No creo que el director guardase especiales pretensiones para esta obra, ni que esperase de ella su trascendencia en el tiempo o, siquiera, que soportase demasiado bien su paso. El caso es que hoy solo ha quedado como un curioso documento que retrata cierto cine puramente setentero. A veces con toda la apariencia de Spaghetti -Western y otras no tanto, debido a la cantidad de actores que nos son fácilmente reconocibles por los telefilmes norteamericanos de entonces, o también por los secundarios, que son casi como de la familia, y quizás por eso no son asociables, en principio, a películas rodadas en Europa.
Me pareció que tiene un aroma, aspecto y ambiente que preludia la llegada de la conocida serie "Kung Fu", algo posterior, además de que ambas comparten una raíz similar: "malos provocan a hombre pacífico y este se ve empujado a utilizar su fuerza oculta".
Da la impresión de que Chato está diseñado específicamente para Bronson, para su lucimiento, aprovechando su aspecto, sus recursos y popularidad de entonces; basado mas en el semblante que en los diálogos, casi inexistentes. Y bien, en cuanto a que, aún no estando presente más que en determinados momentos y circunstancias, se le percibe casi de forma constante a lo largo de todo el metraje.
Palance, muy aceptable, buen profesional, acometiendo su labor para llevar a buen puerto un papel que no ofrecía demasiadas posibilidades y que tiene algo de sabor gracias a su acentuada personalidad. Los demás en general, cumplen dignamente con sus roles, aunque su obstáculo es tener que levantar a unos personajes demasiado primarios y maniqueos.
No es rigurosa en cuanto a producción, y la dirección es simplemente ajustada, sin embargo los diálogos están elaborados, hasta cierto punto, por eso se escapa por los pelos de ser una película menor.

Dicen que James Cameron tardó un decenio en diseñar esta película, pero no es del todo exacto.
Lo cierto es que se ocupó de los efectos especiales durante nueve años y medio, día y noche, hasta que cayó exhausto, luego descansó durante cinco meses, y durante las navidades del décimo, en plena resaca, cayó en la cuenta de que no tenía historia. Entonces asustado porque se le echaba la fecha encima, presionó a la señora de la limpieza, que era la única sobria por los alrededores que sabía leer y escribir, y ésta le improvisó algo para escapar de sus amenazas. La responsable del argumento y el guión solo es ella.

Entiendo que esta película fue ideada para niños de cinco años, como mucho, y que no sean precisamente muy listos, sin embargo no nos lo advierten.
Por eso creo que para este tipo de memeces, y las del mismo estilo, la opinión de un adulto y cinéfilo, es quizás inapropiada. Lo correcto sería inaugurar un apartado infantil, para que los chavalillos juzgasen lo que les corresponde, es decir, peliculillas chuscas, basadas en la gracia del resbalón con la cáscara de plátano, el pastelazo en la cara, etc.
Yo la sufrí en la tele, por eso trato de imaginarme el cine repleto de críos comiendo palomitas, chillando y saltando sobre la butaca cuando aparecen los golpetazos, las caídas, las cacas de los pájaros sobre el traje del malo… y profundidades de esa pauta. No critico en sí mismo ese tipo de chiste; Chaplin jugó a eso mismo, hace casi un siglo, y demostró que se puede abordar con gracia, talento, perspectiva, clase y con verdadero humor. Sin embargo, este burdo bodrio, se basa en los efectos especiales mas elaborados, y aún así no vale ni para envolver un grasoso bocadillo de sardinas, vista desde los ojos de una persona mayor. Si se suprimiesen tales efectos no habría nada, nada digno que proyectar en la pantalla.
Si tu hijo tiene más de seis años y le gustó, tal vez deberías considerar seriamente que lo revisara un profesional de la medicina.

Si digo que es vulgar, zafia y completamente imbécil ni siquiera he comenzado a definir hasta que grado de estupidez llega esta pelic... bueno, lo que sea esto; pero es que tampoco sabría desmenuzar el complejo entramado que rodea al dolor de una patada en los co*****. Solo alcanzo a entender que está rodeado de mucha angustia.
Ni siquiera me serviría, para comprender todos los componentes del suceso, que me dijesen que esta venganza contra la inteligencia y el buen gusto la han maquinado los dos tipos más tontos de la clase cuando tenían catorce años, eso sería solo el punto de partida.
Y lo verdaderamente grave comienza después, cuando lees que hay mucha gente que, no solo no ha sufrido, sino que incluso se ha reído a carcajadas al verla, y más aún: el éxito en taquilla de esta boñiga ha perpetrado varias secuelas... Otra prueba más de que nuestro mundo ha perdido el norte y se dirige al caos.
La parte buena de todo esto es que, con el grado de idiotez que estamos alcanzando, jamás seremos una tentación para las conquistas extraterrestres, ellos son los que deberían estar asustados porque nosotros somos el peligro.

Una poesía en la iluminación, en el montaje, en los silencios, en las pausas, en el ritmo, en los tránsitos, en las sugerencias, en las intimidades, en la introspección… Casi se pueden saborear los aromas, el frío, el crujir de los pasos, el tragar de la saliva, las horas… Durante un rato he sido invisible y me he metido en la vida de Estrella, sin que ella se diese cuenta.

La música de Granados o la de Ravel flotan en el aire, sale de las paredes y se posa delicadamente en el suelo cuando termina de volar, pero allí estaba Victor Erice rodando y las atrapó.
Esto también es cine español.