Voy a empezar esta crítica diciendo que lo que expongo no es más que un engendro de lo que pienso, siento y entiendo de la película, y que voy a hacerla a modo de comparación con La Forma del Agua de Guillermo del Toro (¡ojo! Contiene espoilers de ambas películas) y que pretendo hacer pensar más aun a la gente que la ha visto, allá voy.
Las dos películas tratan de alguna manera sobre lo mismo: mujer, solitaria, soñadora, incomprendida por alguna característica que le hace ser vista como diferente por parte de los demás, que se enamora y que sigue a su amado a través de diversas dificultades.
Me explico; por un lado tenemos a Susan Espósito en La Forma del Agua, una mujer que es solitaria, muda, huérfana, y limpiadora que vive en la ciudad portuaria de Baltimore. Parece que el aislamiento social le viene dado por esos factores, su mutismo hace difícil una comunicación fluida con alguien de su alrededor, parece que su orfandad le hace ser también de alguna manera poco social, y su trabajo de limpiadora es una manifestación de esa desigualdad a la que se ve sometida, vamos, que lo tiene todo para ser una especie de antiheroína. Además podemos intuir que es una persona anhelante, soñadora, que está esperando a algo o a alguien que la saque de su aplastante monotonía de la que trata de huir con ensoñaciones y auto sexo en la bañera. No es una mujer fuerte y luchadora que nos va a dar lecciones de moral.
Por otro lado tenemos a María, una mujer joven de Magdala, una aldea de pescadores a orillas del Mar de Galilea. No sabemos bien qué le pasa a María, que vive junto a su familia profundamente religiosa. Sólo sabemos que no quiere casarse e intuimos que tiene fuertes inclinaciones místicas, es algo así como una soñadora de la eternidad que mira anhelante el horizonte esperando algo, no se sabe bien qué. Este misticismo produce rechazo a su entorno, en el espoiler cuento porqué.
Hasta aquí creo que se ve claro el parecido de ambos personajes. Mujeres atrapadas en una realidad que no les satisface, solitarias, rechazadas o desplazadas socialmente, buscadoras o esperadoras de algo o alguien que les rescate.
He aquí otro factor importante: el agua. Las dos películas tienen como elemento fundamental el agua, un elemento conductor de la trama. Ambas películas comienzan con una escena subacuática, en el espoiler sigo desarrollando esta idea, pues hay más razones pero pueden desvelar la trama.
El amor es fundamental en las dos películas. Pero antes hay que dejar clara una cosa. En la Forma del Agua tenemos una relación amorosa y sexual, mientras que en María Magdalena tenemos una relación amorosa espiritual, sin sexo, y no amorosa en el sentido de pareja, si no en el sentido de unión íntima, profunda y seria, aunque podría considerarse exclusiva entre Jesús y María, además en la primera tenemos un amor más erótico y en la segunda un amor agapé, de entrega total. Por un lado tenemos una criatura anfibia y por otro lado, ¡oh casualidades de la vida! Tenemos a Dios hecho hombre, que también aúna dos naturalezas. Es decir, dos figuras masculinas que poseen dos naturalezas en una. Ambos amados (el hombre anfibio sin nombre y el hombre-dios Jesús) son perseguidos, y nuestras protagonistas ven su amor en riesgo debido a esto. Esto lo desarrollo más en el espoiler.
Hasta aquí creo que se puede apreciar que las dos películas cuentan en realidad la misma historia. Si reducimos a sus protagonistas a metáforas del alma o de la psique humana, veremos que se trata de estas en busca de su lugar, lugar que encuentran en un ser de alguna manera igual y diferente, en apuros pero superior. En este punto quiero añadir que las personas disfrutamos de los personajes en los que nos vemos reflejados, de tal manera que no hace falta ser mujer, muda, marginada y estar enamorado de un anfibio para sentirse identificado profundamente con Susan, por eso creo que hay elementos más profundos con los que nos sentimos identificados.
Pero las películas tienen una profundidad muy diferente. El relato de María es mucho más profundo y enriquecedor en todos los sentidos, por eso invito encarecidamente visionar la película y por eso pienso que es mucho mejor, cosa que no voy a explicar pues creo que cada cual puede discernir lo bueno de lo malo y lo excelente de lo mediocre.
En cuanto a la fotografía de María Magdalena me ha parecido bastante buena siendo extraordinaria en algunas ocasiones, una delicia. Su función creo que es hacernos sentir por un lado el sentir de María y por otro el ser espectadores de un acontecimiento, ser testigos, por eso la cámara variará, me explico, a veces la cámara mira desde fuera completamente, otras estamos junto a María, otras somos ella misma y otras somos alguno de los personajes, mención especial a este juego de cámaras hago en el espoiler (si es que tal cosa se puede hacer de una historia tan contada)
Me gustaría destacar la sobriedad de la película en todos los sentidos, algo loable pues la sobriedad, la calma y las escenas largas son excluyentes y espantan a una gran mayoría del público.
La banda sonora es correcta en algunas ocasiones, rayando el efectismo en otras, pero sin llegar a él y otras, (las menos, la verdad sea dicha) es muy buena, con una mezcla entre electrónica y clásica que a mi me parece muy acertada y personalmente me encanta.

Llevo años pensando en hacer esta crítica sobre El Árbol de la Vida, pero no encontraba la forma, quería que fuera perfecta, que pudiese explicar lo que sentí y siento respecto a ella, sin embargo me he dado cuenta de que ello no es posible. Así que escribo este pequeño engendro de lo que pienso realmente, al menos me sirve de alivio.
Me gustaría decir que esta película me cambió la vida, tal cual. Siempre fui un niño exageradamente sensible, hasta el punto de cambiar de calle de camino a la escuela porque la luz no era bonita, o sentirme extasiado con el azul brillante del cielo de verano tras un raro día de lluvia, o tener depresión porque un año la ventana de la escuela daba a una pared. Todo esto lo viví con vergüenza y estupor, como una deformidad de la personalidad que era una abominación, relegado a ser un mero observador en un mundo de gente activa. No me interesaba la recompensa de aprobar, ni destacar en nada, sólo quería observar el mundo que me rodeaba y preguntarme sobre lo misteriosa que es la vida. Las burlas, los insultos y desprecios se sucederían con el paso de los años a un niño que lo único que parece hacer es “mirar a las nubes” y “pensar en las musarañas”. Y de repente, con 20 años, voy al cine, como el que no quiere la cosa y veo una película que entiendo a la perfección y que disfruto muchísimo más que un orgasmo o que la mejor comida que haya probado. La película entera habla mi idioma, por primera vez en mi vida me siento en sintonía verdadera con alguien. Mientras la veo lloro todos esos años de soledad e incomprensión. Y además tengo una experiencia mística. Sentí que no estaba solo, algo que no había sentido antes. Salí del cine como resucitado.
Me quedé estupefacto al ver como la mayoría de la gente a mi alrededor y en los medios criticaba la película o no la había entendido. Esto fue determinante. Siempre pensé que mi sensibilidad era un rasgo de debilidad e incluso de inferioridad con respecto a los demás. Con esta película me di cuenta de que si bien no tenía muchas cosas que el resto del mundo tenía, como fuerza de voluntad, capacidad de esfuerzo, metas en la vida, novias, amigos, encajar en la sociedad en general, yo tenía algo que me había hecho disfrutar y entender esta película sin siquiera tener que pensar. Además la gente que decía haberla entendido pensaba que era demasiado larga, y yo no daba crédito a mis oídos, pues se me hizo corta, deseé que no acabara cuando la vi.
Esta película puede ser irritante, desvergonzada, dura y sinsentido para aquellos que creen que todos somos iguales, que no existen personas más sensibles o incluso más inteligentes. Es una película que criba, que separa, que pone de manifiesto quién tiene ese algo inexplicable que permite ver y sentir cosas que por mucho que le des vueltas a la cabeza no vas a ver, ese algo que no se consigue con esfuerzo ni se desea, se tiene, como otro sentido a parte de la vista o el olfato. Aun así yo la recomiendo encarecidamente pues pienso que ese algo puede nacer en cualquiera si está dispuesto.
Cuando me preguntan que de qué va esta película yo contesto que de todo. De la vida, de la muerte, de la alegría, de la tristeza, de las relaciones paterno filiales, de la fe (o de la falta de ella), del bien y del mal, de la creación, del fin de los tiempos, del crecimiento, de la búsqueda de sentido en la vida, del perdón, de la frustración, del poder, de la amistad, del amor, de la esperanza. Todo ello retratado con una sensibilidad y delicadeza tales que si no estás atento no lo ves, sólo ves la sucesión de escenas aparentemente incoherentes e inconexas.
Esta película quizás no sea del agrado de alguien ateo, ya que es profundamente espiritual, y además es cristiana. Aun así, no está de más abrir la mente y ver esta película, al menos como ejercicio intelectual estoy seguro de que merece la pena.
Esta película da para una tesis, un libro y para una película. Si eres un buscador con el corazón y la mente plagados de preguntas, de atracción por el silencio extraño que se oculta tras tu soledad, si sufriste una pérdida o alguna situación terrible, o si no sabes como encauzar tu amor, tu inteligencia o yo que se, te recomiendo total y encarecidamente que la veas, y si no la entiendes dale una oportunidad, piénsala, disfrútala y si sigues sin entender de que va y no la disfrutas pregúntate: ¿qué me pasa? ¿Qué me estoy perdiendo? Si eres insistente al final lo verás, pero sólo tú podrás verlo, no le eches la culpa a alguien que sí la entiende, no te creas que es un engreído que se da aires de importancia y exclusividad porque la entiende y lo dice. Te estarás perdiendo algo increíble, pues si entiendes esta película y te abres a lo que te ofrece podrás ver el mundo de otra manera, todo lleno de belleza. Un saludo.

Muy bien, voy a ser claro y honesto: esta serie es una farsa, pretende ir de serie de inadaptados y desubicados pero todos los personajes protagonistas están perfectamente integrados. No entiendo porqué la gente lo asocia con lo "outsider".
Para empezar la protagonista, Lindshay. Es guapa y superdotada, hasta ahí, vale, pero no entiendo que la pinten de inadaptada cuando tiene buenos amigos y le cuenta sus problemas a algún adulto.
Los demás personajes igual. Ni un sólo personaje principal es un verdadero inadaptado, o alguien verdaderamente raro.
Perdonad mi vehemencia, pero es que necesitaba ver algo que calmara mi soledad, y me encuentro con esto.
Los personajes me han recordado a mis compañeros de instituto, sí, pero no a todos. Vereis, yo era de los auténticos frikis del colegio, pero dejadme que os describa cómo éramos.
Los verdaderos frikis del colegio y del instituto éramos diferentes entre nosotros, lo único que compartíamos era que no llegábamos a encajar y nos juntábamos como por inercia, como la basura se junta en el mar y te puedes encontrar desde una compresa(todo un clásico) a una sospechosa y flotante piedra pomez, no era que estuviéramos agusto los unos con los otros y se hubiera creado un interesante vínculo de amistad, no, era simplemente que así no teníamos que sentir la vergüenza de estar solos.
Una de las chicas de este grupo se pasó varias semanas dando vueltas sobre sí misma contra una pared a la hora del recreo, cual rulo para pintar paredes. Para que os hagais una idea. Yo llegué a hacerme más o menos "amigo" de todos, si, "amigo". El colegio fue esa etapa en la que no había nadie con el que me sentía realmente identificado o a gusto, así que me lo pasé pretendiendo ser el amigo de gente, ese amigo del grupo que hace payasadas y que parece que encaja, pero que no, para nada, en realidad estaba pasando por un montón de problemas que no podía comentar con mis " amigos". Mi relación con los profesores era nefasta, no por malote, si no porque no sabía ni en qué tema del libro estábamos, y mi pasotismo era real, me importaba un bledo aprobar o suspender, sólo quería que me dejaran en paz.
Los personajes de esta serie son vacios y poco profundos, que hablen de metafísica en un par de capítulos no les aporta nada más que una bonita pátina vintage que queda muy resultona pero que no engaña.
Escribo esto por amor a los verdaderos inadaptados, os lo advierto, no espereis sentiros identificados con estos personajes, y si lo haceis, deberíais replantearos vuestra condición.
Me ha dolido que no apareciera la verdadera angustia existencial del que contempla en la sociedad un cúmulo de falsedades y de gente ansiosa por progresar, por ser mejor, mofándose del que no puede o no quiere hacer tal cosa.
Debo decir que me parece una falta de respeto defender esta serie como el paradigma del sufrimiento en el instituto en cuanto a series se refiere. Vereis, una serie de institutos en la que el protagonista es un verdadero inadaptado no tendría absolutamente ningún éxito, porque la gente no se sentiría identificada.
Ejemplos de inadaptados los podemos ver en El Guardián Entre el Centeno, En el Camino, La Conjura de los Necios, Crimen y Castigo, El Quijote, Nada, La Metamorfosis (la de Kafka) entre otras novelas. Y en películas tenemos Las Ventajas de Ser un Marginado, Badlands, Leoló (esta tiene tela, eso sí que es un inadaptado) Mommy (de Xavier Dolan), Donnie Darko, Amelie (sí, es una película con fama de melosa pero en realidad habla de la soledad terrible de un alma muy frágil y pura) entre otras. De series me quedo con Perdidos, una serie que es mucho más que lo que aparenta, muy muy al contrario de lo que Freaks and Geeks representa. Perdido bien podría llamarse Perdedores, es una serie llena de fracasados que buscan la redención, hay una asesina, un cobarde, un drogadicto, un estafador, un obeso mórbido, un paralítico fracasado. Eso es una serie sobre inadaptados, desubicados, gente que no encontró en vida su lugar, que siempre se sintió fuera de sitio.
La serie juega con los complejos que los adolescentes normales tienen cuando pasan por la etapa del instituto, que si no soy guay, que si me gusta Cindy, que no se qué voy a hacer con mi vida.... Los inadaptados reales están intentando sobrevivir, intentando reponerse de la decepción que les causa la vida tal y como es, intentando encontrar otra alma con la que hablar y compartir su angustia vital, pero no la encuentran, porque están tan mal que no son capaces de salir de su cabeza.
La imagen de niño friki que juega a dragones y mazmorras como inadaptado social no es más que un cuento para niños normales con gustos levemente diferentes, pero al fin y al cabo con amigos y llevando una vida más o menos normal.
La imagen de rebeldillo que va contra todo es otra invención para que los que así fueron se sientan contentos. Los auténticos rebeldes en la etapa escolar están callados, rumiando su desesperada soledad y su asco por la sociedad en silencio, contemplándoles, llorando por dentro.
Y ya está, menos dramas que la serie no es para tanto, ademas es moralista a más no poder, es como Yo y el Mundo con protagonista chica.