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Chile Chile · Talca
Críticas de ocj
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
7
8 de enero de 2013
46 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los chilenos, quizás a estas alturas nadie desconozca la trama principal de NO (2012) del realizador Pablo Larraín. Muy sintéticamente cuenta del diseño de la franja publicitaria de la oposición al régimen de Augusto Pinochet, que desembocó posteriormente en el triunfo de la opción NO -por ende, la vuelta de a la “democracia”-.
Tratándose entonces de una película de ficción pero con un tono muy historicista y documentalista, considero que debe evaluarse desde la perspectiva histórica y la propiamente cinematográfica.
Respecto a la primera, en honor a la verdad me parecen infundadas las críticas que la opinión pública ha deslizado sobre la película porque daría la falsa de que el triunfo del NO se debería casi de forma exclusiva al éxito mediático que alcanzó la franja en su tiempo. Desde ya parece claro que un episodio histórico como al que nos referimos no se genere por sola influencia de la televisión, pero tampoco creo que haya que polemizar mucho al respecto: si alguien desea aprender sobre la historia de un país -particularmente del propio-, creo que lo mejor sería buscar verdades en un manual o en artículos de historiografía antes que en una película de ficción. No se debe confundir el deseo del director de transmitir la verdad histórica en imágenes -a fin de contextualizar su ficción y hacerla vívida-, que creer que esas imágenes son realidad y menos que den fe de un acontecimiento histórico. Por último, tampoco debe desdibujarse la relevancia de ese espacio televisivo en cuanto a su importancia real, ya que como nadie discutiría que es la causa de la caída del Régimen, tampoco puede negarse el hecho de que sea quizás de lo más potente que se conserve en la memoria colectiva del país, tal como ocurrió con la visita del Papa.
En cuanto a lo cinematográfico propiamente tal, la pelicula toma algunas decisiones importantes y arriesgadas. La primera es el formato: utiliza cinta magnética de la época en formato 4:3 de una calidad despreciable, pero justificada porque intercala material de archivo de la época, haciendo las transiciones ficción/realidad menos notorias. Debe tenerse presente también que el filme utiliza a personeros de la época como actores, inclusive a un Ex-Presidente de la República, motivo que justifica aún más el formato electo, a fin de evocar la visualidad de la época al espectador que presenció los hechos, como para contextualizar la historia respecto de los más jóvenes que no tienen recuerdos de los acontecimientos.
La segunda decisión importante y que creo que es lo que ha calado más hondo de la pelicula, es la visión crítica que desliza al mundo político, particularmente a lo que vino después del plebiscito. Creo que la película toma una posición clara respecto a quién prefiere y también justifica el uso de publicidad abiertamente "comercial" para lograr sus objetivos. La crítica que la película esboza no ataca al hecho que a la ciudadanía se le “vendiera democracia” al igual que bebidas gaseosas, ya que en ambos casos se trata de publicitar “algo” que se espera sea preferido por el público: sólo recuérdese las peleas que el protagonista tiene con aquellos que quieren mostrar en la franja las tropelías del régimen y darle un carácter testimonial, justificándose entonces la línea argumental del espacio que aparece en televisión de caracterizado por el humor y la alegría, lo que se transformó como motor de la campaña. En el fondo, la crítica se desliza en el momento en que comprendemos efectivamente que la Concertación de Partidos que constituye la oposición no fue otra cosa que un producto nacido de las circunstancias y con un objetivo único: la caída del régimen. Es porque en realidad esa colectividad sin proyecto -tal como se describe a poco iniciar el metraje- podía venderse como un producto al igual que la Free, el microondas o una telenovela. Es porque la visión del futuro alegre y con esperanza ataca de tal forma el alma humana que puede explotarse para prometernos cualquier cosa. Ahora bien, esta lectura -muy particular por lo demás- no puede servir para otras interpretaciones que la película no propone y que otros han esbozado, sintéticamente en el fraude que habría significado los gobiernos posteriores de La Concertación y el hecho de que "la alegría nunca llegó", sin que pueda negarse que hay un germen dentro de ella.
En lo que respecta a la historia de los personajes, creo que es de poco interés la tirantez amorosa del protagonista con la madre del niño y su posterior decepción -llora por soledad o por desamor?-, como también la pseudo competencia que se desarrolla entre éste y su empleador. La primera historia creo que no añade mucho al contexto de la trama en general -nada personal con Antonia Zegers, que está muy bien en lo que hace-; mientras que la lucha entre los protagonistas toma relevancia cuando en la película se descubre la batalla la existencia de una batalla declarada entre ambos a través de las franjas que defienden, máxime si se considera la posición que tienen ellos al interior de la empresa en que trabajan -de jefe a empleado, respectivamente-.
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ocj
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8
6 de marzo de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de una persona que, motivadas por sus circunstancias, es capaz de matar a otra, suena a cuento repetido hasta el hartazgo. En realidad, las obras de arte se basan en lo que puede llegar a hacer alguien partiendo de determinados sucesos: es la base de la progresión también del film, por el cual habitualmente un personaje al final de una película no es el mismo que la comenzó.

"Matar a un Hombre" entonces no extraña en cuanto a su argumento: un hombre sencillo y trabajador decide matar a un delincuente que ha baleado a su hijo, acosado a cada integrante de su familia y abusado sexualmente de su hija. Lo que diferencia a esta historia de otras son los matices:
1°.- El malo. A todos nos gustan los malos con carisma, como los de las Batman de Nolan. Pero los malos de verdad, los delincuentes, distan mucho de ser como ellos. El Kalule es un delincuente de tomo y lomo: vive del robo y del asalto, probablemente del tráfico de drogas. Son de los que no perdonan ni se reforman en la cárcel, cuando son liberados buscan venganza.
He leído algunas críticas sobre presuntos vacíos legales en el cual la autoridad se muestra inoperante frente a estos sujetos, y aunque algo de razón tienen yo me pregunto, ¿qué se puede hacer con ellos? El Kalule acepta su culpabilidad a cambio de una pena inferior, encierra al hijo en un camión pero no lo golpea, concurre al trabajo de la mujer sin dirigirle la palabra, acosa sexualmente de la hija sin violarla. Con el Kalule ya no ha prevención del delito que valga y al parecer lo único útil que se puede hacer con él es que esté preso...
2°.- El sistema judicial. Un país enormemente desigual (0,5 Gini), índices de delincuencia altos en comparación con países de ingresos medios, poder judicial recargado. Ese es "el sistema". El nivel de carga de las policías, el alto número de causas que debe tramitar el órgano persecutor criminal (la Fiscalía y Juzgados) y la enorme desigualdad que promueve la delincuencia entregan el diagnóstico que explique la terrible realidad que la película muestra: no hay prevención del delito y la "justicia" sólo opera ante delitos consumados. Menos a nivel de barrio marginal ¿Todos a la cárcel entonces? Hay un 22% de sobrepoblación penal en Chile (2013), el costo de mantención de cada reo es más alta en un 50% que la remuneración mínima y, obviamente, tasas de reincidencia altísimas (51,43%). En "Matar a un Hombre" hablamos de una familia inserta en un barrio en donde la delincuencia es pan de cada día y en donde la fuerza de los datos anteriores se acrecienta. Algo también adelantamos en el punto anterior.

3°.- El poder de las armas. Un hombre con un arma, frente a otro desarmado, otorga poder. La voluntad del otro se constriñe viendo amenazada su vida por un simple disparo. Cuando una persona descubre el valor de una herramienta capaz de doblegar la voluntad o el deseo del otro, descubre el poder. Con ellas haríamos cosas que de otra forma no podríamos.

Vale la pena quitarle la vida a un tipo así, podrían darse justificaciones humanitarias, pero en el fondo todos justificamos el asesinato. El punto ahora es, para mí, lo fundamental de la película: ¿asumimos o no las consecuencias de matar a otro? Podríamos hacer enormes disquisiciones mentales al respecto y sin duda hay otros que lo han planteado mejor que yo, pero veamos si alguien encuentra la respuesta correcta:
- ¿Vale la pena ir a la cárcel por haber matado a un delincuente?
- ¿Porqué ir a la cárcel si le hice un flaco favor a la sociedad?
- ¿Porqué debo ir a la cárcel si maté para mantener a mi familia a salvo?
- ¿Porqué no puedo buscar justicia por mano propia si la del Estado tarda, es lenta e insatisfactoria?
- ¿No puede considerarse esta acción como una legítima defensa?
- ¿Porqué tener una pena más alta que la que de seguro tuvo el delincuente al que maté?
La riqueza de la película se encuentra acá, en la delgada línea que justifica el caso individual frente a preguntas que la sociedad debe contestarse en un plano general. Las respuestas van desde los fascismos que justifican la muerte del indeseado o del costo que implica para el Estado la mantención de un preso hasta esta cosa utópica e ingenua que entiende a los delincuentes como víctimas de una sociedad injusta y violenta que no les dio oportunidades. Si, ambas tienen su cuota de verdad, pero "Matar a un Hombre" escapa de estas disquisiciones, no deja de ser la historia de un hombre enfrentado a sus circunstancias y que debe decidir en su caso concreto qué hacer, si decide "pagar" o no hacerlo.
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ocj
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8
2 de abril de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carnage o, en nuestras lenguas, Un Dios Salvaje, es el último estreno del ya provecto y mítico director Roman Polansky. Adaptada del teatro mismo y en colaboración de la propia creadora en el guión, cuenta con un tremendo reparto como pueden apreciar en el poster promocional.

Se le ha clasificado -o encasillado- como comedia negra. Y aunque no me gusta limitar mucho las obras, creo que es un buen par de palabras para comenzar. De la trama se puede comentar poco, pero a modo de sinopsis se pueden esbozar algunas directrices: dos niños se pelean en un parque. Posteriormente, los padres del victimario visitan a los padres de la víctima para conversar sobre el asunto y darle una solución "civilizada".

Y aunque el hombre está hecho de buenas intenciones, no siempre el tono conciliador resulta. Las personas civilizadas actualmente buscan la resolución de los conflictos mediante el diálogo y la búsqueda de acuerdos en donde ninguna de las partes salga más perjudicada que la otra: se le conoce como negociación, mediación, acuerdos, etc. Pero, para qué andar con cuentos, Carnage utiliza la pelea de los hijos como un mero móvil: la idea es sentar a 4 personas distintas, pero matrimoniadas, con deseos de ser civilizadas pero que terminan discutiendo temas que, naturalmente son accesorias a la principal.

El póster no puede ser más ilustrativo al respecto. El inicio de las negociaciones te puede hacer comprar flores para adornar tu casa, preparar un postre rico para recibir las visitas, rebuscarte un espacio en la agenda para cumplir con el rito social, generarte el ánimo para asistir a solucionar un problema que te interesa poco o nada te interesa. Puedes sonreírle al otro con tal de que se solucione tu problema. Tratas de ser amable, de no contrariar a los otros por pequeñeces.

Pero en realidad todo comienza a ponerse denso. Después de un rato la posibilidad de acuerdo se disipó y , en vez de eso, germina un conflicto que no quieres reconocer. Pero el conflicto ya no es sólo el primitivo que te hizo sentar a negociar, sino que tiene unas derivadas que no pensaste y que, además, te duelen. Te esfuerzas por mantenerte civilizado, pero la sangre te sube y te sube a la cabeza y los problemas no explotan porque adentro tienes algo que se llama paciencia...y la estás utilizando al límite. Las convenciones sociales hacen que los estribos se queden donde deben estar, pero los ojos comienzan a enrojecer, el corazón te late más fuerte, los puños se apretan...

Sigue en el spoiler
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ocj
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7
8 de diciembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay historias como las de Ariel Roth que se podrían contar en 15 minutos. Sobra un cortometraje, incluso hasta un clip pareciera suficiente. Fuguet lo hace en poco menos de dos hora y, de verdad, no sobra casi nada.

En los hechos, Ariel Roth es un diseñador gráfico que vive solo en su departamento, que disfruta de la compañía de su bicicleta y su macbook, en el que pasa viendo películas. Aparentemente es talentoso en lo que hace; es mañoso y maniático, pero no mal genio: su "amigo" desdeña de él y termina con su novia por que no ofrece futuro, un supuesto inmaduro fracasado.

Parece trágico, pero Roth vive en la soledad más absoluta y eso parece tranquilizarlo. Conduce onduladamente su bicicleta por las aceras santiaguinas con brío y sin un destino físico: la búsqueda de una cierta paz espiritual, el "vivir tranquilo". En su departamento ve pasar el cambio de año tomando una cerveza y sin que eso lo inquiete mucho. Como "freelancer", se relaciona con clientes que le piden estúpidas ideas para plasmarlas en portadas o afiches: esa gente que le provee de sus ingresos otorgan notables escenas; un altanero padre de familia que detesta a su hijo actor que trabaja como mozo; la velluda actriz de teatro y el patético, engreído y pseudoalternativo director de cine que triunfa en Europa.

Sus aparentes "reales amigos" son un gordo bonachón que no puede pronunciar la palabra "podcast", tiene un gimnasio de artes marciales y comparten la cinefilia. El otro, el primo rico que apenas adulto es dueño de empresas, con sus padres fallecidos, sin nada que hacer en la vida aparte de tonterías y cuyo único hobbie es enfiestarse y tener sexo casual.

¿Alguien podría culpar a la película por tener algunas lagunas, baches o incoherencias si ésta se trata de la historia de un tipo que vive solo y se rodea con gente de estas características?. No sé, dicen que a las películas redondas no les sobra nada. A Velódromo le sobran algunos minutos, otros se cortaron antes de tiempo. Ciertamente no es redonda, pero por lo menos aparenta un dodecágono.

Hasta ahora he hablado sólo de hechos que ocurren en la película, pero el fondo de Velódromo es distinto a la simplicidad que aparenta. A mi parecer afronta la vida moderna (soledad, apartamento, la existencia en torno al notebook), de cómo enfrentar el futuro sabiendo que eres un operador de algo perecedero y fungible (metiendo números en un computador, haciendo las portadas de los libros de escritores exitosos y un largo etc.) sabiendo que el éxito le llega a gente más joven que uno y, quizás, con menos talento que uno. Que, en el fondo, ese éxito ya no te llegó. Habla de los anhelos de la vida en familia, en pensar en algun momento en los hijos. En el pasado que vuelve y no de la mejor forma. En como la felicidad no siempre se trasunta en el ideal que hemos creado como sociedad (auto, casa, familia, hijos, vacaciones) y que, por mucho menos, un estilo de vida distinto al habitual sea despreciable.
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ocj
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6
20 de diciembre de 2011
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
He leído las críticas anteriores y me ha llamado poderosamente la atención el hecho de que se vincule "Violeta se fue a los Cielos" con Violeta Parra. Violeta Parra es una floclorista popular, venida de una talentosísima familia chilena de origen humilde del sur de Chile. Valorada por doctos, comunistas y chilenos en general, fue sin duda una mujer extraordinaria de un quehacer infatigable (arpilleras, pintura, música, poesía) y un ícono muy vigente del Chile con "conciencia social"

Sin embargo, lo que he aprendido del cine es que es asqueroso cuando muestra a grandes personajes idealizados. La admiración que provocan es tal que los directores pierden el hilo y mutan una historia en propaganda, haciendo lisonjas y otros manierismos soporíferos. Por suerte, Andrés Wood recoge lo que esperamos de Violeta Parra, una mujer dura, de carácter, apasionada y muy pasional a la vez, madre (¿buena o mala?), impertinente y amante, todo esto contado de forma no lineal, en etapas o fases de su vida que parecen claves.

Ahora, ¿es importante para el cine que Violeta Parra haya sido como fue? Desde luego que no: el cine es un canal por el cual se transmite lo que el director pretende mostrar. ¿Pretende la película ser la biografía de Violeta Parra? También lo dudo. Quizás por eso me molestó ese tono semidocumental en que cae a ratos: una película no tiene porqué sugerir que proviene de la realidad, sólo basta que muestre lo que tiene que mostrar con sinceridad y sin excusas. Prefiero una mentira cinematográfica que un documental sin interés.

¿Es una película sólo para chilenos? Sí y no. No porque Violeta es tan chilena que es difícil imaginar "Run Run Se Fue Pal Norte" con subtítulos en alemán. Y sí por que se trata, al final y al cabo, como toda experiencia cinematográfica, en el cuento de una mujer extraordinariamente humana en un mundo injusto y sufrido por la humanidad a la que cantó
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ocj
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