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España España · Valencia
Críticas de crokiroca
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
8
11 de octubre de 2009
113 de 125 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enter the void es una de esas películas que no deja indiferente a nadie. O genera acérrimos adeptos o una repulsión total.

Esta vez, Noé nos presenta una obra altamente sensorial, alucinógena e hipnótica. De factura técnica impecable, el cineasta argentino vuelve a innovar en el terreno de la narración cinematográfica. Si en Irreversible ya conseguía dejarnos perplejos con su particular estilo y su domino innegable de la técnica, en Enter the void da una vuelta de tuerca más a su concepción del cine , haciendo de esta película una maravilla técnica conservando sus rasgos más característicos: cámara en constante movimiento, giros vertiginosos, largas secuencias sin cortes, fotografía intensa y epiléptica plagada de luces intermitentes y abundantes planos en primera persona que hacen que el espectador se meta de lleno en la piel del personaje.

El comienzo de la película es explosivo. Oscar y Linda son dos hermanos que viven en Tokyo. Los dos juran no separarse jamás tras la accidentada muerte de sus padres. Oscar es camello y Linda se gana la vida como stripper. Sin embargo, Oscar muere mientras se dispone a completar un encargo. La película te introduce plenamente o en el protagonista, con abundantes planos en primera persona, generando incluso una sintonía entre tu parpadeo y el del personaje. Es un viaje ultrasensorial del alma de Oscar después de abandonar su cuerpo, todo relacionado con "El libro de los muertos" tibetano.

Hasta aquí todo fantástico. Un único e importante pero. La duración. Las 2 horas y media de metraje resultan excesivas, lastrando el ritmo de la película de forma clara. El viaje por el universo de Gaspar Noé, resulta una experiencia única y estimulante sí, pero le sobran 40 minutos. Tras un comienzo magnífico y unos flashbacks preciosistas y potentes, la película nos muestra una cantidad cargante de escenas no demasiado trascendentes, luces de neón intensas y parpadeantes que al final pueden resultar molestas, secuencias interminables de giros con la cámara a través de los edificios, recursos que al principios son muy novedosos que acabas aborreciendo debido a su abundante repetición. Con esos 40 minutos menos podríamos estar hablando de una obra maestra.

Intentando crear una especie de obra definitva en el que todos los elementos del cine de Noé se hacen presentes, el director se enmaraña en las propias redes tejidas por él mismo. Esto resulta una verdadera lástima, porque estamos ante un espectaculo visual único e irrepetible.

Además, el final tiene una fuerza desgarradora y brutal. Noé se guarda una as en la manga y de nuevo vuelve a provocar al público de forma descarada como solo él sabe, haciendo que su obra perdure en la mente del espectador de forma involuntaria.

En definitiva, una película con una factura técnica magnífica, de lo mejor del cine reciente, pero que se ve lastrada altamente por su duración.
crokiroca
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6
8 de noviembre de 2008
84 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de James Bond es una buena revisión de los clásicos de acción. Peleas, tiroteos, lanchas a toda velocidad en escenarios exóticos, combates con aviones por el desierto... pero siguiéndo la línea de C.R.
Bond sigue siendo humano (a pesar de que las situaciones son algo inverosímiles en pro del espectáculo), sigue primando su constitución física antes que artilugios que trabajan por sí solos. Es una verdadera máquina de matar, todavía deudor de su frustación por la muerte del personaje Vesper Lynd. Por tanto, la actuación de Daniel Craig (el mejor Bond con Connery) es un poco más plana que en Casino Royale, donde se veía claramente una evolución dentro de la misma película. Craig crea una máquina de matar sin compasión alguna, y eso es lo que inspira cada vez que el espectador fija los ojos en la pantalla. Parece que esta película representará una especie de transición debido a que el final da la esperanza de una nueva evolución de Bond en la siguiente entrega, y también, que disponga ya de ese glamour que ha tenido clásicamente.
Volvamos a la película. El guión de nuevo es una nueva lucha del agente 007 contra un malvado enemigo (gran Mathieu Amalric) que dirige una peligrosa organización secreta.Los personajes siguen siendo más complejos que en ocasiones anteriores. No obstante, la dirección de Marc Forster parece enfocada a deleitar al espectador que sólo busca acción, puesto que la película parece empeñada en ser una continua persecución.
De hecho aquí se muestra un poco deudora de la saga Bourne, y también la dirección de Forster, con esos montajes de 10 planos en apenas 2 segundos, que generan tensión pero quizás lleguen a restar claridad a la situación. El ritmo de todas formas es bastante adecuado, no decae en ningún momento y además eso se ve refrendado por la duración nada excesiva de la película (no llega a dos horas).
Esto quizás no agrade del todo al espectador que busca más trama y menos disparos, pero no obstante la espectacularidad de ellos es impresionante, aunque contraproducente en el tema de la credibilidad (vuelven las explosiones sin sentido, los saltos de vértigo sin consecuencias (atención a la escena del desierto) y demás barbaridades naturales).
En cuanto a los secundarios, destaquemos a Amalric como villano. Judi Dench como siempre, tampoco aporta nada nuevo. Olga Kurylenko es una guapísima chica Bond, pero quizás el papel le venga un poco grande, como actriz tiene que madurar muchísimo y las comparaciones con Eva Green son algo odiosas.
Unos cuantos guiños hacia el pasado completan una película que no será pese a su presupuesto la película más recordada de la saga Bond. La chica bañada en petróleo o el bueno de Craig tomándose unos cuantos martinis son prueba de ellos.
En resumen, una correcta película de acción pero no mucho más, con un buen elenco actorial y que puede ser una transición a una nueva "Casino Royale". Esperemos que así sea.
crokiroca
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10
2 de febrero de 2008
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta película, Julian Schnabel ha creado una de las películas más conmovedoras de los últimos tiempos. La estremecedora historia de Jean-Dominique Bauby, le sirve como pretexto para adentrarnos en lo más profundo del ser humano y mostrarnos el insufrible cautiverio al que se ve sometido el protagonista.
Y es que Schnabel consigue que en todo momento que el espectador se sienta encerrado en su propia escafandra. Mediante una genial dirección y una magnífica fotografía (gran parte de la película está rodada con un plano subjetivo del ojo de Bauby, lo cual es una experiencia increíble), realmente uno se siente como el mismo protagonista. Es más, consigue que la medida voz en off forme parte de los propios pensamientos del espectador... pero la misión de esta película no es angustiar al espectador, ni mantenerlo encerrado en la citada escafandra.
Lo que pretende Schnabel y que a mi parecer consigue con creces, es que nos sintamos como mariposas dentro de la escafandra, que dejemos volar nuestra imaginación y que aprendamos a valorar lo que realmente nos hace humanos: la consciencia (la memoria) y nuestra capacidad imaginativa, cuyo poder parece ilimitado.
Esta no es una historia de dolor. Ell drama se enmascara debido al positivismo de Bauby para afrontar la vida y la verdad es que es la historia de superación más real y menos maniqueísta que he visto hasta el momento. El afán de superación del protagonista representa una actitud vital digna de enmarcar, de la que se aprende, que deja huella. Escribir un libro con un sólo párpado es algo al alcance de muy pocos seres humanos. A lo que me refiero es que lo que haría la mayoría de la gente es arrojar la toalla, que es además una solución muy comprensible... imaginénse en su misma situación ¿qué harían?.
La película además está adornada con momentos cómicos y delirantes (el viaje a Lourdes) incluso la voz de Bauby a veces se ríe hasta de su propia condición (y ¿qué hay mejor que reirse de uno mismo?), y todos los momentos dramáticos son profundos e intensos, (Schabel nunca resta levedad al asunto) alejados de los falsos dramas que salen hoy en día.
Por todo ello, esta película representa un maravilloso canto a la vida entrañable, conmovedor y único. Pero también es un canto al cine, una manera diferente de contar historias. Su factura es impecable, su estética es preciosa e innovadora, los actores están en estado de gracia, como tocados por la hermosura de esta historia.
Gracias Schnabel por esta lección de cine. Pero sobre todo, gracias Jean-Do por esta lección sobre la vida.
crokiroca
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