Dudo mucho que esta serie coseche grandes premios o menciones. Argumentalmente es demasiado simple para ello, y no aporta nada al ya más que trillado género de las "series de acción". Todo muy espectacular, muy inverosímil, y en ocasiones absurdo hasta decir basta. Otro punto a tener en cuenta es que la serie presenta algunos altibajos, hay capítulos que están realmente bien planteados, y en otros el interés decae bastante, pero bueno, es un fallo común y por tanto perdonable.

Hasta ahora tiene todos los ingredientes para ser una serie del montón, como hay miles, que pasaría por la parrilla sin pena ni gloria, pero...

Y es que hay un pero: Es muy entretenida. Pese a los defectos ya comentados es una serie trepidante y muy ligera, directa , ideal para despejar la mente y pasar un buen rato. Los protagonistas funcionan realmente bien en pantalla, tienen carisma. Mención especial para ese toque desenfadado (probablemente heredado del cómic) que impera en todo momento. En resumen: La serie consigue enganchar, a pesar de los pesares.

Se habla de películas palomiteras, pues esta es sin duda una serie palomitera: Si buscas una serie divertida, directa, y no intentas buscarle más profundidad de la que tiene (que insisto, es poca), Escudo Humano es sin duda una muy buena elección.

Directa, pero no superficial. Cruda, sin caer en el morbo fácil. Impactante, sin caer en el efectismo. Planteamiento simple, pero no por ello descuidado. Y ante todo una manera de narrar con una franqueza difícil de encontrar.

Técnicamente seguro que se le pueden achacar defectos, y argumentalmente no inventa la rueda. Pero en su conjunto resulta más que solvente, llegando incluso a atraparte en su microcosmos, aunque no te interese particularmente el tema principal sobre el que trata. El Bullying.

El casting de actores cumple perfectamente su función: Los personajes son creíbles y representan arquetipos psicológicos muy reales. Visualmente es sencilla, pero no renuncia a una cierta búsqueda de la estética en planos y ambientación. Sin ser una filigrana seudo-intelectual y post-vanguardista, ni alcanzar la cutrez técnica inherente al género de los falsos documentales: El término medio alcanzado es sin duda la sobriedad que necesita la historia para ser vehiculada y conectar con el espectador.

Argumentalmente es quizás poco ambiciosa, pero está bien montada, resultando fácil de ver, y sin llegar al tedio. Aunque la trama no sea muy original, sucede que cuando alguien te cuenta bien una historia (algo no muy común en el cine de hoy), es de recibo callar y escuchar. Esta película es un buen ejemplo de ello, y de como el buen hacer de un director puede trasladar al espectador de la indiferencia al interés absoluto.

En cualquier caso. Estamos ante una producción humilde, pero bien realizada. Es de esas películas que objetivamente no puedes puntuar tanto como te gustaría. No muchas películas te hacen pensar, y en esta es aún más meritorio porque no se anda con rodeos ni artificios, ni con filosofías baratas, ni tampoco parte de una historia sorprendente. Partiendo de un realismo más simple que el mecanismo de un chupete (no exento de cierta exageración cinematográfica) esta película dispara con bala directa al alma.