Esa pregunta viene a cuento de lo mucho que NO se puede hacer a cambio de dinero. Y también de lo que algunos directores jóvenes y con ideas podrían hacer aquí, en España: desde luego nada tan malo como Rip Tide

Extraordinaria Bening en un guión que impresiona por la frescura y la garra que muestra. ¿Cómo puede haber pasado sin apenas gloria por las pantallas españolas una obra como esta?

Lástima que la traducción sea tan mala porque es una película excelente, de 10. ¿Es que ya no existe la figura del corrector?

Cambiar de mundo y encontrarse a Ana Claudia Talancón no es cualquier cosa ni siquiera para los que -libres de culpa- buscan la culpa ajena para echársela por encima. Eso, desde luego, si aceptamos la idea de culpa: hay grupos sociales y personas que no padecen bajo el yugo pesadísimo de lo judeo cristiano.

Esta es una película sin los grandes efectos cien mil veces repetidos del cine americano, ni ofrece un guión del que sabemos el final casi antes de que empiece la acción. Por favor, los que buscan tiros, sangre, superhéroes sin afeitar que consiguen siempre lo que no existe, por favor que no vean esta peli.

En un ambiente de posguerra, una mujer que ha perdido a su familia bajo la bomba atómica empieza a hablar con el espíritu de su hijo cuando, tres años después, reconoce -por fin- que ha muerto. La felicidad o la búsqueda de la felicidad parece mover todos los hilos.

El guión es interesante, trata la cuestión de las relaciones entre los miembros de una pareja y sus intereses, quizá desde el punto de vista feminista. La peli se estropea con la absurda pretensión del cine americano del final feliz y del quedar bien con todos.