De lo técnico, se observan claras referencias a otros filmes (THX 1138, 1984, Gattaca, Minority Report, etc.), pero en un aspecto comparativo la cinta sale muy mal parada a nivel conceptual. Verdad que toda cinta puede tener inspiración en propuestas colocadas, el problema viene cuando no se contribuye a la generación de una nueva propuesta sino a un mero pastiche estético.

Los efectos especiales y la fotografía no ayudan en lo mas mínimo a la diégesis pretendida como seria y sofisticada. La infografía está mal integrada a los escenarios reales (Tomas panorámicas desenfocadas, contrastando a los gráficos de ordenador), mientras que la fotografía es desaprovechada (falta de profundidad de campo a veces, uso del color heterogéneo sin una corrección adecuada en gran cantidad de secuencias).

La B.S.O tampoco ayuda, la música que en las primeras secuencias del filme luce algo de elegancia por su sencillez y hasta cierta efectividad dramática, se diluye en la segunda mitad cuando se alcanza un tono sinfónico tipo James Horner intercalado con electrónica (las secuencias de infiltración al cuarto de cuerpos aprisionados). Un desastre carente de personalidad.

El montaje es incongruente, los cortes de plano en bastantes secuencias son bruscos y con repentinos fallos en el punto de vista (¿Porqué pasamos de ‘cámara en mano’ a un plano estático si el narrador sigue siendo el mismo?).

Todo podría pasarse por alto si estuviéramos ante una sólida diégesis argumental, cosa que tampoco sucede. Lo mas evidente es la mala actuación, el protagonista Claudio Lafarga (que había demostrado carisma en la serie televisiva XY), es incapaz de transmitir la supuesta metamorfosis moral de su personaje, responsabilidad también de un guión insuficiente, desarrollado a través de personajes planísimos sin una evolución verosímil, momentos de diálogos de risa involuntaria (en la sala de proyección), personajes y subtramas de relleno (¿qué aporta a la diégesis la historia de Pablo y sus colegas de trabajo?).

Desafortunadamente aunque se trate de ciencia ficción, el guión toca casi cada uno de los topicazos de las cintas urbanas mexicanas recientes (drogas, política, religión, ricos contra pobres y un romance trágico, por cierto forzadísimo).

Pero ignórese lo anterior ante la mas grande barbaridad. Estamos ante una película aburrida y tremendamente tediosa, culpa de cada uno de los aspectos que se han desarrollado arriba, con un desenlace francamente ridículo comentado en el spoiler.

Una pena, ya que para ser una de las contadas cintas mexicanas de ciencia ficción que se han producido en los últimos años y con el nivel de publicidad que contó, merecía ser la ventana hacia este género, que sin embargo se pierde en buenas intenciones.

El cine en sus obras más experimentales, nos da la oportunidad de conocer puntos de vista peculiares de sus respectivos autores, donde la libertad para saltarse cualquier academicismo significa una experiencia en el espectador a la cual no sería posible llegar por el camino del canon.

Por este mismo argumento, doy crédito al señor Mike con 1 estrella en esta pieza, que sin duda alguna es una de las más arriesgadas que este espectador recuerda haber visto en su vida.

Por desgracia, las 9 estrellas ausentes son sin duda por la calidad de la obra y su resultado.

Si la intención es escandalizar con escenas subidas de tono, pues falla absolutamente, porque a pesar de que la peli va de obra alternativa, si que existe puesta en escena, con actuaciones de lo mas desafortunadas e inverosímiles que no permiten creer ni un solo segundo que los guantazos, la violación, las mamadas o todo el mogollón es real.

Si fuese el objetivo mas bien un reto al espectador activo, para establecer una distancia con los personajes, la construcción del argumento y la diégesis (que podría explicar lo chabacano de la estética, las tomas fuera de foco, el manejo de la cámara digno de cualquier video home, la música de culebrón y prácticamente cualquier aspecto técnico de la obra) pues tampoco funciona porque las acciones no son interesantes, ni en su contenido individual, ni en su conjunto, y mucho menos en su mensaje, ya que hablar de la familia disfuncional era ya todo un topicazo para la época en la que se produjo la cinta.

En vez de eso, el autor manda de manera tipográfica preguntas directas al espectador, el problema es que para ir de petardo y subversivo hay que tener una tesis que fundamente la omisión de las reglas o por lo menos establecerlas dentro de la misma obra, cosa que no encontré a lo largo de todo el metraje. Gratuidad total.

Lo siento, pero Visitor Q lo único que me comunica es que metros y metros de celuloide se pueden llegar a desperdiciar olímpicamente cuando la pretensión es lo único que llega de una obra cinematográfica a la pantalla.