Bajo un argumento flojo y algo cursi se enmarca una de las más atroces y violentas matanzas de civiles de la segunda guerra mundial:
Dresden era una ciudad desmilitarizada que solo albergaba civiles y heridos del frente del este. La gran mayoría de sus habitantes la componían ancianos, niños y mujeres, pero para dejar conformes a sus aliados soviéticos, los anglo norteamericanos, procedieron a aniquilar esa joya del barroco alemán y lo hicieron sin compasión con saña y verdadera maldad. Primero, en la noche del 13 de Febrero de 1945, fueron dos incursiones de casi 800 bombarderos británicos en total, los que con bombas de fósforo redujeron a cenizas la ciudad, matando a miles por horribles quemaduras, cientos de asfixiados, y enterrados vivos bajo toneladas de ruinas humeantes. El fósforo blanco arde solo en contacto con el aire. Sobrevivientes cuentan que ardía hasta el pavimento y el vidrio derretido de los escaparates y ventanas corría como río por las calles. Había gente que con las ropas en llamas alcanzó el Elba o las piletas de la ciudad, pero solo para morir hervidos.
La película solo en su ultimo cuarto muestra con verdadero dramatismo, horror y con una realidad verdaderamente abismante las atrocidades de este bombardeo, pero omite, ignoro si deliberadamente o no, lo que sufrió la ciudad los días 14 y 15 de Febrero, cuando oleadas de más de 700 bombarderos norteamericanos, escoltados por cazas, redujeron a escombros lo que quedaba. Que no quede piedra sobre piedra era la consigna, solo así estarán conforme los aliados comunistas. Los cazas norteamericanos de escolta no podían regresar a sus cómodas bases en Inglaterra, sin haber disparado un tiro, y la arremetieron contra la población civil que huía de entre las llamas. Los ametrallaban sin piedad en caminos y en el campo donde habían buscado refugio. Las cifras alemanas hablan de 350.000 el número de muertos y desaparecidos. Los aliados la reducen a 30.000. como sin con eso pudieran justificar una matanza indiscriminada a una nación ya totalmente derrotada.

Una sobrecogedora película que nos muestra hasta dónde puede llegar el fanatismo religioso, la ignorancia y la falta de criterio y de cómo gente sin escrúpulos se valen de antojadizas interpretaciones de la palabra de Dios, para conseguir sus fines. Se nos Muestra una pueblecito Iraní, en los comienzos de la tiranía religiosa de los Oyatolas… donde se puede apreciar junto a la pobreza típica de las zonas rurales, algunos vestigios del antiguo esplendor que para algunos significó el régimen del Sha y la posterior ayuda soviética representada por modernos AK 47 y un destartalado Lada. Pero esto son solo aderezos para exponernos con mucha crudeza la aplicación de leyes obsoletas, arcaicas y totalmente incivilizadas que dejaban a la mujer al mismo nivel que los animales. Impresionante la lapidación, no tanto por la forma en que pierde la vida la acusada de adulterio, sino por la expresión de fanatismo y servilismo de quienes en nombre de Dios la masacran, entre ellos, su padre un veterano que destila odio, ignorancia y resentimiento; su esposo (notable el parecido, tanto en lo físico como en lo siniestro y malo, con un conocido parlamentario chileno del PC), inteligente, astuto, oportunista, y perverso; e incluso sus hijos pequeños que por su condición de hombres deben dejar de lado los sentimientos de amor por su madre y estar siempre al lado del papá…. Las hijas no cuentan en esa nueva nación de “hombres”, son mujeres…

Mucho ruido, parafernalia y publicidad con bombos, platillos, porristas de hermosas piernas, rubias cabelleras y relucientes dentaduras para una película que a mi juicio se equilibra entre lo mediocre y regular. La mano Hollywoodense se aprecia en cada escena y en cada decorado: Un pueblo de Dunkerke limpio, pulcro sin siquiera un vidrio roto, ni mucho menos una basura en las calles, soldados que han huido corriendo decenas, por no decir cientos de kilómetros que no muestran cansancio ni fatiga, solo rostros tiznados con corchos quemados bajo sus perfectas bacías metálicas.
Historias paralelas donde encontramos un barco de paseo británico tripulado por un heroico padre y su hijo; un par de soldados que huyen del avance alemán e insulsas batallas aéreas de unos spitfire de colección contra el poderío de la aviación alemana.
Ni un asomo de historia, nada de mostrar cómo fue realmente una de las evacuaciones militares más grandes de la historia, solo muelles decorados de alba pintura, pulcros barcos de recreo y bucólicas playas de firme arena frente al infaltable telón de fondo de aislados penachos de negro humo producido por el incendio de neumáticos en medio de siluetas portuarias.
Y lo que no podía faltar, cierto tufillo racista muy propio de las producciones Hollywoodenses en esta gesta con olor a aventura de un grupo de soldados ingleses: la supremacía del “blanco” en este caso el rubio, pues si los soldados en retirada eran en un 98% de cabello oscuro, tanto que parecen latinos, rubios son los salvadores, rubio es el piloto abatido, rubio es el almirante que dirige la retirada y como corolario se llama al amigo “americano” para que con sus rubias huestes salve a la Rubia Albión de las hordas del Huno.

Esta nueva y “aterradora” película de cataclismos se nos anuncia con algunas manifestaciones algo bíblicas, obvio las más fáciles y menos onerosas de llevar a la pantalla: Son 12 catástrofes apocalípticas que afortunadamente, sacuden en USA, y digo afortunadamente, porque si hubiese acontecido en algún otro lugar de la tierra, ni un habitante de este mundo se hubiese salvado de entregar su vida a don Belse horriblemente mutilado en medio de ruinas y escombros, pues no contarían con la joven adolescente de la secundaria “Hight of corse school garden in the window” del Condado de Calvario, Minessota, USA que entre quejidos, requiebros y pasajeros dolores menstruales encuentra la solución para que los terrícolas vivamos en paz y no a la sombre de las terribles predicciones mayas que tanto mal causarán el 12 del 12 del dos mil 12.

Solo la salva el paisaje, por lo que aconsejo que se presente para fomentar el turismo en la zona. Los actores parecen mocosos de colegio recitando la obra de teatro escrita por el cura del pueblo...