Lo mejor: ese toque calmo, esa mirada del que lo ha visto casi todo que impregna cada fotograma, ese sello que deja Clint Eastwood en todas sus películas, muchas de las cuales me parecen obras maestras a la altura de las más grandes de la historia del cine.

Lo peor: Angelina Jolie. Su interpretación carece de la intensidad que debería transmitir ese personaje. Sus labios son un anacronismo que distorsiona cada plano. El rojo intenso de esos labios, los labios de una madre desesperada que ha perdido a su hijo, el rojo que ninguna madre usaría en su situación, ese rojo lastra toda la película, quita credibilidad, hondura emocional. Una pena.

Imaginen esa película si la madre hubiera sido Cate Blanchett, por ejemplo...

Todo el mundo alaba la brillante composición que del rey tartamudo hace Colin Firth y tienen razón, es un actor magnífico, elegante y sensible al que sigo con atención desde que vi su Darcy en la inolvidable serie de la BBC, pero en la película desaparece el rey cada vez que aparece Lionel Logue. Geoffrey Rush es un actor inmenso, que crea un personaje lleno de humanidad, sabiduría e inteligencia, en una puesta en escena rutinaria pero digna. Espero que también los Oscar se acuerden de él y al menos lo nominen para el mejor actor ¿secundario?

Enfada ver que con todo el dinero necesario para conseguir famosos actores, buenos técnicos, magníficas localizaciones, una historia con posibilidades, -aunque muy copiada de "Memorias de África"- , Baz Luhrmann nada más sea capaz de obtener una película absurda, con momentos ridículos. Tal vez este señor, que también perpetró "Moulin Rouge", debería dedicarse a otra cosa.

Una vez más: dinero, actores famosos, buenos técnicos, y una idea con posibilidades que acaba convertida en un insulto a la inteligencia, una memez. ¿No había ningún guionista con cerebro disponible?
Las escenas y el personaje que compone Bruno Ganz lo único salvable, parecen de otra película.

La peli no sería más que otro biopic de factura decente, con un guion justito, pero ahí está Benedict Cumberbatch para sostenerla él solo, con una intensidad que deja sin aliento. Por fortuna el director sabe con quién cuenta y lo aprovecha en cada plano. Una interpretación portentosa.