Keanu Reeves nos presenta en este documental la historia, el proceso y la importancia tanto del cine celuloide como del digital. A través de entrevistas con diversos directores y personas del mundillo, acompañadas con pequeñas lecciones de historia cinematográfica, la película cuenta como la industria fue aceptando lentamente la llegada del mundo digital.

Muchos directores, como James Cameron, George Lucas o Robert Rodriguez, defienden la utilización de las cámaras digitales como la herramienta del futuro, y se sienten atraídos por la facilidad con la que pueden ver lo que están filmado al momento y las muchas posibilidades del proceso de edición con ordenadores. Por otro lado, directores amateurs y estudiantes de cine ven en el digital una forma barata y sencilla de hacer y compartir sus películas.

En el otro lado de la moneda, directores como Martin Scorsese o Christopher Nolan ven en el cine celuloide uno de los últimos resquicios del planeta donde los cinéfilos pueden sentir que están creando y viendo cine real, que están viendo arte. También tienen reservas sobre la preservación de las películas en digital, dudando de la fidelidad y duración de los gadgets y maquinas utilizadas para almacenar la información de la película.

Uno puede deprimirse un poco cuando ve a directores dando más importancia a la calidad de resolución, el tipo de cámaras utilizadas en la película o a las miles de horas pasadas creando efectos especiales en el ordenador que a la calidad de lo propia película en sí. Y uno también se pregunta si el que la gente tenga más acceso a crear sus propias películas significara una decadencia de la calidad en los próximos años.

Fincher cree que el cine digital no afectara a la narración y a la humanidad de las historias, y Lynch dice que a las personas les encanta adentrarse en nuevos mundos, y que la forma en la que llegaron a ellos no es tan importante.
Espero que estos dos directores tengan razón y que siendo el medio que sea la calidad creativa de la película siempre este por encima de todas las cosas.

Haneke es uno de mis directores favoritos, y probablemente sea uno de los mejores directores actuales. Él tiene algo que siempre le ha echo sobresalir sobre los demás, con ese estilo sombrío y perturbador, pero sobre todo con sus personajes. En sus películas, Haneke nos muestra el lado más violento, perverso, hipócrita y cínico del ser humano y nos echa en cara los problemas de nuestra sociedad moderna supuestamente funcional, (aunque tal vez no nos lo echa en cara y simplemente reconoce la naturaleza peligrosa del ser humano, esto nunca lo deja claro realmente).
En sus películas, ninguno de sus personajes es perfecto, todos ellos son resultado de una sociedad que creció con valores podridos (una alegoría perfecta de esta idea se muestra en "La cinta blanca", en el pequeño pueblo ficticio de Eichwald), alguno de sus personajes podrían considerarse incluso psicópatas o personas con serios trastornos mentales como en "Funny games" o en "La pianista". A través de estos personajes Haneke expone nuestros deseos, pensamientos, y secretos más ocultos y controvertidos.
En "Amor" ninguno de estos elementos parecen destacar en la pantalla.