En este primer filme de su carrera, Eisenstein muestra ya su calidad como director y realizador. Quizá no esta al nivel de otras de sus obras como Alexander Nevsky, el Acorazado Pot'emkin o Ivan el terrible, pero aún así, el trabajo es loable y digno de admiración.

Muerto ya Lenin, este director desarrolló a sus anchas su filmografia bajo el gobierno del tio Pepe (Stalin) a quien podemos comparar con Ivan el terrible. El desarrollo de la filmografía de Eisenstein evoluciona paralelamente a la Rusia de su época, resultando ser siempre de contenido político y de veneración al comunismo. Sus primeras obras se remontan a los inicios de la revolución, alardeando a los primeros héroes de la causa comunista y las posteriores se plantean como un homenaje a la Rusia ancestral y a aquellos hombres que la construyeron muy a pesar de sus enemigos externos.

Una de las características y virtudes de este autor es la facilidad que tiene para conjugar los elementos simbólicos y dotar a ciertas escenas de una carga emocional sin precedentes, a la vez que juega con los pocos medios disponibles en lo que es un alarde de originalidad impresionante. De este filme, cabe destacar una escena impresionante, en la que un obrero se ata su camisa destrozada en lo que pretende ser una metáfora de la maltratada dignidad del obrero; también vale la pena considerar la caracterización de los accionistas/jefes como cerdos obesos dados al vicio y a la opulencia incapaces de verse satisfechos y la caracterización del lumpenproletariado, enemigo de la causa, presentado como un despojo de la sociedad, con su propio "rey" comediante.

PD: No hay palabras suficientes para describir la escena del matadero, sublime y desgarradora...no lo olvides, proletario

Una victima de Mccarthy como es Edward Dmytryk se reconcilia con su país con esta película en lo que se presenta como un homenaje a la marina americana, a la lealtad y como no, a la madre patria, que no es Canadá (al final uno se harta de ver tantas barras y estrellas ondeando por todas partes).

Si bien el desarrollo de la película, el argumento, no aporta inicialmente nada digno de alabanza, hay ciertas cosas que salvan a este filme. Una de ellas, por ejemplo, puede ser el hecho de que Maurice Joseph Mickelwhite, apasionado con este film deseara que su nombre de artista fuera el de Michael Caine, homenajeando así este largometraje.

Tampoco nos podemos quedar sólo con esto, seamos serios, si bien y reiterando, el desarrollo de la acción se muestra débil en según que momentos (no necesitamos clases de psicología), la actuación de Humphrey Bogart (si, el malo de la peli) es buena, muy buena, su locura y su cordura mezcladas racionalmente, su mirada, su expresión cansada, no se deben menospreciar. A su altura encontramos a José Ferrer (el abogado) quién nos presenta, gracias a una borrachera, la verdad sobre el proceso derivado del motín; como no, una reflexión, patriótica en la que quizá es, por su contenido, por el significado del que dota a la película y al desarrollo de esta, la mejor escena del film (no pasemos por alto la de las fresas).

Nota a futuros directores/guionistas: Aunque podamos aceptar el amor y la guerra como los dos motores del hombre, no es necesario que en todas las películas bélicas haya por medio una historia de amor.

Llevo meses sin escribir crítica alguna pero este filme se lo merece; es la primera vez que concedo un 10 a una película. Quizá algunos encontraran en ella los defectos que a mí me han pasado inadvertidos y serán tan amables de comentarlos para así ilustrarme. Aunque esto pase, creo que no podré cambiar la valoración que he hecho. No recuerdo que ningún largometraje me haya hecho llorar hasta ahora. Es por esto que necesito escribir esta crítica a modo de justificar la puntuación que he concedido. Me ha hecho llorar como una magdalena. Es quizá el filme que me ha acercado más a la comprensión del pueblo japonés; no eran “diablos amarillos”, ni mucho menos y no puedo más que loar esa especie de fanatismo “racional” que les imbuyó a tantas operaciones suicidas. La nación japonesa nos es presentada aquí como una comunidad altruista, no eran del todo erróneas sus reflexiones sobre el individualismo occidental y esta película se presenta como más representativa del Japón “feudal” de la época que otras que se han podido realizar (véase Cartas desde Iwo Jima).

PD: Ruego tengan en cuenta que esta crítica es completamente subjetiva, no quiero, ni puedo hablar de tecnicismos ni de tal o cual representación por parte de ningún actor, pero no me escondo de ello. Consideren lo que en ella acontece, lo castigado que acaba este pueblo y su actuación en la segunda guerra mundial. Si nosotros no comprendemos su comportamiento, ellos tampoco comprendieron que los británicos se rindieran como lo hicieron en Singapur.

Si nos encontramos delante de un espectador a quien gustan las comedias románticas, podríamos decir que esta película le complacerá. Parte de los tópicos típicos para dar un “interesante” giro hacia rumbos poco ortodoxos. Esto es todo, sencilla, divertida a ratos, pero nada del otro mundo.

Eso si, creo resultaría inconveniente y desacertado tomar este largometraje como algo más que una comedia romántica. Es decir, no se la debe considerar como una película de temática homosexual porque no da para ello; resulta todo demasiado fácil. Si alguien quiere “introducirse” en el cine de temática gay-lesbica o tan solo gozar de un film sobre el tema, le recomiendo otra cosa.

Una obra maestra. No puedo concebir una mejor aproximación a la pesada atmósfera de ese búnker, de ese castillo desmoronándose. La lujuria, el existencialismo, la desesperación, un viaje atemporal hacia el terror conseguido mediante imagenes impactantes, crudas, dotadas de un realismo loable. Tanto la estética como la escenografía merecen una mención, realismo puro; aunque actualmente no sucede como con los clásicos bélicos, en los que los vehículos alemanes resultaban ser en realidad americanos, creo necesario considerar la exactitud con la que se retrata el equipamento alemán, así como también, la magnificencia de la ciudad y del búnker (aunque sus dimensiones/distribución no coinciden con los mapas originales de este).

Solamente hay un par de puntos donde languidece esta obra (en los que servidor ha caído, pueden ser más) y són tan nímios, que aún considerandolos, la película no pierde su maestria.

Primeramente, el general Mohnke (André Hennicke) era cojo, tenía una pierna amputada, cosa que no se observa en el filme. Por otro lado, el personaje de Himmler (Ulrich Noethen), aunque difuminado, se nos presenta como un perfído calculador, nada más lejos de su indecisión y fanatismo. Finalmente, no estaría de más considerar tambien la aparición de Von Greim (Dietrich Hollinderbäumer) y Reitsch (Anna Thalbach) de un modo más objetivo, considerándola no como algo fortuito, sino como un plan de la luftwaffe, quiza no muy elaborado, pero si muy costoso para esta; tambien creo hubiese sido productivo dar un poco más de protagonismo a Kempa (Jürgen Tonkel) testimonio de gran importancia, para no centrarse únicamente en el relato de Frau Junge (Alexandra Maria Lara).

PD: La actuación de Bruno Ganz le corta a uno el aliento, no hay palabras...Hitler era humano, respiraba