Al igual que algunas películas de Philippe Garrel, la película Los ilusos narra una historia sencilla de unos muchachos algo atribulados que llevan una vida común y corriente por alguna gran ciudad, todo filmado en blanco y negro y con un cierto aire amateur, pero en un momento toda la historia relatada parece una filmación de una película, algo que provoca extrañeza y todo eso.

El problema para mí reside en: si ésta película pretende ser sencilla y natural no puede ser tan pretenciosa, no puede apelar a las frases ilustres, no puede decir esas citas tan rimbombantes y sentenciosas, tratar de abarcar mucho es su mayor problema, porque se supone que esta película esta diseñada para algo totalmente opuesto al alarde.

Me parece que el director en todo momento cuenta mas de lo que transmite, se vuelve discursiva, muy racional, se olvida de transmitir las emociones de sus personajes, sus tristezas, sus angustias, sus miedos, sus depresiones, sus amarguras, hubiera sido preferible que supieramos menos cosas a cambio de sentir más cosas, sin importar que la película se vuelva un poco aburrida y repetitiva. No logra darle a su película esa atmósfera más oscura, sombría o turbia.

Los personajes en ningún momento me contagian sus cuitas personales, por lo menos el director hubiera copiado bien al Garrel, le hubiera dicho a su personaje principal que se deje crecer el pelo y que lo lleve sucio y despeinado y que tenga mas ojeras y a las chicas que no parezcan tan saludables.

Largometraje dirigido por el escritor, periodista y cineasta peruano Armando Robles Godoy que entendía el cine como una forma expresiva personal, lo que se conoce como cine de autor, las características principales del cine de Robles Godoy son sus metáforas y el uso de flashbacks que cortan la narración como si fueran recuerdos de momentos vividos. En esta película nos muestra la historia de un hombre cansado de la vida que lleva en la capital Lima y decide irse a vivir a Tíngo María con su esposa embarazada , Robles Godoy se las arregla para mostrarnos de manera natural los problemas familiares que surgen, pequeñas decisiones que marcan nuestro destino, las ideas que cambian con el tiempo, las perspectivas que cambian y afectan la vida de seres vivos que amamos , las contradicciones de las políticas del Estado, la burocracia y su red , la frustración, el deseo de encontrar tu lugar en el mundo, la filosofía de vida por encima de la alienación.

Hace un tiempo leí un artículo sobre lo mágico que puede ser la música, decía que no sólo es suficiente que la música y letras sean realmente buenas sino que tenía que tener misterio, que sepas sólo lo estrictamente necesario sobre las personas que han creado esa música, se dice que los escritores no deben ser vistos, creo que los músicos deben ser un poco así, este artículo era una crítica a la industria musical de esta época que nos bombardea con información, nos cuenta hasta el último detalle la vida de los músicos, productores, mánagers, etc. y no solamente la industria sino los propios músicos muestran un exhibicionismo vomitivo, informándonos a través del Twitter o Facebook donde están o que comen o que hacen por la mañana. De todo esto me acordé cuando ví este documental.

Me quedé pensando que el Apartheid sí que fue duro, la gente de raza negra no tenia acceso alguno a la música rock, esta era música exclusivamente para blancos de clase media, sin hablarnos mucho del tema esto me quedo muy evidente.

No me interesa hacer un resumen de este documental porque me parece más importante contar las sensaciones que me produjo ver esto, además esto de contar un resumen de una película o documental se esta volviendo muy común en filmaffinity, me gusta mas las críticas subjetivas, emocionales, las no solemnes, las que no tienen afán de convertirse en la primera de la lista.

En primer lugar debo decir que ví esta película después de ver la película "El cuchillo en el agua" de 1962, una película que me pareció interesante e inquietante.
Dicho esto, la sensación que tuve al ver Cul-de-sac fue que Polanski se copió a si mismo, que no tuvo mucho tiempo para preparar su nuevo proyecto y tomo la idea de su película "El cuchillo en el agua", le cambio de contexto, cambio el agua por el castillo y lo envió rápido al Festival de Berlín y los genios del jurado cometieron el horror, porque elegir a Cul-de-sac mejor película por encima de "La caza" de Saura no es un error es un horror, una injusticia poética.
Solo existe una explicación ha tamaño despropósito: el señor Polanski ya formaba parte del jet set del séptimo arte, ya era más que un simple director, ya era una figura del establishment.

Estrictamente sobre la película: leyendo la sinopsis de filmaffinity me entero que la esposa era ninfómana, la verdad que nunca lo supe porque la actuación de esa mujer es tan mala que no transmite ningún sentimiento durante la película, nunca se sabe porque el pusilánime es tan pusilánime, es tan incomprensible que no se puede entablar alguna empatía con este personaje, todo es tan absurdo pero el absurdo malo, ese absurdo que irrita, molesta, que te jode la noche.

Rossellini hizo cosas más interesantes en el final de su carrera, ésta película, la maravillosa serie "hechos de los apóstoles", las biografías a Descartes y Pascal.

El título de la película lo indica todo, esa es toda la historia, el joven "rey sol" toma el poder cuando nadie creía en él. Ahora, Rossellini lo narra con sutileza, con unos diálogos riquísimos pero sin caer en la pedantería, menos mal que ésto no lo dirigió un francés porque hubiera salido una verborragia vacía.

Rossellini narra con paciencia, con escenas inolvidables y conmovedoras y a la vez desconcertantes, como por ejemplo:
la escena cuando despiertan al joven rey, los aplausos de la reina para mostrar la virilidad de su consorte; la muerte del viejo, cardenal y millonario; el rey se decide a enfrentar a su familia; la detención ordenada por el rey; el rey expone su plan, las construcciones majestuosas, la moda como una forma para distraer a la servidumbre; la comida del rey sin utilizar tenedores; las palabras finales inolvidables dichas solo para él y nada más que para él.

Roberto Rossellini narra la historia como un experto profesor, asumiendo que con él te vas a enterar de la historia apasionante, haciéndolo todo digerible y claro como el agua.