A pesar de que haya un final con pantalla en negro, números de muertos y futuro de los protagonistas, la película contiene un grado de realismo casi insoportable. No creo que se trate de falta de historia como error, sino que más bien no se quería ninguna historia. Es quizá, al final, un error, pero es también la necesidad de mostrar el horror sin tener que personalizar, sin acabar haciendo una historia de amor, a lo pearl harbour.
Es el retrato de una guerra y además de una guerra errónea.
Técnicamente es impecable y la fotografía merece, ella sola, toda una nota.

En casos como este sí hay que defender el riesgo, puesto que la calidad no es la mejor baza. Vidas al límite es una película bien hecha, pero no usa el lenguaje maravilloso de sus personajes, la poesía que les puso en la historia.
Sin embargo, pocos se han acercado a la difícil vida de los poetas sin anunciar a voces que eran grandes personajes históricos.

Yo solo quiero decir dos cosas: 1) que si fuera al revés, una perfecta adaptación al gran comic que es Hellblazer, pero sin el poder visual que tiene la película, lo echaríamos en falta, pues estos comics un poco sí lo requieren. Además seguramente sería bastante aburrida. No es que el entreteniento esté reñido con el cómic, es más bien que cada género y cada formato tienen sus parámetros característicos.
2) La película está muy muy bien hecha, pero el guión no. Pero lo malo no es la película, ni siquiera el guión. Lo malo es empeñarse en crear megaéxitos para el gran público a partir de productos más bien oscuros y alternativos como Hellblazer.