Después de sus dos anteriores películas de animación, Ángel de la Cruz ha hecho también un gran trabajo con actores de carne y hueso. Y todo a pesar de los numerosos problemas de financiación que ha tenido esta gran película, mucho mejor que otras que recaudan millones en taquilla y que flojean por todos lados.

Cierto es que no se trata de un guión y de un argumento redondo, pero hay muchos toques de realismo mágico, de surrealismo y de giros inesperados que hay que entender como parte del intento del director de trasladar las creencias del mundo rural gallego.

Se trata de una película para reírse, en la que destaca sobre todo no los actores principales, sino los secundarios. Por encima de todo salientaría a Antonio Durán "Morris", como el cura hacker con flequillo inquieto. Pero no menos gracia me han hecho otros como la hermana del protagonista, Berta Ojea, o uno de sus amigos, Xosé Manuel Oliveira.

Los únicos puntos débiles que le he visto son algunos bajones y secuencias un tanto largas que no aportan nada al argumento. También me ha chocado el corte que produce tener dos finales, uno al estilo de las aventuras de Astérix y Obélix y otro un poco más simpático, pero que producen una sensación un tanto abrupta.

Para acabar, simplemente decir que, independientemente de algunos cambios de ritmo poco adecuados, se trata de una gran película, en la que el espectador no para de reírse, de disfrutar del humor gallego, de grandes paisajes y en la que triunfa la solidaridad de un gran elenco de actores.