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Críticas de PETER COHELET
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Críticas 31
Críticas ordenadas por utilidad
8
21 de marzo de 2011
69 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo:
su tiempo el reír y su tiempo el llorar,
su tiempo el lamentar y su tiempo el danzar,
su tiempo la guerra y su tiempo la paz.

Ante esta película podemos leer a críticos profesionales tildarla de insoportable mientras otros la consideran cine exquisito y obra maestra. Todos son sinceros y, de alguna manera, todos aciertan; ¿a quién creer, entonces?

Bien, hay que decir que "Dolls" es un ejemplo de obra en la que, por encima del vestuario, interpretación, efectos, duración e incluso guión, pesa especialmente el ritmo y, por así decirlo, el estado anímico del receptor.

"Dolls" es una magnífica película, pero en este caso es condición indispensable para su disfrute que coincida su ritmo secuencial con el ritmo vital del receptor. Y el ritmo vital del espectador, en este caso concreto, debe ser de melancolía suave. Un estado "zen", por así llamarlo.

Créeme, si el espectador llega a esta película con un estado interior de clara alegría se aburrirá en un primer momento y se enfadará después. Por otro lado, si el espectador se encuentra espiritualmente dolorido, esta película acentuará su sufrimiento y ahondará en su tristeza. En ambos casos, se arrepentirá de haberla visto.

Mira, "Dolls" es una película excelente en la que se mezclan pausada y poéticamente tres historias que van calando como la lluvia fina, conduciendo suavemente hacia una conclusión semejante: la vida es destino y el destino es tragedia, y cuando esto es asumido sin desesperación ni histrionismo, hay un algo hermoso y digno en todo ello.

Pero debes estar preparado.
PETER COHELET
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1
23 de marzo de 2011
68 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquel que es sabio y tiene algo que decir, intenta ser muy claro; el hipócrita o el necio que pretende ser tenido por sabio, se esfuerza en ser oscuro.

Pero Stanley Kubrick conoce la naturaleza humana. Sabe que ofrecer a las personas ambigüedad disfrazada de significado les colma de felicidad y gratitud, y les deja el sentimiento de ser como los iniciados de un nuevo credo.

“2001: una odisea en el espacio” no vale nada porque no dice nada. Recuerda a las parábolas del Nuevo Testamento: ambigüedad y metáforas de libre interpretación.
La única condición para que la interpretación sea válida es el "principio de coherencia" o de "no-contradicción".
En algún momento, los iluminados, si tienen labia, consiguen que sus interpretaciones se vuelvan certezas.

“2001: una odisea en el espacio” es como una carta escrita en un nuevo idioma que emplea las palabras convencionales. Así, a todos les suena a algo pero a nadie le dice nada.
Entonces, la gente acude al gran filólogo, al mago de las letras que ha escrito la carta, y le pregunta.
El mago tiene carisma, y sonríe como si supiese algo que los demás no saben. Sonríe como la vez en la que le preguntaron si el paseo del hombre por la luna pudo ser un montaje pero, lo mismo que entonces, sonríe insinuantemente, y luego calla.
Muchos, sin embargo, ven en ese silencio la prueba de que todo tiene un oculto sentido, de que es una carta maravillosa, la mejor carta que se haya escrito nunca. Muchos no pierden la fe.
Pero la pregunta queda sin respuesta.
Y un día, el mago muere.

Una carta escrita en un idioma desconocido es sólo una sucesión de garabatos indescifrables, aunque sean bonitos. Si el mago que la escribió no quiso traducirla, nunca se podrá saber si la carta decía algo interesante ni si el mago no era un hipócrita.
PETER COHELET
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2
22 de marzo de 2011
37 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay nada más triste que una película palomitera con pretensiones. Y justo ante esto nos encontramos: un filme que debería haberse quedado en un agradable divertimento a base de ritmo trepidante, ruido y efectos especiales pero que pretende ir dando, como si de un Sócrates de celulosa se tratara, lecciones morales a lo largo de todo el metraje. Y no estaría mal si lo hiciese bien. Pero no lo hace.

Esta película naufraga estrepitosamente en su intento de sentar cátedra de filosofía con la tesis principal de que el bien y el mal son relativos, que uno es el reverso oscuro del otro, las dos caras de una moneda, etcétera.
Y fracasa no porque la tesis sea o no sea correcta, sino porque es abordada espantosamente mal y se va a pique. Pero lo peor es que arrastra toda la diversión hacia el fondo y el espectador, al acabar, ni se ha divertido aprendiendo (objetivo sublime), ni ha aprendido (objetivo loable), ni se ha divertido (objetivo mínimo)

A destacar la actuación de Ledger, promocionada como una cumbre inalcanzable de la interpretación. Pues bien, muchos actores, tanto extraordinarios como mediocres, serían capaces de bordar el papel de un personaje desequilibrado y atormentado, intencionadamente exagerado y teatral, y con la cara llena de pintura dramatizando todos sus gestos. Lo bordaría Jim Carrey, por poner un ejemplo, y lo bordaría porque no es difícil bordarlo.

La diferencia entre la mentira y el engaño es la intencionalidad.
Desde todos los frentes (prensa, tv, internet, ceremonias de premios) la crítica ha tildado de obra maestra la película y de actuación portentosa la interpretación de Ledger.

Estoy seguro de que nos han mentido, pero sospecho que nos han engañado.
PETER COHELET
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Super Size Me
Documental
Estados Unidos2004
6,6
35.852
Documental, Intervenciones de: Morgan Spurlock
2
25 de marzo de 2011
27 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
No parece existir mucha diferencia entre la mentira y el engaño, dando ambos a simple vista la impresión de ser sinónimos cuya distinción es puramente etimológica y fonética.
Pero hay un matiz que es importante: la intencionalidad.

Sospecho que engañar es justo lo que hace esta película que además pretende, imitando maneras, legitimarse bajo el protector disfraz de “documental”.

En los últimos años hemos asistido al éxito de una fórmula que, bajo las formas de un “documental”, aborda cuestiones polémicas como la tenencia de armas, la religión católica, el cambio climático o, como en este caso, la comida rápida, y las trata con enérgico compás narrativo, estética muy llamativa y lenguaje coloquial, inteligente y divertido.

Pero tiene trampa. Lo mismo que hay insectos que parecen avispas pero no pican, todos estos filmes parecen documentales pero no lo son. Así, bajo la apariencia de un análisis científico, imparcial y objetivo del tema en cuestión, en realidad todo el metraje está plagado de argumentos viciosos, de falacias científicas y de medias verdades que son, al mismo tiempo, medias mentiras.

Y lo peor es que da la sensación de que precisamente para eso fueron diseñados, que ése era el objetivo: en vez de educar, asustar; en vez de enseñar, escandalizar; en vez de criticar para construir, destruir.
Y hacerlo con tanta desmesura que el “espectador medio” sin conocimientos avanzados en nutrición, derecho o meteorología, salga del cine con la idea de que el Sistema es fascista, el planeta un desierto y la comida poco menos que veneno.

“Super size me” en un muy poco recomendable falso documental que, o bien no busca la verdad porque cree poseerla, o bien, como yo me temo, la verdad le importa un bledo y sólo pretende beneficiarse de la polémica; falso documental tanto más nocivo en cuanto que engancha al espectador por resultar fácil de ver, intencionadamente interesante y, en algunos momentos, incluso divertido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
PETER COHELET
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3
5 de abril de 2011
39 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Robin y Marian”, en opinión de sesudos críticos, es una película maravillosa, muy humana, y con convincentes despliegues físicos que dan al conjunto de la acción una autenticidad como la que hubo en la Edad Media. Realismo de tomo y lomo donde los soldados se pillan el dedo en la catapulta, los combates no huelen a pixels, escalan las puertas a pulso y hasta se le ve el culete a Robin Hood.
En resumen, una película que no tiene desperdicio y, como alguien muy bien apunta, “lo que hubiera deseado realizar Ridley Scott en su versión sobre el arquero”. Hiperrealismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
PETER COHELET
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