Hago la crítica después de solamente dos temporadas, así que no tengo claro si será a partir de la tercera cuando todo lo que la serie promete se convierta en realidad.
Comparar Sons of Anarchy con Los Soprano es más voluntarioso que real. Lo cierto es que la serie empieza con fuerza, con buenos actores y personajes que le dan al guionista la posibilidad de trazar una historia compleja, interesante. Y sin embargo, con el paso de los capítulos, los personajes en lugar de desarrollarse, en lugar de convertirse en lo que prometen de inicio, se mantienen planos en sus posiciones de inicio. Los malos son malos, los buenos buenos. Las aventuras se convierten en predecibles. La serie en lugar de luchar por ser un clásico se transforma poco a poco en una serie de aventurillas de un grupo de moteros que luchan contra gente aún peor.
Para terminar de romper la serie, en lugar de meter al grupo en verdaderas contradicciones, los guionistas eligen darles esa moral norteamericana tan extraña que permite traficar con armas, pero no tolerar putas o drogas. Los chicos malos que mantienen bueno al pueblo.
Los desenlaces son poco imaginativos y sobre todo muy poco reales. Las balas vuelan por doquier y nunca matan a ningún protagonistas. Ni las bombas lo consiguen. Son heridos y vuelven a la pelea. Intocables.
No es una mala serie para perder el rato, pero compararla con algunos de los clásicos, de las verdaderas buenas series no es justo en absoluto. Los Soprano. The Wire. Breaking Bad. Cualquiera de esas le da muchas vueltas a Sons of Anarchy.
Un montón de posibilidades que se quedan en solamente eso.
Una pena, en mi opinión.

The National Anthem es el primer capítulo de una miniserie de tres. Acabo de verlo y es realmente impactante. Por la parábola que lleva dentro, por los sorprendente de la historia, por lo bien llevado a la práctica.
Es una serie, pero se ve como una película, no termina pendiente del siguiente episodio. Plantea un mundo pendiente de los medios de comunicación de una forma tan rompedora, tan increíble que no hay forma de que te deje indiferente. Habla del morbo, del gusto que tenemos por ojear la desgracia de los demás, por aprovecharla, airearla.
No conozco a los actores del reparto, pero realmente son tan buenos como la historia.
Adoro a los ingleses cuando se ponen a hacer series. No hay una mala!
Me voy a ver el segundo....

The Entire History of You es el tercer episodio de la serie Black Mirror, que intenta hacer una crítica de nuestra sociedad desde diferentes ámbitos.
¿Qué ocurriría si pudiésemos tener una memoria perfecta? ¿si todos nuestros actos quedasen grabados para siempre en un dispositivo y pudiésemos verlos una y otra vez o incluso proyectarlos para que otros los viesen?
Con este punto de partida, este tercer capítulo explora el impacto que eso tendría en nuestras relaciones sociales y en nuestra vida. Y lo hace desde un punto de vista muy original y con una historia realmente buena y sorprendente.
Esta serie de tres capítulos que no tienen nada que ver entre sí, es realmente buenísima. Cada uno da que pensar y engancha.
Los tres valen mucho la pena.

Otra serie británica absolutamente brillante.
Sherlock es la traslación del mítico detective a nuestros días, una actualización del mito. Este Sherlock tiene su propio blog y utiliza Internet como parte del proceso deductivo.
Corrieron un gran riesgo los productores porque un ejercicio como es podría haber dado lugar a una verdadera chapuza. Y sin embargo, el resultado es una serie brillante, vibrante. Casi más una sucesión de buenas películas por la calidad y duración del contenido.
La parte más inteligente es que no solamente han puesto al detective en la actualidad, además se han encargado de darle a todo el entorno y a los protagonistas mismos una estética, una fuerza que resulta enormemente atractiva y sobre todo, diferente. Lo que se cuenta es interesante y cómo se cuenta es original.
Es difícil explicarlo sin ver la serie o arruinarla.
Otra virtud de los ingleses, huyen de las temporadas de veinte capítulos que terminan haciéndose engorrosas y pesadas. Antes de que te puedas enterar ya se ha terminado la temporada.
Y a esperar a la siguiente.
Porque de verdad que vale la pena esperar.

Una pena de película en general.
Cortés parte de una historia con tintes de realidad que promete y a la que no debería ser tan complicado sacar partido. Si en lugar de españoles hubiesen sido norteamericanos, esta familia habría tenido ya media docena de películas dedicadas. Juego, chicas, familia. Todo promete.
Y sin embargo la historia se convierte enseguida en aburrida de puro predecible, de tan sencilla que se ha hecho. Buenos contra malos estereotipados en pantalla durante una hora y pico. Un tostón.
Y sin embargo, lo peor de lejos son las actuaciones. Flojo Daniel Brühl, actor que me gustaba mucho y que hace un papel poco o nada creíble. Como si no se esforzase, como si le diese igual no mejorar en nada la película. Peor aún Miguel Angel Silvestre. Aunque este en realidad está por guapo, no por gran actor, que hasta ahora no ha demostrado serlo. Hasta Lluís Homar está mal.
Una pena...