasados por agua en la que se diluye el noir para convertirse en algo gris, sin gracia, que no arranca, donde hay más paja que tajada. Personajes que se nos intenta presentar como intensos, perversos, llenos de recovecos, como decía el poeta, de dramas hondos no alcanzados por el vuelo de la mente, y no es otra cosa que la nada barnizada de pedantería.

A esa pesadez contribuye su injustificado metraje. El afán de alargar las cosas porque quedan bonitas, cuando carecen de intriga y ritmo, me hace pensar que es una versión petulante de Garci, el Batman que hubiese querido filmar él de haber tenido la pasta. Tres horas en las que los enigmas se solucionan arbitrariamente y se nos repite una y otra vez, machaconamente, quiénes son los malos y de qué forma están implicados para que hasta el espectador más somnoliento, coja el asunto. Hay momentos verdaderamente insufribles.

Las ideas son buenas. Actores y actrices están bien elegidos. Las caracterizaciones de los mismos son también excelentes; así como la guarida de Batman y sus items, plausibles, creíbles... De tal manera, teniendo tan buenos ingredientes ¿cómo puede salir algo tan insípido?
martillo
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Informe+. La España de Clemente (Miniserie de TV)
MiniserieDocumental
España2023
6,8
444
Documental, Intervenciones de: Javier Clemente, Andoni Zubizarreta, Abelardo, Pep Guardiola ...
7
13 de septiembre de 2023
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para ser honestos, Clemente se me fue atragantando año tras año mientras estuvo trabajando como seleccionador español. Para ser honestos, cada vez que más tarde le he podido ver, siempre me ha parecido más arrogante que sensato, más torpe que hábil... pero también honesto. Clemente es lo que ves y no disimula, lo que es de agradecer en este mundo tan preocupado de la imagen que da en todo momento.

Clemente tiene muchas cosas, entre otras, unos títulos con el Athletic de Bilbao, que hablan tan bien de él, como del equipo al que convenció que podía ganarlos, sabiendo todos que debido a su idiosincracia, incluso en aquellos primeros ochenta, aquello era algo casi imposible. Pues él y sus jugadores consiguieron dos ligas y una copa de España. ¿El secreto? Trabajo y cabezonería.

Este documental de tres episodios se deja ver en un suspiro y te saca una sonrisa en ocasiones, no solo porque nos ayude a recordar algunos momentos que despiertan en nuestra memoria, si no porque podemos ver que Clemente era tan bruto como recordábamos, y que no fue un papel que interpretara. Clemente es así, es un constante patapum p'alante con la vida, sin ánimo de enmienda porque entiende que nada hay que enmendar en esa vida suya que ha de estar repleta de cicatrices, de tantas peleas que tuvo, buscadas o no, en su trabajo como entrenador.

Esta historia que se nos cuenta se ciñe a seis años de carrera, seis años en los que Clemente convirtió a la selección española en algo rocoso, tosco, que jugaba tanto en terrenos de fútbol como en cuadriláteros de boxeo una vez terminados los partidos. Noventa minutos nos proporcionaban muchas veces aburrimiento y lo divertido venía después, y la diversión podía durar días. Si el fútbol, es espectáculo, Clemente fue en eso un genio al darlo por partida doble. Fueron seis años que según sus protagonistas que participan en el documental, fueron inolvidables. Y no es de extrañar, fueron unos años que sin conseguir nada en el aspecto futbolístico, nos dejó la figura de un Javier Clemente tan orgulloso como soberbio. Algo debe tener este tipo, aparte de mal genio.
martillo
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7
2 de octubre de 2019
25 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que nadie vaya a pensar leyendo el título de esta humilde crítica, que la película no me ha gustado. Es una buena producción y se nota que han contado con dinero para ambientar y vestir al reparto con corrección.
Esta película es eso, una película sobre unos hechos concretos circunscritos en un lugar concreto en un momento concreto de la historia española. NO es un tratado de Historia. Es la exposición, más o menos acertada, o más o menos ajustada a la realidad, (pero no voy a exigir en una peli española la exactitud que no le exijo a una película extranjera, cuando en ningún caso es una película documental), de un episodio harto conocido de uno de los inmortales intelectuales de la generación del 98. Quizá este episodio era desconocido para algunos, así que bienvenido sea el film, aunque solo haya servido para eso.

La película no entra más allá, y entiendo que no entra porque su director, persona inteligente y despierta, sigue teniendo intención de trabajar en el estado español, y si se moja más allá de lo aconsejable, es posible que termine encontrando dificultades para próximos proyectos. Y eso es quizá lo único reprochable, que ha tirado por la calle del medio, ni para un lado ni para el otro, pero eso es un reproche hacia el autor, no exactamente a la película.

La película tiene el ritmo adecuado y una serie de interpretaciones que como poco, son correctas. Incluso la interpretación de Santi Prego como (hasta ese momento) general Franco, que en un principio pudiera atravesarse ligeramente, pasa a ser bastante parecida a esa extraña frialdad que tanto opositores como adláteres, contaban de él. Elejalde y Eduard Fernández por su parte, están estupendos.

Así pues tenemos un film entretenido, sin aires de documental, bien ambientado y con buen ritmo. Y es que Amenábar sabía lo que se hacía... y Franquito lo mismito.
martillo
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