Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de Ellie
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
10
28 de marzo de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
I'm not there es lo más alejado a un biopic musical al uso. Lo característico de esta película es que el personaje de Bob Dylan está segmentado en 7 personajes diferentes, interpretado por seis actores diferentes. Cada uno de los personajes hace referencia a una etapa o a una faceta de la vida de Dylan, con un nombre y una estética completamente diferente. El montaje va intercalando las historias, de modo que todas acaban relacionadas entre sí. Puede ser un poco difícil de seguir en el primer visionado, especialmente si no se conoce la biografía del artista. Voy a desarrollar un poco estas siete identidades como guía:
-Jack, el profeta. Interpretado por Christian Bale, esta historia trata sobre los primeros años de la carrera musical de Dylan, cuando se convierte en el profeta del folk.
-John, el cristiano renacido. También interpretado por Christian Bale, este personaje hace referencia a la conversión al cristianismo que tuvo Dylan en los 80. Bale hace aquí una interpretación mucho mejor que con Jack, el joven Dylan. El fanatismo religioso que muestra es realmente espeluznante (y cierto).
-Woody, el farsante. Este personaje hace referencia a la infancia inventada que Dylan contaba a la prensa en sus primeros años de carrera. Woody es un niño afroamericano que viaja en trenes de mercancías, vagabundea por el país y actúa tocando canciones de su héroe, Woody Guthrie.
-Jude, el mártir del rock&roll. Cubre la gira europea de Dylan en el 65, en la que es acosado por sus antiguos fans por pasarse a la guitarra eléctrica. Esta es la única historia en la que el personaje se parece físicamente al verdadero Bob Dylan, lo que tiene bastante gracia ya que le interpreta una mujer. Cate Blanchett hace una interpretación prácticamente perfecta, logra parecerse a Dylan más que él mismo. La historia es un homenaje a 8 y 1/2 con claras referencias estilísticas y sobre todo por la situación del protagonista, un artista en lo alto de su carrera y en la más profunda crisis personal.
-Arthur, el poeta. Un joven Ben Whisaw da vida a un Dylan recién salido de la adolescencia que mantiene sus primeros enfrentamientos con la prensa. Todos los diálogos de este personaje son verdaderas citas de Dylan.

(sigo en Spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ellie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
23 de abril de 2011
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Únicamente con la sinopsis, la película tiene ya un tufo a cliché que tira de espaldas, pero no quise desistir. Podía ser un producto entretenido, avalado por la Paltrow, y por el (mi) interés particular en las historias de artistas destrozados de gira. Pero ni con bajas expectativas Country Strong consigue salvarse un poquito.
Los tópicos se suceden uno a otro de manera tan evidente que una no puede evitar preguntarse si no son a propósito, a modo de homenaje a todas las películas del género. Sin embargo, lo más decepcionante son las relaciones entre personajes. Country Strong comienza como una serie de la que nos hubiésemos perdido la primera temporada, y un brevísimo “Previously” nos introdujera en el culebrón de personajes. Las relaciones están ya avanzadas, y son confusas e inexplicables. “Hola, soy Beau: trabajo en el centro de desintoxicación de la artista Kelly Jones, soy padrino y amante suyo, casualmente también músico de country, haré con ella su gira de reaparición. Soy simpático y tierno pero de apariencia ruda y salvaje”. El cuadrilátero amoroso entre la cantante, su esposo y mánager, el músico telonero y la joven promesa se desarrolla de la manera más absurdamente solemne posible. Ni el matrimonio roto ni el amor que se desarrolla entre los dos jóvenes artistas consigue hacer mover una ceja.
Si hay algo que rescatar entre tantos escombros es la actuación de Gwyneth Paltrow como diva de la música venida a menos. La actriz lleva los últimos tiempos demostrando que sabe cantar: las actuaciones en los Óscars y Grammys, junto con sus apariciones en Glee así lo prueban. Los momentos de Kelly sobre el escenario son soberbios, cuando contempla emocionada a sus fans y se echa a llorar entre canciones. Lástima que baje de él, claro, y nos presenten -una vez más- el aborto como excusa para dar profundidad al dolor de la cantante. No se puede ser superficial y solemne al mismo tiempo.
La película llega a su punto álgido en el concierto en Dallas, el final de gira, cuando Kelly por fin remonta y actúa, tocando el tema principal de la banda sonora, Coming Home. En ese momento parece que la música y la presencia de la Paltrow van a conseguir salvar este culebrón de relaciones mal tejido, pero no. Ahí están los últimos 15 minutos de la película para joderlo todo de nuevo. El final es tan salido de tono, inverosímil e incoherente que destroza cualquier atenuante de la película. Ganas me dan de desvelarlo para quitar la idea de la cabeza a cualquier imprudente que pueda caer engañado como yo lo hice.
Para los amantes del género, películas mucho más dignas son “En la cuerda floja”, por la escena country, “The Rose”, por la adicción de la artista, e incluso “Walk Hard: The Dewey Cox Story” divertida bazofia que parodia todo este género.

Más críticas en 24reflejos.blogspot.com
Ellie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
29 de marzo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Howl es una película interesante porque siguiendo el camino que ya abriera I'm not there, presenta una biografía que no pretende sintetizar toda la vida del personaje, ni dar una interpretación cerrada de su obra. A través de la fragmentación del personaje en cuatro escenarios independientes, la película avanza, con un estilo que cabalga entre la ficción, el documental y el cine experimental.

El primer eje narrativo de la película es el protagonizado por James Franco, que en una entrevista en su casa desarrolla los motivos que llevaron a escribir el poema Howl, lo característico de su obra, su juventud. Franco hace aquí una interpretación destacable. El guión está escrito a través de declaraciones reales del propio Allen Ginsberg, lo que ayuda a dar credibilidad a la situación. Además de presentar al personaje en una entrevista en profundidad, hay una interesante reflexión sobre la literatura y la vida, sobre la finalidad del arte, sobre el poema Aullido desde la perspectiva de su creador.

El segundo eje narrativo va en consonancia con el primero: son flashbacks en blanco y negro de la juventud de Ginsberg, sobre todo en relación con su homosexualidad y primeros amores. La interpretación de Franco flaquea bastante más en este bloque, que resulta un tanto repetitivo ya que no aporta información nueva, sino que se limita a recrear las escenas que el Ginsberg más adulto ya narra en la entrevista y de forma más interesante. Las escenas de la lectura de poesía son repetitivas -sólo vemos las caras arrebatadas de sus oyentes- y otras, como en la que la mujer de su amigo les pilla en una situación comprometida, son simplemente absurdas e innecesarias. Éste es el escenario más convencional y menos interesante, y podría ser eliminado de la película sin que ésta se resintiera.

El tercer escenario de la película no está protagonizada por Ginsberg sino por el poema Aullido. Es la narración del juicio contra el editor por la obscenidad del poema. Este breve esbozo de la obra cuenta con un gran reparto: John Hamm, Jeff Daniels, Treat Williams, Mary Louise Parker y Bob Balaban. Esta parte recoge una interesante reflexión sobre la censura y dónde reside el valor de las obras literarias.

El cuarto escenario de la película está integrado por una secuencia de animación que ilustra el poema Aullido. Con influencias de El Muro, de Pink Floyd, escuchamos el poema en voz en off mientras las imágenes nos hacen viajar por la América de Aullido, un poema que marcó a una generación. Es la parte más experimental y valiosa de la película, un auténtico espectáculo visual.


(Sigue en spoiler por falta de espacio)

24reflejos.blogspot.com
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ellie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Toy Story 3
Estados Unidos2010
7,9
116.839
Animación, Voz: Tom Hanks, Tim Allen, Joan Cusack, Don Rickles ...
9
4 de marzo de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quince años después del estreno de Toy Story I, no nos queda otra opción que quitarnos el sombrero y aplaudir hasta que nos sangren las manos a Pixar. Lo han vuelto a hacer. Si la primera película era el bautismo de la factoría, su primer largometraje, Toy Story 3 es la culminación de su éxito, su reconocimiento a nivel universal. No hay nadie en este planeta que quiera perderse esta película- o que vaya a lamentar haberla visto. Y reitero ese nadie. Entre una de las muchas bondades de la película, destaca su universalidad. Seas como seas, saldrás del cine con una sonrisa enorme en la cara.
Y es que Toy Story 3 tiene de todo: humor, acción, ternura, y una trama que no decae en ningún momento del filme. Nuestros personajes favoritos de la saga vuelven a brillar junto con los nuevos fichajes (inolvidable pareja Ken y Barbie). Incluso el estereotipo cultural de turno, ese Buzz Lightyear latino, que podría haber sido acabado como chiste fácil, acaba arrancando lágrimas de risa al personal (ay, esa versión de Hay un amigo en mí por los Gypsy Kings debería ser considerada desde ya la canción del verano). Sin embargo, si tuviese que escoger lo mejor de la película, me quedaría con el espectacular arranque y el clímax en el incinerador de basuras (un guiño-homenaje a la tostadora valiente, quizás?). Mención aparte para el corto del principio, noble tradición que debería ser obligatoria, que consigue robarle protagonismo a la propia película.
La única queja que se puede enarbolar ante tanto grito de entusiasmo, viene de la mano del 3-D. En esta película, como me temo que en muchas otras venideras, el 3-D no sólo no hace que la experiencia del visionado sea más espectacular, sino que supone más una molestia que otra cosa. El afán de la industria porque volvamos a ir al cine de forma masiva está haciendo que nos claven gafas 3-D y entradas más caras a la mínima ocasión. Una recomendación: huir de las multisalas y ved la peli en 2-D, y en versión original (aunque tengo curiosidad por cómo han traducido las escenas del Buzz español). La opción de ver la película en versión original también encarece el precio de la entrada, pero no importa: Toy Story 3 merece cada céntimo que se paga por verla. Las palomitas se pueden traer de casa.
Ellie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
4 de marzo de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gala Oscar 2008. Natalie Portman presenta el premio a mejor fotografía junto a un greñudo y barbudo Ben Stiller, con gafas de sol y chicle, que hablaba en murmullos y decía estar harto de “ser el tío gracioso”. El teatro reía con la imitación. Joaquin Phoenix contemplaba su propia parodia desde un ordenador a oscuras en su casa.

Una performance llevada al límite. El protagonista de I’m still here -Joaquin Phoenix haciendo de Joaquin Phoenix- decide abandonar la falsedad de la vida del actor de éxito para embarcarse hacia un nuevo horizonte profesional en el mundo del hiphop. La prensa se volvió loca. Mientras Hollywood se preguntaba ‘¿será una broma?’ las críticas, imitaciones y parodias del barbudo cantante no paraban de llover, publicitando sin querer el falso documental.

I’m still here es en esencia eso, una broma entre amigos que decide traspasar el terreno de la intimidad y saltar a escena en el mundo cinematográfico mediatizado. Joaquin Phoenix y su cuñado Casey Affleck se burlan del star system en este mockumentary que se convierte en performance. Como planteamiento es brillante: consigue que la propia prensa se ridiculice a sí misma, genera publicidad gratuita, se mofa de la supuesta altura del mundo del hiphop y explora la intimidad del artista, el desgarro de la fama y su caída en desgracia. En definitiva, tenía todos los ingredientes para presentarse como un experimento más que interesante. Tristemente, las buenas intenciones se han quedado por el camino.

De una manera decepcionantemente rápida, I’m still here pierde el interés de su arriesgada apuesta y cae en un aburrido viaje de habitación en habitación, de ciudad en ciudad, en busca del productor del disco de rap de Joaquin, quien va perdiendo amigos y autoestima y ganando en kilos y excentricidades. El montaje es tan pobre que lleva a pensar que se editó de forma cronológica, sin atender a ningún propósito narrativo ni tener en cuenta al espectador. El tono humorístico se agota en las primeras escenas y cae en un peliagudo espacio donde lo mostrado es demasiado terrible para ser risible, demasiado penoso para ser verdad, demasiado exagerado para ser honesto.

Aún así, Joaquin Phoenix está espectacular ante el reto de encarnarse a sí mismo y su (falsa) paulatina decadencia. Irónicamente, es esa cruda credibilidad de Phoenix lo que quita el tono humorístico del documental y lo lleva por terrenos más farragosos, demasiado enrevesados. I’m still here no es Spinal Tap, tampoco nada más serio. Es sólo una broma privada que llega muy lejos. Gran idea, mala resolución. Esta vez, la performance real supera a la falsa ficción.
Ellie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow