Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de GVD
1 2 3 4 5 10 19 >>
Críticas 91
Críticas ordenadas por utilidad
9
3 de enero de 2008
715 de 789 usuarios han encontrado esta crítica útil
Permítanme que me presente, soy el Dr. Sidney Lumet. Hoy voy a llevar a cabo un experimento para estudiar esa cosa tan abstracta y desconocida como es la sociedad. Para ello voy a introducir doce especímenes en una claustrofóbica sala. Los especímenes serán los siguientes:

1- Buenos modales
2- Inocencia
3- Ira
4- Prepotencia
5- Infancia en suburbios
6- Inhibición
7- Estupidez
8- Razonamiento
9- Experiencia
10- Prejuicio
11- Humildad
12- Frivolidad

Una vez añadidos, procedo a añadirles una dosis de caso de homicidio en primer grado. Ahora deberán reaccionar y cambiarán a color rojo (culpable) o verde (inocente). Veamos qué sucede... Humm....Van cambiando de color...Rojo, rojo, rojo....¿eh? ¿Uno verde? Todos se han vuelto de color rojo excepto el Razonamiento.

El siguiente paso será subir la tensión y aumentar a una temperatura asfixiante y dejarles en cocción durante dos horas.

(En el spoiler el Dr. Lumet cuenta el final del experimento, así que si no habéis visto la película no lo leáis)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
GVD
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
6 de septiembre de 2007
285 de 324 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una road movie consiste como su nombre indica en una película sobre un viaje. Y un viaje puede dar lugar a infinitas películas, ya que las películas hablan sobre la vida. ¿Y qué es la vida si no un viaje? Ahora bien, de esas infinitas películas, "París, Texas" es una entre un millón.

Travis es un hombre sumido en la más amarga de las perdiciones, la de haber perdido lo que más te importa en la vida, la de curar las heridas que el puto amor deja, la de sentirte un cabronazo por no saber preservar ese tesoro que cada uno tiene en la vida. Ese hombre afortunadamente recibirá una segunda oportunidad para poder arreglar lo que más le importa, coger el toro de la vida por los cuernos y dejar por sentado que ahora manda él y que nada en el mundo le va a impedir que cumpla su misión vital.

Pero él no podrá estar ahí cuando todo se arregle. La felicidad no es para él, para llegar a su destino tendrá que abandonar lo que ya perdió. Tan sólo le quedará un precioso recuerdo, y la certeza de que lo más grande que jamás podrá tener está a salvo y feliz. Quizás no sea el paraíso, pero estará en paz. Su viaje existencial ha llegado al puerto que tenía que llegar. Y la prueba de ello son unas lágrimas imborrables que han brotado tanto por dolor como por felicidad.

París, Texas: un paraíso lleno de polvo, pero más resplandeciente que ninguno. Una película que no es ni forma ni contenido, sino la emoción misma, una emoción que engulle lágrimas, dolores y tristezas, y que deja un estado de tranquilidad y ese poso que sólo sabe dejar el cine más grande.
GVD
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
19 de mayo de 2007
203 de 214 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la vida de todo aquel que ame el cine o simplemente con que le guste un poco hay una serie de películas a las que se vuelve una y otra vez, cada vez que se empiezan a ver se desea volver, y cada vez que se terminan deseas no volver para que esa vez no se acabe. Son lo que yo llamo obras maestras, o poniéndolas un nombre más personal, películas de mi vida. "El buscavidas" es una de esas películas.

Todo lo que aquí escriba sé que no le hará justicia, porque es una película que significa demasiado para mí, un sentimiento casi afectivo que es imposible describirlo con palabras, al menos, palabras que la ajusticien. Incluso las diez estrellitas se me quedan cortas. Es una película elegante y sobria en la superficie, pero en el interior late todo un corazón, un corazón amargo, desencantado, trágico, lúcido, dolido, un corazón perdedor, pero un corazón al fin y al cabo. Un corazón lleno de vida.

Es una historia como otra cualquiera pero al tiempo única, que ejemplifica no sólo el tema del perdedor que se le atribuye, sino que habla de la vida, en general, de lo que buscamos en ella y de lo que vamos perdiendo en el camino para llegar a un final en el que no hay nada y en ese camino hemos perdido todo lo que teníamos para que después ese mismo camino venga a cobrarse un 75% de esa nada. La nada es ese trono inexistente que siempre lo va a ocupar otro, esa felicidad que busca el sueño americano, un sueño hipócrita soñado por máscaras pervertidas, retorcidas y lisiadas, un sueño que se va por el váter en un motel de Louisville donde se pierde toda esa fantasía inútil para ganar algo tan mísero y deprimente como el carácter.

Eddie Felson vivirá toda su vida acompañado de ese carácter, sabiendo lo que pudo tener y todo lo que perdió, y probablemente conformándose con lo que ahora tiene. No quiero comprobarlo, me conformo con imaginármelo, así que quizás no vea esa revisión llamada "El color del dinero" del gran Scorsese porque creo que hay que dejar ciertas cosas como están y no tocarlas, y esta obra maestra que nunca terminaré de conocer es una de ellas. Una grandiosa película, una grandiosa lección de cine, de vida. Una película que está filmada por Robert Rossen pero que es mía.

"Dime, Bert, ¿cómo puedo perder?
Tenías razón no basta tener talento hace falta carácter también.
Estoy seguro de que ahora tengo carácter.
Lo encontré en un hotel de Louisville."
GVD
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
13 de febrero de 2008
230 de 274 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Coen siempre me han merecido mucho respeto por eso tan necesario como a veces ausente llamado originalidad. Traten de lo que traten, ya sean homenajes o de cosecha propia, sus películas llevan marcadas a fuego un estilo tan negro como sarcástico, para bien o para mal. Todo parecía apuntar que la magistral novela de Cormac McCarthy, “No es país para viejos”, que estos dos superdotados iban a adaptar iba a ser innecesariamente “coenizada”. Pero, afortunadamente, no ha sido así.

Lo que me encuentro es con una adaptación fílmica poco menos que perfecta, que sí incluye esos rasgos tan sarcásticos aquí más afortunados que nunca, pero que sabiamente no tapan en ningún momento el portentoso espíritu de la novela original, dejándolo tal cual. Y eso es muy de agradecer.

Lo que empieza siendo una formidable película de acción y suspense, con una fuerza visual y narrativa portentosa, con una violencia descarnada y cruda, con sangre, suciedad, humor amargo, dureza, etc., resulta que se trata de una poesía al rojo vivo. Sí, Virginia, en efecto, como hacía el gran Peckinpah. Sacando lirismo de la crudeza.

El robo de un maletín con un montón de pasta dentro que se supone que ha de solucionar la vida de un pobre diablo, acciona una devastadora espiral de violencia que arrollará con todo lo que se le pase por su camino. Y este huracán, que es la propia encarnación de la Violencia, así con mayúsculas, no es otro que el antológico personaje que ha creado Bardem. Tan absurdo, desquiciado, temible y monstruoso, como la propia violencia , guiado por un principio tan injusto y atroz como el del azar, ya sea por la cara de una moneda o por el humor que tenga ese día.

Y lo que hace que esa rendición y lirismo tan peckinpahniano salga a la luz, es el personaje de Tommy Lee Jones. El testigo de toda esta jungla repleta de cadáveres que está montando el depredador de Bardem, el que trata de evitar que esto ocurra, de pararle los pies al huracán. Pero sólo alcanza a tener suerte de que no se lo trague.

El Tommy Lee Jones de aquí, como el de “En el valle de Elah” o “Los tres entierros de Melquíades Estrada”, significa la derrota, la tristeza, el crepúsculo, la rendición. Y el tío lo clava. No sólo es que ya no sea país para él, sino que no es mundo para ninguno de nosotros como tengamos la desgracia que cruzarnos con esa violencia implacable. Grandiosa.

“A veces yo también me río. No se puede hacer otra cosa.”
GVD
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
19 de junio de 2007
210 de 237 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Sergio Leone es un cine que no me debería gustar, yo quiero que me cuenten algo cuando voy a ver una película y, realmente, tengo la sensación de que Leone me cuenta poco. Salvo "Érase una vez en América", que no sólo me parece el único film con historia de Leone, sino, probablemente, uno de los más complejos de la historia del cine, el resto de lo que llevo visto es puro artificio. Y cuidado que en Leone esto no es malo, es malo en el resto, pero parece que Leone lo utiliza para llevarme a cauces mágicos.

Sólo con ver a Eastwood con su sombrero empapado levantando la cabeza y escuchar la brillante música de Morricone, me olvido de mis postulados y me dejo llevar. Esta película es entretenidísima, menos fascinadora que "El bueno, el feo y el malo" o "Hasta que llegó su hora", pero con potencia.

Tópicos y tópicos sobrevuelan, gilipolleces argumentales también, no faltan situaciones absurdas y una historia risible. Pero a Leone esto le da igual y coge toda esta cutrez para imprimirla su irrepetible tiempo narrativo, la llena de una música que todavía me cuesta dejar de silbar de Morricone y la mete una sobredosis de primeros planos que ponen tensión donde no la hay. Y el conjunto se me hace poco menos que irresistible.

Una película que anuncia los resultados posteriores del autor, donde los defectos aquí visibles los tornaría invisibles en sus próximas películas sin dejar de servirse de ellos para construir sus obras sobre pilares inexistentes. Ese es el mayor logro de Leone, llenar su cine de artificio y que me dé igual.
GVD
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 10 19 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow