Fuimos a ver este engendro en el Festival de Sitges. Mucha pose de tercera para el estreno y ya de entrada tuve la sensación que éramos los únicos PRINGADOS que habíamos pagado 7 eurazos por entrada. Total, presentación de turno y Eduard Farelo, el prota conocido de la peli se despidió con un "Dejad las críticas para dentro de 4 días cuando hayayis pensado en la peli". No iba desencaminado.

Empieza a desfilar en la pantalla una sucesión de imágenes de peña supuestamente ultracool, bohemia y artista metiéndose de todo, haciendo el gilipollas y siempre, SIEMPRE un grupo detrás tocando en directo. Luego hay como veintitrés performances cada cinco minutos (no sin el grupillo de turno haciendo ruido), y una supuesta "historia" que lo entrelaza todo que es la del personaje de la chica principal, a la cual odias ya a los cinco minutos de metraje, y Eduard Farelo, que no sabes muy bien qué pinta ahí (el tio siempre en una esquina, birra en mano, en todas las fiestas en las que está con una pinta de disfrutar que no veas, mientras que lo único que le preocupa es si se folla o no a la chica).

Total, que al cabo de una hora ya no aguantamos más y nos largamos de ahí. No sé si la historia tiene un final, no sé si al final salía una performance en la que alguien con dos dedos de frente se cargaba a todos los posers de la escena barcelonesa con una UZI y lo más importante de todo... NUNCA SABRÉ SI EL TIO AL FINAL SE FOLLABA A LA CHICA O ERA UN PAGAFANTAS.

Lo mejor de todo, la retahíla de instituciones públicas que han financiado este bodrio. Lo mínimo que podrían hacer es poner la entrada a los cines gratis para que cuanta más gente mejor vea como se dilapidan los impuestos en esta época de crisis.

Con toda la honestidad del mundo: NO VAYAIS A VER ESTO, POR FAVOR. Invertireis mejor vuestro tiempo metiendo vuestra polla en una licuadora, en serio.

"Commando" es, sin duda, la cinta más representativa del Cine Calité de los 80. Si bien Chuck Norris y Charles Bronson también nos deleitaban con joyas del calibre de "Invasión USA" o "El Justiciero de la Noche", fue Arnie con este "Commando" el que acabó por definir lo que sería un género por derecho propio. El de los clásicos de videoclub de los 80. El CINE CALITÉ.

La historia es simple. John Matrix es un militar retirado al que los malos de turno raptan la hija para que les haga un último trabajito. Él se niega y empieza una carrera contrarreloj para llegar a su hija antes de que los malos se den cuenta de que les está dando por culo.

El metraje está repleto de momentos inolvidables y frases míticas por doquier, repetidas en otras críticas de esta misma peli en esta misma página. Sin olvidar que probablemente estemos ante el villano más increiblemente acojonante de la historia del séptimo arte: Bennett. Esa especie de Freddie Mercury con 30 kilos de más (inolvidables esas imágenes del pavo saltando una valla con la ligereza y agilidad de un elefante de diez toneladas), ataviado con camiseta imperio de rejilla metálica, pantalones de cuero y cadenas colgando. DEFINITIVO.

Por supuesto, también está la presencia femenina más molesta que nunca. La azafata de aviones ultrahostiable, que al principio quiere joder a Arnie porque cree que es el malo, y sin venir a cuento le suelta un "Ayudarte a recuperar a tu hija" cuando Arnie le pregunta qué coño está haciendo (por supuesto, segundos después de que ella le haya echado encima todo el personal de seguridad de un centro comercial). Al final todo acaba bien, pero Arnie es tan macho que ni siquiera la besa.

Explosiones a mansalva. Hostias a cascoporro. Violencia gratuita. One-liners definitivos. Fallos de continuidad. Extras que mueren una y otra vez. Banda sonora de todo a 100 (de James Horner, ojo). Músculos sudorosos. Militares latinos. Y Boy George. Si no disfrutas de "Commando" es que no tienes ni puta idea.

Paul Kersey (Charles Bronson) vuelve a New York para visitar un amigo que vive en un barrio conflictivo. No han acabado los títulos de crédito, que los quillacos ya han matado al amigo de Bronson. Es a partir de ahí que empieza la orgía de sangre y testosterona en la que el protagonista se propone limpiar el barrio de maleantes, haciendo el trabajo sucio a la policía de paso.

Cómo decirlo... esta peli es un clásico. Una obra maestra del cine de acción. Un ejemplo representativo del Cine Calité yankee de la época Reagan. En este entrega, Bronson va un paso más allá: con unos consejos de Bricomanía monta trampas anti-delincuentes; recibe pistolones y lanzacohetes por correo como tú y yo recibimos libros y DVD's de Amazon; se liga a una abogada en dos minutos sin tan siquiera desearlo... el no va más.

Además, la peli aboga por soluciones poco "elegantes" en lo que respecta a materia de seguridad ciudadana, dejando entrever que la mejor opción para deshacerse de la chusma es que los vecinos se organicen, tomen las armas y contraataquen. Es por eso que este film ha sido tildado de "fascistoide" por mucha gente. No entienden nada.

Obra maestra.

Primera peli que cayó en la maratón Zombie de Sitges 2009. Ángel Sala la presentó como una peli larga, etc. y ya me temía algo parecido a lo de 2008 con "I Sell the Dead", en la que a la primera película de una maratón de cinco, media sala ya estaba dormitando.

Nada más lejos de la realidad. Con un inicio algo titubeante, a partir de que el personaje de David Anders sale de la tumba para regresar con los vivos, la montaña rusa no para. Situaciones surrealistas, carcajadas a tutiplén, momentos de casquería importantes (sin llegar nunca a un nivel trallero, ojo) y qué coño, una comedia sobre muertos vivientes (que no zombies en el sentido clásico de la palabra) que tendría que ser filme de culto sí o sí. Los dos personajes principales son antológicos (en especial, claro, el colega camello ido de la olla). Y las situaciones de héroes locales de los VIGILANTE GUNSLINGERS son apoteósicas.

Supongo que la falta de expectativas hizo que mi apreciación de esta peli creciera, pero el jurado popular corrobora mi tesis: risotadas y aplausos cada cinco minutos de la proyección y estruendosa ovación con los títulos de crédito finales. Mi pequeña revelación de este Sitges 2009. Corred a verla como podais, os vais a partir la caja.

Para la gente de mi generación, los que pillamos el inicio de las cadenas de televisión privadas con 13-15 años, un programa como "Noche de Lobos" es casi totémico (o debería serlo). Esas noches de domingo esperando la siguiente salvajada. En mi caso, recuerdo ver por primera vez películas como "La Puerta", "Demons", "Demons 2", "¿Dónde te escondes hermano?" o incluso "La Matanza de Texas" (solo oir la introducción de nuestro anfitrión Juan Luís Goas hacía que salivaras sin parar).

Otra película que recuerdo con cariño de ese programa es "Cumpleaños Sangriento". La sinopsis tiene su miga: dos niños y una niña nacen en el mismo pueblo un día de eclipse total de sol. Al cabo de diez años empiezan a liquidar toda persona que les resulte molesta ya que Saturno influye en sus impulsos y conciencia (o algo así). En definitiva, una peli de niños cabrones con mala leche.

Aún vista hoy día, algunos de los momentos transmiten bastante cagazo. El chavalillo de las gafas, con su pinta de empollón de manual, acojona con un revólver en la mano y esa sonrisilla de hijo de la gran puta. La niña usa perfectamente sus habilidades para pasar de demonio a ángel en dos segundos para que nadie sospeche de ella. Lástima que el tercer niño en discordia esté bastante desaprovechado: los que cortan el bacalao son el de las gafas y la niña.

No esperéis gran cosa de la historia, puesto que no acontece mucho más de lo ya resumido. Pero es una peli de su época, con cierto regustillo a "Halloween", y está rodada con oficio. Reconozco que le he dado un o dos puntos extra por el factor nostalgia pero que quede claro que no me parece una mala película ni mucho menos. Creo que a más de uno le podría sorprender.