La idea de mixturar realidad con ficción, actualidad con historia, y jóvenes supuestamente blandos con guapos violentos, a la par de atractiva podía resultar fallida.
Fantasma de Buenos Aires tiene algunos problemas a la hora de resolver guión con actuación, pero es un esfuerzo que merece ser visto y recomendado.
Jugar con la letra de un tango desde el inicio hasta el momento de los créditos un logro tremendamente imaginativo.

Creo que en este película Allen le falta el respeto a su público. Y si no se lo falta debería meditar si es lícito presentar una obra con una factura tan chapucera.
Independientemente de las historias que pretende mostrar, de los diálogos, los colores, los personajes y la fotografía, existen ciertas normas y rigores en el arte que no se pueden despreciar.
Y él parece hacer gala de esa desprecio.

No es normal concluir el año ocupados con una peli de este estilo.
Si algo puede salvar el tiempo "invertido" en verla es la absoluta originalidad del tema que trata, llegando en sus empeños imaginativos a límites estratosféricos.
Quienes no conozcan Belfast pueden pasearse por ella, en barrios que a pesar de estar ambientados hace más de una década, todavía pueden reconocerse.