La serie no tiene nada que hacer frente a la película de 2004 protagonizada por Brad Pitt.
La historia es ya muy conocida con numerosas versiones, no entiendo cómo se empeñan en hacer nuevas versiones en mismo o diferente formato para quedar en ridículo frente a las comparaciones.
La serie tiene uno de los distintivos de Netflix y de todas estas series anglosajonas: ideología NWO a cascoporro:¡Un hóplita negro africano en el Asia menor y Grecia de hace 2.700 años! Estos ingenieros sociales ya ni se cortan. Ridículo.
Preparados para ver el próximo engendro de Jason y los Argonautas versión LGTBI.

La película es estéticamente notable y los personajes con una muy buena interpretación y adaptación del texto bíblico.

Esta es la típica película que despierta la animadversión de cierto sector de la sociedad progre y burgués muy común entre los cinéfilos.
Las críticas de los críticos oficiales de los panfletos periodísticos hablan de "maniqueismo" por presentar a los romanos como malvados imperialistas, pero deberían tener en cuenta que en estas películas hay un rigor que se basa en los textos en los que están basadas, en este caso la Bíblia y los Evangelios, pero no, hay que sacar pegas y prejuicios". Esta gente nunca hablará del maniqueísmo panfletario de las películas sobre la Segunda Guerra Mundial o sobre propaganda rebozada con aspecto de cine.

El comienzo de la película es interesante y promete, pero acaba siendo tediosa y desbaratada por todos sus flancos, desde el desarrollo hasta los efectos técnicos. Los actores son muy poco creíbles y sus interpretaciones forzadas y poco armoniosas.

Documental propagandístico de la temática LGTBI-otrp más- para consumo interno de dicha comunidad donde desde una perspectiva decadente española-occidental se pretende criticar también las cultural y valores de otros países.
A mí me gusta el cine documental , lo que no me gusta es la propaganda machacona que pretende victimizar o generar reflejos condicionados . Lo dicho, para consumo interno.

La película es técnicamente buena y con una atmósfera y estética atractiva dentro de su género, lástima que como una gran parte del cine de los últimos años, sólo sea el rebozo estético y temático para vendernos la ideología y propaganda panfletaria mundialista , en este caso LGTB.
Yo voy al cine para entretenerme y a ser posible salir maravillado, no para que me adoctrinen mediante reflejos condicionados y "normalizaciones" cogidas por los pelos.