Nueva película de Malick donde una vez más vemos los mismos personajes existenciales, mismos conflictos internos, misma estructura, mismas voces en off (que funcionarían de igual forma en sus dos anteriores películas), misma fotografía (la más floja a mi gusto de todas sus películas) y mismas bellezas femeninas. Lo único que cambia es el entorno en donde se mueven estos desvalidos personajes, en una eterna búsqueda de su yo fragmentado en medio de un País ideal, donde nada los satisface.

Desde ese punto de vista, creo que esta película logra el cierre más satisfactorio de la tres. Que a diferencia de "To the Wonder y Knight of Cups, en ellas daba la sensación que podrían estirarse eternamente (lamentablemente sin aburrirme). Pero quería tocar un punto, que no sé si es porque uno ya se ha acostumbrado e interiorizado la propuesta de Malick, pero en Song to Song me dio la sensación que en Rooney Mara se hace (por momentos) totalmente explícita la "vanguardista" dirección de Malick. Simplemente la mayoría del tiempo no logré conectar con su personaje, daba la impresión que ni siquiera ella sabía lo que estaba haciendo, incluso en ocaciones miraba a la cámara y sonría fuera de su personaje.

Comparto el análisis de un crítico donde comenta la ausencia de Malick en el set (debido a su manera de dirigir casi fantasmal a través de una radio) y siento que esto influye completamente en el corazón de algunas escenas que prácticamente no expresan nada, están Vacías.

Por último recalcar algo que también me llamó la atención y es que la fotografía en esta película bajó considerablemente su nivel. No se a que se haya debido (¿pereza de Malick?) pero los encuadres y el aumento del gran angular muchas veces hacían ver la película con una calidad de GoPro utilizada por un estudiante de Cine.

Sin más, decir que lamentablemente Malick me sigue gustando, y pese a todo disfruto sus películas como muy pocas en la actualidad. Su puesta en escena logra muchas veces sensaciones que me sumergen de lleno en esa espiritualidad etérea que no logra cualquiera. La naturaleza como eje principal del desarrollo de sus películas, sigue estando presente. Los personajes pasan a un segundo plano y solo queda dejarse llevar por el sonido del viento, susurros y pasos fantasmales, que pese a no conducir a ningún lugar, te sientes parte del mundo infinito donde transitan.

Espero que Malick intente un cambio narrativo en su próxima película, si no, a esperarla de igual forma.

Película majestuosa, principalmente en su forma.
Hermosos paisajes y tomas aéreas de un verde Brasil ayudan a ocultar esa barbarie asesina que se esconde en lo más profundo de nuestra inestabilidad humana.

Las dos horas y 10 min se pasan volando gracias a esa constante tensión, que los directores calculan milimétricamente, para dejarnos llevar lentamente a esa sensación de inseguridad/armonía constante, de una comunidad que se resiste a pertenecer ideológicamente a algo que los desborda como especie, como humanos.
No hay un protagonista marcado, ni un antagonista marcado. Es una historia que se desarrolla dentro de un contexto socioespacial atemporal pero universalmente temporal a la vez, y desde ahí, se organizan los hechos como si de un western clásico se tratase. Todo mezclado con lo documental, lo animal, lo convierten en una película que se hace mágica y a veces hasta sicodélica.

Recomendadísima para dejarse llevar por la naturaleza de la violencia humana, que en estos tiempos empieza a emerger cómo forma válida de lucha contra las injusticias mercantiles y egoistas de seres que quieren hacerse del control de la humanidad. Control que les asegura no mirar ese animal que reclama desde dentro.

Algo extraño me sucedió al ver esta peli. Los personajes los siento cercanos, vivos. Los lugares por donde transitan, parecen fusionarse de una forma tal que sintetizan el cotidiano del tiempo. Hay una profundidad que a simple vista no aparece, y que la disfraza la sinceridad y la pasión por lo que se cuenta. Son tres historias que a la vez se sudividen en seis o diez. Creo que eso es lo que eleva a esta película por sobre otras chilenas contemporánea. Hay una mirada amable y original por desnudar aspectos de los que mucha gente no habla, no por que no quiera, o los considere tabú, simplemente por que se han normalizado a tal punto que no perciben esa belleza que se les escapa (o lamentablemente se les escapó para siempre). Y no hablo de un tema estético, si no de belleza propiamente tal. Belleza por el lente desde donde la juventud observa el cotidiano. Todas las frustraciones, obsesiones, deseos y obstáculos que nos presenta la peli son parte de esa misma belleza. Una belleza que nace desde una misma urbe. Que nace desde sus matices y diversidad y que sus desdichas afloran igualmente que sus virtudes.

Pienso esta película como imágenes relevantes de un momento moribundo. Imágenes que despiertan en la noche y te sacuden por su emoción. No por su fuerza explícita, ni por su carácter, ni por su ruido, si no por la emoción, sutileza y verdad con la que están tratadas. Relevante es el peso de Max Salgado y Claudia Zúñiga. Relevante es el montaje que descubre en la simultaneidad de eventos, siempre a un mismo personaje, el personaje de la pasión juvenil por devorarse ingenuamente el mundo, antes que terminen por devorárselo a uno. Relevante es el paisaje de Quilicura, que pareciera que en cada rincón se escondiera una historia. Por eso creo que Piola trasciende algunos aspectos de un cine Chileno ahogado por la "industria" del nuevo cine comercial "de autor", del cine hecho para seducir a la crítica y la moda ideológica imperante, al gusto elitista, y me atrevo a decir, a la mediocridad creativa.

Pasando a otro tema, agregar que hay ciertos pasajes del film que el director estira contemplativamente de más, creo, debido a su apego por su lugar de origen y por el peso relevante de la música que envuelve a esta obra. Pero esos caprichos se pueden entender y logran pasar "piola". También eché de menos a los personajes expresando ese talento que se enfatiza pero nunca se muestra. Y ahí puede radicar la esencia de esta obra, y que hace que una película sea una buena película, ya que el trasfondo creativo pasa a un segundo plano cuándo lo realmente interesante es como el contexto va nutriendo a esa pasión.

Por último, me atrevo decir que Piola no marca un tiempo específico y que puede funcionar como un rayado, que aunque sea original, bello, feo, ordinario, flaite o de denuncia, nace de una misma sed por plasmar un estado del ser imperturbable, ese estado de fascinación por la libertad. Por todo esto, agradezco la existencia de piola, y recordando a una letra que rapea uno de los personajes, nadie te dirá jamás el cómo mirar, la belleza está en el ojo sensible de quién se atreve a mirar y así, descubrirse en sociedad.

Vi está película luego de ver todas las anteriores de Silva y creo que su trabajo cada vez comienza a gustarme más.
Esta película supera con creces la anterior, Magic Magic. Por que si bien se parece mucho en la estructura del guión, la película es mas humana, mas real y cercana. A muchas personas que han experimentado con drogas de manera responsable, creo que se pueden sentir identificados con el sentido de la película.

Crystal Fairy me dejó con un sonrisa de oreja a oreja, es hermoso el conflicto principal entre Cera y Crystal, me dejó con esa sensación de que las casualidades no existen, si no que desde el punto en que nos mete un deseo, una idea de cambio en nosotros mismos vamos encontrando las piezas y de apoco el universo entero empieza a sincronizarse para ayudarnos a sacar lo malo que tenemos dentro.

Silva sabe a manejar a la perfección la sicología de los personajes y la atmósfera, situandonos en contextos totalmente reales pero siempre con un halo de magia y suspenso que se agradece.

Exquisita película.

Fui a ver esta película pasando por una etapa de crisis cinéfila donde nada me contentaba y donde la esperanza por un cine mejor, cercano y original cada vez se hace más pequeña.

La historia de esta película se ha contado, si mal no recuerdo 156.395.339 veces y para su sorpresa, no aburre!!! todo fluye y te mantiene expectante a los deseos, motivos, esperanzas y particularidades de sus personajes protagonistas. Una historia sencilla, sin ninguna pretensión más que menoscabar en las relaciones humanas modernas, donde todo es más rápido, donde el beso es más rápido, donde la caricia es más rápida, donde las miradas ya no asustan, donde las manos se mantienen heladas y el tiempo nos supera. La película logra, mediante la utilización de un buen montaje, una foto exquisita y unos actores de lujos trasnportarte a esos efímeros momentos que cada uno a vivido, o a imaginado vivir. Sumergiéndonos en su satisfactorio presente y al mismo tiempo golpearnos en la cara y dejarnos en el suelo agonizantes.

No conocía al director, creo que nunca había visto una película portuguesa, pero que importa, es cine universal, es pasión por el cine.