Sino conoces a Ted, ¿a qué esperas? Porque de verdad, a mí no me gustan en exceso las sitcoms (salvo Friends), pero HIMYM es una bocanada de aire fresco. Hace que ames a los personajes, que retuerzas de risa con sus ocurrencias, que llores cuando ellos lloran, que te pongas melancólico cuando ellos lo hacen, que te enamores de quien Ted se enamore, que sientas lástima por las vícitimas de Barney, etc.
Un capítulo de esta serie es capaz de alegrarme un mal día, por algo será.

Si con 24 años disfruto muchísimo cada vez que pillo un capítulo de "Phineas y Ferb" no me quiero imaginar cómo me hubiese gustado verla de enana.

Es una serie muy fresca, con una narración de planteamiento, nudo y desenlace muy definida en modos y tiempos, que algunos tacharían negativamente de repetitiva, pero ahí es dónde se encuentra parte de su esencia: no decae, no se atraganta, con cada capítulo nuevo te ries más si cabe que con el anterior.

Aunque no sepa en prinicipio mucho de pedagogía, considero que una serie que invita a los niños a pasar su tiempo creando, imaginando y consiguiendo todo ello por medio del trabajo en grupo; no debe pasar a la ligera. Es un buen ejemplo para los chavales, antes que otras series de dibujos.

Padres: Póngansela a sus hijos.
Niños y demás televidentes: ¡Disfrutadla!

Llevaba demasiado tiempo esperando ver la serie y por fin la vi. Desde entonces no he hecho otra cosa que verla una y otra vez. Guiones originales, diálogos divertidos, efectos especiales muy sobresalientes para la televisión, dirección magnífica y, como siempre, se nota la presencia de Whedon. De los 14 capítulos, nada más y nada menos que 5 tienen la marca del genio.
Fantástica.

Puedo parecer demasiado "Buffyfriki", pero para mi gusto es la mejor serie de televisión que ha habido nunca.
Como decían otros, a primera vista puede parecer absurda, pero hay que adentrarse en ella.
Whedon ha creado en cada uno de los capítulos una trama en un mundo irreal que termina pareciéndose más a la vida real que las supuestas series sobre la vida.
Toda la serie es una pura metáfora y hay que saber verla.
Sus personajes tienen sentimientos tan reales que choca al verlos en un mundo lleno de vampiros.

Divertida, refrescante y sátira comedia para pasar un buen rato.
No es una maravilla técnicamente, ni tan siquiera la historia es muy buena, pero con sus toques de humor y su desproporcionalidad ocasional atrapan al espectador. La interpretación de Lyonne es despampanante, me enamoré de cada una de sus expresiones.
La película tiene su buen fondo crítico aprovechando todo lo habido y por haber para decir la verdad de muchas cosas referidas a la homofobia.