Dudo que vuelva a ver esta película.
No porque sea mala, sino porque no creo que pudiera soportar tanta angustia de nuevo.
Quizá fue porque la vi en un cine de verano de esos de doble sesión y antes habían puesto City of angels, asi que mi corazoncito abierto a la Paz y la Esperanza, cual flor enamorada, recibió una patada que lo dejó sangrando.
Para matar al programador de películas de aquel cine...vaya una combinación...

Sentí claustrofobia, ansiedad, me levanté un par de veces para irme y llegó un momento en el que casi le grité a Sean Penn que matara a alguien pero que por Dios se largara de alli de una maldita vez.
Los secundarios son soberbios, pero si tuviera que destacar alguno sería a Joaquin Phoenix al que odie con una intensidad sádica.
Y la risa de Thornton...desde entonces voy en metro, si se averían no tengo que llevar al vagón a un taller mecánico...

Mátales a todos Sean, antes de que te roben el alma.

De pequeñita iba con una amiga los domingos a sesiones de cine en la parroquia, que por aquel entonces tuvo la genial idea de proyectar todas las películas de Bud Spencer y Terence Hill. Y mientras todos hablaban y ligoteaban en el más estricto sentido casto de la palabra, yo me quedaba embobada escuchando los punch panch de los puñetazos y perdiéndome en los ojazos azules de Terence Hill ( que alguien se atreva a decirme que ha habido otros iguales en el cine ) y su sonrisa socarrona e inolvidable.

Hace menos de un mes volví a ver esta película convencida de que era la ingenuidad de la infancia la que la convertía en inolvidable, pero me reí como entonces a pesar de su sencillez, sus diálogos simplones y sus peleas sin chorros de sangre salpicando la pantalla.

Quizá esta película es mala y yo soy como Peter Pan y no he crecido ni madurado un ápice.
Pero qué queréis que os diga: en esta ocasión no me importa.


Pd: En contra de los que muchos creen, Y después le llamaron el magnífico no es la tercera parte de una trilogía. Simplemente la llamaron así aprovechando el tirón de Le llamaban Trinidad y Le seguían llamando Trinidad. Ni siquiera actua Bud Spencer, y, con todo el respeto hacia Terence Hill, esa sí que es prescindible.

Creo, sin duda, que hay películas y series que no pueden ser calificadas con justicia en el presente.
Esta es una de ellas.
Porque ya no somos los niños ( o no tan niños ) que éramos cuando la vimos por primera vez, hemos perdido la ingenuidad y la magia... y la analizamos fríamente, casi como esos críticos pomposos y snobs que morirían antes que reconocer que les gustó una película comercial.

Cuando veo ahora algunas de las series de infancia me muero de la vergüenza...porque creía que en V se comían el ratón de verdad y me pregunto cómo es que no me di cuenta de que no eran ellos sino la cabeza de un muñeco...porque el equipo A me parecía genial, El coche fantástico ingenioso y Se ha escrito un crimen intrigante...era una niña, y me ayudaron a crecer...

Esta serie siempre será especial para mi...porque sé que David Carradine no era un experto en kung Fu, pero me hizo sentir que lo era.
Porque encontré en sus ojos la sabiduría que no entendí en los de Bruce Lee aunque fuera un verdadero maestro.
Porque gracias a él me apunté a karate y comencé a interesarme por el budismo.

Y por esta frase, que abrió mi mente...


¿ Recordáis por qué le llama pequeño saltamontes? ...

Un día su maestro ciego le pide que cierre los ojos y le cuente todo aquello que pueda escuchar ...después de enumerar algunas cosas, su maestro le pregunta :

" - ¿ Y no oyes al pequeño saltamontes que está a tus pies ?

Carradine abre los ojos y allí está, diminuto, sobre una brizna de hierba...

- Maestro, ¿ cómo es que puedes oírlo ?

- Cómo es que TÚ NO PUEDES. "

Para una persona cuya película favorita es Blade Runner, reconocer que el Sargento de Hierro es una de las mejores que ha visto no le resulta fácil.
Pero así es.
Es machista, americanada, tópica, pastelosa en muchas ocasiones y tan soez que debe ser una de las películas en las que se dicen más tacos por frase pronunciada.

Me da igual: la adoro.

Porque me emociona, porque me sé diálogos de memoria, porque me río, porque aunque no sé cómo se maneja un arma me sentí identificada.

Y eso es el cine.

En wikipedia hay un compendio de sus frases míticas, pero para mi la mejor es esta que ni siquiera aparece:
Vamos Profill, no le des a ese capullo la satisfacción de vencerte.

No, no señor Eastwood, no se la daré.

Debo ser una de las pocas personas que tuvo el honor de ver esta película en el cine, eligiéndola ella misma, para mayor escarnio ante los amigos.
A mi si que me gustaba Lambert, creo que tuvo un par de papeles que defendió con dignidad, así que fui a verla con la ilusión nostálgica de encontrar algo parecido a Los Inmortales.
Dios, qué error.

Mis amigos no me mataron porque tras media hora en la que aguantaron estoicamente pensando esto se va a arreglar, esto se va a arreglar, escuchamos a Inés Sastre con su voz de estibador portuario afónico declarando su amor y no pudimos aguantar la carcajada. Al resto del cine le paso igual, y de ahí al final reímos sin parar.
Creo que es una de esas películas para ver a conciencia, sabiendo que es mala, y echarse unas risas.
Recuerdo con cariño el esfuerzo del maquillador por hacer pasar a Lambert por un adolescente dos o tres años mayor que Sastre, las pelucas, la escena de las tropas en varios ángulos para que parecieran 2000 soldados cuando la cuestión era que el presupuesto sólo daba para 10...

Poco puedo añadir que no se haya dicho ya, pero lo cierto es que reconozco, no sin cierta vergüenza, que me dan ganas de verla otra vez sólo para apreciar los detalles que comentáis y que me perdí en el estreno.

No me atrevo a decir que es la peor película que he visto en mi vida...Guardianes del día defiende encarnizadamente ese puesto.