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Críticas de Parandroid
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
7
4 de diciembre de 2020
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se agradece que propuestas que se salen de lo normal y que tienen ambiciones artísticas tengan cierto éxito y den que hablar. Sobre todo si llegan de un país cuya filmografía es tan difícil de poder ver en pantalla. Pero no es una película pequeña y arriesgada de un país desconocido cinematográficamente que ha sido descubierta como una gran sorpresa (y menos en San Sebastián, ya que la película fue seleccionada en el cancelado Cannes y presentada en Toronto, donde ya dio que hablar y ganó el premio Fipresci, aunque me alegro que haya podido entrar en su sección oficial). Tanto la película en sí como su éxito en festivales viene gestándose en laboratorios de desarrollo, mercados de festivales, y especialmente despachos de coproductores y agentes de venta desde hace tiempo. Para este éxito se ha contado con una directora (tenía que ser mujer en esta coyuntura, lo cual es plausible y positivo), Dea Kulumbegashvili, cineasta que ha estudiado cine en Nueva York, y que, aunque de indudable talento, ha tenido grandes apoyos en el rodaje de su ópera prima.

La película lo tiene todo para triunfar en el circuito de cine de autor, incluida una capacidad de crispar y dividir que da una importante publicidad a la película. Su comienzo es abrumador, planos fijos de perfecta composición y ejecución y que cuentan con tensión narrativa pese a su duración. El ritmo del comienzo es complicado de mantener y tiene altibajos, pero la película no es en cualquier caso tan aburrida en conjunto, aunque hay planos exasperantes que son una prueba de paciencia. El famoso plano cenital no me pareció tan aburrido ya metidos en faena.

Lo que no me gusta en realidad es la sensación de deja vu, de fórmula que funciona en algunos círculos cinéfilos. Y va perdiendo puntos en su capacidad de epatar y transgredir, con dos momentos finales, que cuento en spoiler, que quizás sean arriesgados, y consiguen hacer (creer) que la película tiene una dimensión mística. Hasta el momento la película trataba temas con más o menos acierto (aunque a veces con algo de impostura) como lo social, lo religioso como fenómeno, lo feminista también. El final es arriesgado y ambicioso, lo cuál está bien, pero no sé si consigue un fin. No es difícil arriesgar si te avala, por ejemplo, Carlos Reygadas.

Y Guadagnino cayó en la trampa. Dio cuatro premios a la película que había que premiar ninguneando y despreciando al resto de las películas. Grave error por parte del Zinemaldia no prever esto y tener cláusulas como en otros festivales. Boyero también cayó en la trampa, pues este tipo de críticas estaban previstas y les vienen bien para dar que hablar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Parandroid
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6
2 de octubre de 2020
22 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se agradece que se haga un musical en España, y que se haga bien, aunque use como base musical materia prima italiana. Probablemente en Italia estén esperando los resultados de este film para el remake italiano, ahora que todas las ideas comerciales van de un país a otro.

Explota Explota es un buen producto cuyo principal objetivo es la taquilla, es una prefabricada operación de marketing en que todos los elementos están estudiados para contentar al público objetivo. Esto tiene cosas buenas y malas. Es alegre y entretenida, y se ha invertido en decorados, vestuario y medios en general (aunque no demasiado). Hay un buen equipo técnico y artístico trabajando pero imagino que con poca libertad creativa. Saben que el público no exige mucho a los guiones de las comedias, y menos aún de los musicales, y presenta una historia fácil de ver sin profundidades ni complicaciones, cuyos principal mérito es encajar las letras de las conocidas canciones en una historia romántica que gira en torno a la censura en la España tardofranquista. Y su peor defecto la poca profundidad de los personajes, especialmente los masculinos.

El reparto es muy desigual, las chicas brillan mucho más, Ingrid García-Jonsson demuestra ser una actriz todoterreno, con vis cómica y que todo lo hace bien. Echegui está divertida, pero cansa que el personaje gracioso sea andaluz una vez más, sobre todo cuando la actriz no lo es. En cambio los actores masculinos protagonistas apenas destacan, y en el caso de Giuseppe Maggio no es su culpa, es que directamente no tiene papel, más que un personaje es un McGuffin.

Los números musicales están bastante bien pero realmente se echa en falta alguno espectacular de verdad. Casi todos tienen un grupo no muy numeroso de bailarines que a veces no llenan del todo la pantalla. En algunas películas con uno, dos o tres personajes se crean números memorables, no es el caso. En cualquier caso destacan el del avión que es pura fantasía y el del metro. Pero ni teniendo a la Carrá como base hay ningún número realmente loco y divertido. Cualquier videoclip de ella es más memorable.

Lo mismo pasa con el vestuario, bastante bien pero nunca se atreve a la horterada máxima con la que nos podían sorprender en los 70.

Y es que la Carrá es mucha Carrá, y las canciones sin su voz, sin su potencia, sin su alegría, sin su personalidad, y sin su acento italiano, pierden bastante. También era inmensa bailando. Y en la película no se la ha sustituido con grandes voces ni excepcionales bailarines, aunque están correctos deberían haber apostado más por talentos musicales que por actores... porque total para las interpretaciones que ofrecen. Quizás Ana Guerra, que canta una canción en los créditos, hubiese sido una gran opción.
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Parandroid
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9
11 de diciembre de 2013
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Matterhorn nos cuenta una historia sencilla y hermosa. Un hombre viudo, amargado, se refugia en la rutina y la sobriedad de su parroquia protestante. A falta de familia y de otros alicientes su vida se centra en la religión. Pero cuando por ser buen cristiano, y acoger a un necesitado en su casa, su comunidad le da la espalda. Cuando su soledad y su aburrimiento son apaciguados por la extraña compañía de ese vagabundo sus vecinos le reprenden. Siente el odio y el desprecio de la sociedad sin haber hecho nada malo, y se pone en la piel de las víctimas de la homofobia religiosa.(Y el protagonista probablemente no sea homosexual). Su nuevo y extraño amigo en cambio no piensa en el que dirán, vive libre, como un niño, un animal. En una preciosa escena el viudo recapacita y decide cambiar su rumbo, mientras su pueblo va a misa vestido de negro, los dos amigos van a contracorriente, en dirección contraria hacia esa libertad que él confundía con libertinaje.
Todo está narrado con gran personalidad, de una forma lenta y pausada pero eficiente, que hace destacar los brillantes momentos de humor y surrealismo. El uso de la música, la espléndida fotografía en tonos cálidos pero brillantes y las acertadas interpretaciones, hacen de esta película una pequeña joya.
Y ese final perfecto, en el que se descubre el error del pasado del protagonista, y que une la emotividad de la resolución de conflictos, las diferentes músicas, un montaje preciso, maravilloso con varios tiempos en paralelo, y la espectacularidad de la imagen y de los paisajes en un clímax perfecto que consigue que te den ganas de aplaudir.
Parandroid
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6
28 de marzo de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oportunidad perdida. Oportunidad de hacer la última gran película de Hollywood con un gran presupuesto a favor de una historia adulta y una finalidad artística. A partir de este fracaso las productoras ya sólo invertirían sobre seguro en productos comerciales, fáciles e intranscendentes. Oportunidad perdida de contar una historia apasionante en la que la justicia, la lucha social, la inmigración y la formación de un nuevo país con leyes y principios de diversas culturas estaban forjándose. Cimino cambia y adapta los hechos reales a su antojo y tergiversa su nueva versión en una sucesión de escenas poco conectadas que dificultan su comprensión y hacen que pierda interés.
El principal problema de la película es de guión, que se iba reescribiendo sobre la marcha según el director quería rodar nuevas escenas espectaculares a su antojo, según la disponibilidad de medios y actores en un rodaje larguísimo. Una falta de cohesión y de progresión dramática, que hacen la película arrítmica y bastante fría, lo cual hace que pierda interés.
Los personajes están mal definidos, no se entiende nunca su función o cargo público hasta que ya es tarde, y el reparto desaprovechado. Kris Kristoferson está bien como tipo duro, tiene buena planta y suficiente carisma para el personaje protagonista, pero no está a la altura en la trama romántica. La caracterización de Christopher Walken es rara y lastra su personaje. Isabelle Huppert no se sabe si hace de francesa, de rusa o es que es americana y su acento es un error, y es demasiado joven para el personaje, vértice de un triángulo amoroso mal explicado. Hay muchos secundarios magníficos pero en algunos casos se intuye que se ha recortado su personaje, especialmente con John Hurt y Brad Dourif, del que aparecen primeros planos durante toda la peli sin quedar claro quién es ni cual es su importancia hasta que por fin habla.
La épica sobra en toda la película menos cuando realmente hace falta, las espectaculares pero caóticas y largas batallas finales...
La música tampoco ayuda, aunque es bonita y tiene personalidad, está mal insertada y falta cuando es necesaria (en las batallas un buen score hubiese dado emoción, pero no hay música excepto al final que ponen un improcedente Danubio Azul). Pasa como con su carismático compositor, David Mansfield, que tiene un papel importante como actor pero tampoco queda claro quién es su personaje, ni que tiene que ver con las prostitutas, pero se luce tocando el violín sobre patines en una escena espectacular. Así es toda la película.
Heaven's gate por cierto es el local del pueblo donde se reúnen en bailes o asambleas.
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Parandroid
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Las playas de Agnès
Documental
Francia2008
7,4
747
Documental, Intervenciones de: Agnès Varda, Yolande Moreau
9
19 de diciembre de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La veterana directora comenzó su carrera a la par que otros directores de la Nouvelle-Vague, aunque más cercana a la sección Rive-Gauche (Alain Resnais, Jacques Demy, Chris Marker…) que a los que venían de la revista Cahiers du Cinema. Y esta señora, octogenaria, que ha vivido tanto, que ha rodado tanto y que ha participado tanto de la vida cultural y artística de los últimos lustros, en vez de escribir sus memorias, las filma. No hace un biopic sobre ella misma, ni mucho menos, sino que rueda un documental sobre su vida, lo cual convierte a esta autobiografía en algo que transmite veracidad y honestidad; lo hace con sencillez, con sentido del humor, con cercanía, en primera persona. Viaja a los lugares importantes de su vida, casi siempre playas, y con sinceridad y confianza va abriendo sus recuerdos. No es nostálgica, es una mujer fuerte. Sensible, por supuesto, pero no sentimental. Todo lo tiñe con su humor y su simpatía, con su originalidad, pero no se oculta tras máscaras de distancia, si no que se abre y desnuda ante su público. Pero ay, el que es nostálgico es el espectador, y revive la vida de Varda como si la hubiese vivido él mismo, tal es la veracidad que transmite esta entrañable mujer de vida apasionante. Desde experiencias terribles en la Segunda Guerra Mundial hasta la muerte del amor de su vida, el director Jacques Demy, de sus primeras fotos a sus últimas instalaciones en museos, desde sus amigos a sus nietos, desde sus casas a sus mascotas, todo nos lo muestra con su carismática simpatía.
Como cinéfilo he de destacar varios momentos: el recuerdo de sus películas, desde luego, Clèo de 5 a 7, esa magnífica película que tan bien sabe meter en celuloide el espíritu de su tiempo, de ese París de los años 60 por el que paseaba la protagonista durante las dos horas del título. Y muchas otras que aún no vi. Y las de su marido (guardaban sus premios juntos). Hasta llegar a sus últimos y exitosos documentales, como Los Espigadores y la Espigadora. Pasando por sus películas menos afortunadas. Y ¿qué hacer con las bobinas de una peli mala? Varda hace una casita con ellas, y a través de sus paredes positivadas, a través del rostro de Catherine Deneuve, entra el sol. Miles de ocurrencias de este tipo ha tenido esta original dama durante su apasionante vida, y por la película van pasando sus cómplices, gente tan importante como Godard, Resnais, Chris Marker (en la forma de un gato preguntón), Jane Birkin, Delphine Seyrig, Serge Gainsbourg, Jim Morrison, Bill Viola, Sandrine Bonnaire, Gerard Philippe, Fidel Castro, los Panteras Negras o Harrison Ford, pues pasó gran parte de su carrera en California; pero también sus hijos y nietos, sus padres y compañeros de infancia; y también sus amigos, sus vecinos, sus ayudantes, los marineros de sus playas, todos tratados con el mismo respeto y cariño. Emociona todo el metraje, pero en especial los momentos dedicados a su marido Jacques Demy, cuyo recuerdo aún preside la vida de esta anciana enamorada.

Varda nos enseña que el cine es vida, que el documental es cine, y que hacer cine documentado en primera persona es hacer de una vida arte.
Parandroid
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