Puede acusársele de que recurre a muchos tópicos del cine de terror, pero hoy en día poco debe quedar por inventar en un género sobreexplotado en las décadas de los 80 y 90 y que vuelve a la carga en los últimos años gracias a las nuevas tecnologías y las posibilidades que ofrece la generación de imágenes y efectos especiales a través de un ordenador.

Lo bueno de esta película es, precisamente, el buen uso de esos tópicos. Claro que casi todos los efectos no nos suenan a nuevo, pero vamos de sobresalto en sobresalto a lo largo de una trama que engancha de principio a fin. Luego habrá quien sea más o menos intuitivo y pueda sospechar lo que va a ocurrir en algunos momentos e incluso pueda vislumbrar el final antes de que llegue, pero el espectador se ve envuelto en una inquietante historia ayudado por la agobiante banda sonora que acompaña cada una de las escenas.

Por apuntar algo negativo, podemos decir que, a pesar de que el protagonista es bastante creíble, no se puede decir lo mismo de los secundarios, sobre todo de los niños, que nos provocan inevitablemente comparaciones con “El exorcista”, “El resplandor”, “La profecía”, “Los chicos del maíz”, “Los otros”, etc. siempre a favor de éstas últimas. Tampoco convence el ayudante del sheriff que podría haber tenido más impacto con otro actor.

Que nadie espere una obra maestra ni mucho menos, pero la cinta demuestra que con una casa, una familia y unos pocos medios, puede hacerse una película por encima de la media en este género., lo cual ya es bastante después de lo visto últimamente.

Típica película para dar de comer a Sutherland y a Slater. Hacía tiempo que no veía una película tan mala. Desde el principio se da cuenta uno de que es de serie B. La pena es que si no llega a ser porque han metido a estos dos actores en la cinta, nadie se molestaría siquiera en verla y yo no hubiese perdido hora y media. Lástima que estos dos buenos actores estén pasando sus horas bajas y tengan que meterse en estos proyectos para sacar algo de dinero.

Aunque la película fue rodada en la República Dominicana, supuestamente se desarrolla en Ecuador. País gobernado militarmente por un general de opereta corrupto y subido a un todoterreno con ametralladoras y disparando a diestro y siniestro a la población, cuyo ejército, por cierto, lleva la bandera de Bolivia en la casaca. Y, por cierto, la capital, Quito, es un poblado tercermundista.
Señores productores, los que conocemos ese maravilloso país nos sentimos abochornados por la ignorancia que demuestran a la hora de ponerse a rodar una película. Hoy se puede encontrar toda la información en internet. Imagino que los ecuatorianos que la vean se sentirán igualmente indignados por la imagen que se da de su país, aunque se trate de una trama de ficción.

Cinematográficamente hablando, la película es infumable, aburrida y una excusa para dar de comer a unos cuantos veteranos y pagar las operaciones de estética de la protagonista.

Creo que a partir de Timothy Dalton (incluido) se acabó James Bond. Ahora bien, mi entusiasmo por estas películas no es por la calidad de las mismas, evidentemente, sino porque garantizan el entretenimiento al cien por cien. Cinematográficamente no se les puede exigir más.

Por otro lado, nunca entendí por qué con el paso de los años tuvieron que ir modernizando al personaje de Fleming en vez de dejarlo como un espía de la guerra fría de los años 60 y 70.

En Skyfall vemos a un James Bond tal vez más humano, con problemas con la bebida, con la puntería y con su superiora “M” lo cual “enturbia” la esencia del personaje original.

Grandes dosis de acción, espectaculares efectos especiales y todas las características de este tipo de películas. No hay nada más. Imagino que no aspirarán a ningún Oscar.

La presentación con los títulos de crédito iniciales no está mal y la banda sonora repetitiva, como siempre.

Si buscamos una película de entretenimiento puro y duro, no nos defraudará, pero no busquemos nada más. Si la comparamos con las demás de la saga, ésta, a mi juicio, es de las peores.

Pero, además, hay un detalle muy importante que no me gustaría dejar escapar: si escuchamos la voz de Javier Bardem en versión original y la comparamos con la versión doblada, nos dan ganas de vaciar el cargador de la walther ppk de Bond en el pecho del doblador.

Muy buenos actores, muy buena fotografía, los paisajes, el argumento, la emocionante historia... pero al final se queda uno con la sensación de que, aún siendo muy buena, falta algo para ser un peliculón.

Por supuesto que la recomendaría a todos, pero el resumen es: lo tiene todo pero le falta algo ¿el qué? Tal vez, a pesar de que se la pueda acusar de tediosa ya que se trata de una huída a lo largo de tantos kilómetros caminando, se echa en falta la comunicación entre los personajes, se llega al final sin apenas conocerlos, sólo unas pinceladas de cada uno. Son muchos kilómetros, muchos días caminando juntos y al final de la película te das cuenta de que apenas los conoces. No se llega a establecer una complicidad fuerte entre el espectador y ninguno de los personajes.

No obstante es de obligado visionado.