La historia, real, podría haber sido muchas cosas, pero no es ninguna mala. Podría haber sido muy sensiblera, pero se queda en la orilla de la sensiblería, lo justo para conmover pero sin pedazos rosas innecesarios, lo cual deja lugar al pensamiento, a la conmoción, deja, de hecho, un poco de mal cuerpo.
Cuenta su argumento sin ambages y mostrando una parte curiosa, la de la ignorancia que sobre el SIDA hubo durante mucho tiempo, donde se pensaba que era una enfermedad de homosexuales nada más. Roza este problema y muestra la sorpresa que produce la infección por heterosexuales, pero de una forma poco sensiblera, sin drama, y aún así muestra todo el drama que supone esta enfermedad para quien es contagiado en los primeros años de su aparición, lleno de conmoción y de miedos por la mucha ignorancia.
La segunda crítica, la que hace contra el sistema (fundamentalmente sanitario y farmacéutico), de nuevo deja mucho a la voluntad del espectador lo cual se agradece. Es muy crítica pero sin cebarse en ella. El espectador tiene la oportunidad de pensar por él mismo, de sacar sus propias conclusiones al respecto. La cinta no fuerza el pensamiento, muestra lo que hay, sin más, muy duro, pero uno puede sentirse en libertad para aceptarlo o no. Y sinceramente se agradece mucho, porque uno siente esa dureza pero no se siente arrastrado por ella hacia una opinión formada por uno mismo, es sólo una invitación.
Sin duda una de las mejores películas del 2013. También por las imágenes que juegan muy bien para llevar la película a un buen fin. La performance de los protagonistas no deja nada que desear, antes al contrario, son excelentes en su papel y te ayudan a comprender el enorme problema que plantea el film.
Merece la pena ser vista.

Es un poco, o un mucho, tópica. Chico gay que no sabe si salir del armario que termina siendo feliz y súper aceptado. En esto, claro, está muy lejos de la realidad. Un chico blanco privilegiado que vive en un ambiente tolerante donde es indudablemente aceptado.
Sin embargo también refleja muy acertadamente las angustias que supone esa aceptación antes de ser pedida. Creo que aunque es la típica comedia gay romántica, permite plantearse las dificultades que conlleva aceptarse a uno mismo, especialmente sin caer en los estereotipos que se te suponen, y evitar que la gente a tu alrededor sea más importante que tú mismo. En eso creo que acierta considerablemente.
Insisto en que es un poco plana, un poco para pasar el rato, pero también tiene ese lado de aceptación y salida del armario que evitaría muchos de los casos de bullying a los que se asisten por el simple hecho de ser homosexual.
Y me parece que las actuaciones están bastante logradas en general. Una buena tarde de cine, en mi opinión, con un poco de pensamiento crítico y muchas sorianas.

Sinceramente es un bodrio. Sin haber visto las anteriores de la misma serie, esta es mala de narices. Apenas tiene argumento y el que tiene es excesivamente manido. No es que fuera a ver una gran obra maestra, pero aun siendo un remake uno espera algo más.
Actuaciones planas, ni siquiera el uso de los efectos especiales ameniza la velada, rodaje regulero...y así un continuo de despropósitos que si usted va a pagar, le recomiendo no lo haga.
Ah, y se me olvidaba, un final super abierto para seguir haciendo una serie que después e haber visto esta estoy seguro que no voy a ver.
Ni si quiera para pasar el rato porque se hace larga, obvia y pesada.

La historia, según los resúmenes, parece obvia. Sin embargo al adentrarse uno en esta película descubre que va más allá de los estereotipos que se deducen del título.
Si cabe, me atrevería a decir que va más allá de la mera afirmación de la homosexualidad del protagonista que termina siendo secundaria frente a una afirmación de la propia vida y del propio futuro. Un lugar en el mundo, más allá de los tópicos y de las obligaciones.
Permite, además, reírse a gusto con algunas de sus bromas que sacan una sonrisa al espectador de forma inteligente y sana.
Merece la pena dejarse llevar por su metraje ágil hasta un final poco esperado, de la mano de actores agradables que realizan un gran papel.
Fíjense en la abuela, suprema.

Verla en un avión cuando no puedes pegar ojo es desaconsejable para valorar cualquier película. La he visto porque prometía más de lo que era: una moderna interpretación del mito de la Bella y la Bestia.
Ni moderna, ni interpretación ni nada. Una simple y torpe versión donde todo es previsible sólo escuchando hablar al guapo al principio. Un guapo que ni siquiera es malvado porque es tan estúpido que no podría serlo.
Los retos a lo lacrimógeno de la película, sobre todo los dramas familiares entrecruzados, llaman a la náusea más absoluta y tal.
Si no fuera porque no me gusta dejar películas a medias no hubiera aguantado tanto. Por suerte el aterrizaje ha cortado la reproducción a tiempo y me he librado del bombardeo azucarado que se preveía desde el principio y que he podido comprobar en casa más tarde.
Promete mucho, no da nada.