Cuando lees el título de una película, normalmente valoras a primera vista un film. Cuando lees "El Vengador Tóxico" dices: que birria de película, el título lo dice todo. Y exacto, das en el clavo pero es una birria que te encanta. En verdad, este tipo de películas solo quieren divertir al público, y cuando el director piensa en hacerla dice "ya que vamos hacer un film malo, que al menos la gente se divierta con ello" y eso es lo que hace que este tipo de películas, con toda su buena intención, hace que pase. No será recordada, ni valorada en un futuro como una joya en bruto, pero cuando alguien te diga "He visto una película malísima llamada El Vengador Tóxico" y digas yo también, sonreiréis automáticamente y dirás : "te acuerdas cuando...¿No te reistes?".

Los que admiramos y amamos este deporte, entre los que me incluyo, no pueden dejar la ocasión de ver este documental. Los que no os guste este deporte, también os lo recomiendo ya que, por un lado veremos el sentimiento nacional de Petrovic y por otro lado veremos el sentimiento de la amistad de Divac.

Ver que como un país ganas un mundial y como al instante como una persona, pierdes a todos tus amigos, compañeros y amistades que estan en el otro lado. Estar todo un año contandote las penas y las alegrías, los triunfos y las derrotas, las lesiones y las recuperaciones, y como luego todo se esfuma. Como una ilusión. Y después, al pasar todo el calvario, no tener a esa persona para arreglarlo todo y volver a amar juntos lo que más queríais: un deporte, un país y una amistad.

Durante muchos años la saga Zelda nos ha dejado boquiabiertos con sus videojuegos. Desde la añeja NES, su primera aventura reflejaba una gran síntesis entre búsqueda, exploración y aventura que nos permitía vagar libremente por un mundo plagado de enemigos que nos hacían la vida imposible. Además, cavernas y escondrijos contextualizaban perfectamente un mundo devastado por el ejército de Ganon. Tras 31 años desde su salida, Eiji Aonuma con esta gran obra renovó espiritualmente a la saga y la devolvió a sus orígenes más profundos: libertad, exploración, aprendizaje, búsqueda, magia... estas ideas resumen vagamente Breath of the wild (Botw a partir de ahora).

Asistimos al renacimiento de un héroe que abre los ojos tras escuchar la voz de la princesa Zelda. Un inicio que recuerda a otros videojuegos de la franquicia y que simbólicamente nos enlaza (Link) con él. Llega a tal punto ese enlace que llegamos a vivir el fortalecimiento de un héroe que había sido caído en batalla y que ahora, gracias a nosotros y nuestros avances en la aventura, se hace cada vez más fuerte. En el ámbito narrativo, la falta de memoria de Link hace que se haya empleado el uso de recuerdos para que rememore su primer viaje de hace cien años y descubrir que y como ocurrió el gran desastre que asola Hyrule. El aspecto más innovador y que hace que disfrutes desde el primer momento de la aventura es la obtención de los objetos clave desde el principio dando una vuelta de tuerca a la saga donde era clave superar las mazmorras para ir obteniéndolos.

Una ambientación muy lograda con un Hyrule dominado por la naturaleza y con muy pocas personas merodeando o recordando aquel Cataclismo de hace cien años. Sus paisajes son hipnóticamente atrayentes teniendo mucha culpa el apartado artístico que nos hace empatizar con aquellos pintores impresionistas que amaban el mundo que les rodeaba. La variedad de biomas es también destacable ya que nos tendremos que adaptar a ellos para no pasar frío o calor. En cuanto a su banda sonora aparece en lugares destacados como aldeas, combates, mazmorras, etc. Sin embargo, destacaré la utilización magistral del silencio y de los efectos de sonido en este juego. No hay mejor experiencia que la de encontrarte en medio de la nada y escuchar como el aire mece la hierba en medio de una colina. Consigue perfectamente transmitir la sensación de soledad a la que se enfrenta nuestro protagonista tras una gran debacle como es el Cataclismo.

Sin embargo, tengo que mencionar algunos aspectos no tan buenos a pesar de la obra maestra ante la que nos hayamos. Para mí, su mayor fallo es la falta de jefes memorables y combates épicos que en otros juegos de la saga eran tan destacados. Sin ir más lejos, las mazmorras, que son el interior de las bestias divinas, están a años luz de otras anteriores. Asimismo, también habría que añadir la falta de dificultad a lo largo del juego, tanto en puzles (habiendo dos o tres santuarios algo más complejos) como en jefes. La excepción que confirma la regla son los centaleones, enemigos que os van a dar muchos quebraderos de cabeza y se puede considerar el mayor desafío del juego. Otro punto a destacar es el doblaje, muy acertado pero muy escaso. Es un doblaje de calidad, espectacular y muy bien realizado. No obstante, más que un fallo de diseño es una rémora que Nintendo lleva acarreando en la saga durante mucho tiempo: la escasez de conversaciones habladas. Y es que con un Link mudo que vamos a hacer.

A veces, agarrarnos a un trabajo competitivo, exigente y donde te tienes que dar de codazos con el de enfrente para ascender hace que relegues a tus sentimientos a un segundo plano, no por no querer amar sino por miedo al rechazo, a no ser correspondido.

La evolución del personaje de C.C. Baxter (Jack Lemmon) es una muestra de como, poco a poco, el ser humano más codicioso empieza a dejar de lado la ambición profesional para recobrar un corazón que solo latía para trabajar y no para vivir. A su vez, de manera recíproca, viviendo una vida de engaños y rupturas con hombres que no encajan en su vida, que no se merecía, la ascensorista, Fran Kubelik (Shirley MacLaine) es quién, en el vaivén del amor, hace que Baxter despierte de su letargo, que se de cuenta que la vida no es solo trabajo.

Una película con las dosis perfectas de amor, comedia, drama y realidad dónde Wilder nos las ofrece en su justa medida, como él solo sabe hacer.

Nada que ver con la primera parte, un rollo inventado por un director mediocre para sacar dinero fácil de una trama bastante elaborada por su predecesora. La primera parte fue una película innovadora y fresca para el género debido al tipo de film que se utilizaba. No obstante, la segunda parte no continua con esta historia y se inventan una trama innecesaria de añadir a la trama principal.